… DE LA VIDA… X

Once. Ése es el número al que llegan estas entregas semanales de aquélla que fue (y todavía es) mi primera novela. Son ciclos, y tienen mil cabezas.

Ciclos de Mil Cabezas

X.

    Pedro salió del lavabo ayudado por su tía abuela Juliana, en la cual se apoyaba como buenamente podía. Casi no podía ni subir las escaleras de acceso a la pista de baile. Juliana lo dejó sentado en un sillón, y se dirigió a avisar a su sobrina Angustias, la madre de Pedro. Pedro aún no se enteraba de casi nada, pero estaba resucitando poco a poco, a la vez que iba encajando cada pieza, cada acción encadenada que había conducido su mente a semejante estado. La gente pasaba por delante de él como seres de otra dimensión, aunque algunos buenos samaritanos se paraban para interesarse por su estado. Pedro sólo atinó a soltar un buen eructo cuando su madre llegó y le preguntó cómo se encontraba.

      – ¡Dios mío, qué disgusto más grande! ¿Cómo has llegado a ese estado? – Angustias estaba realmente impresionada por ver…

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