“Quizás viajar no sea suficiente para prevenir la intolerancia, pero si logra demostrarnos que todas las personas lloran, ríen, comen, se preocupan y mueren, puede entonces introducir la idea de que si tratamos de entendernos los unos a los otros, quizás hasta nos hagamos amigos” – Maya Angelou
¡Inda! ¡INDA! ¡INDAAAAA! – ¡cómo odia Indalecio que se refieran a su persona, que lo llamen o lo que sea acortando su nombre, y más ahora, que suena como el imbécil ése que tertulia cual hombre de las cavernas los sábados noche en La Sexta (ese contrapunto rojo al azul de Antena 3, ambas hijas de la misma madre), aunque mejor eso que como cuando de pequeño los niños del colegio lo llamaban L’inda y cantaban acto seguido, tras haber respondido «¡qué?» el ingenuo de Indalecio, con voz de pito «beso de aire puuuuuro.»
¡Qué paaaaaaasa?
A ver, ho, que ye’l cumpleaños de la ahijada y nun tuve tiempo de comprale nada, que se me pasó por completo. ¿Sales tú en un momentín y le compras una Barbie, que ye lo que me pidió? Ye que yo nun tengu tiempu, bobo, que tengo que preparar les casadielles pa la fiesta d’esta tarde…
Hago vigilia mientras sueñas por las noches…
Y ahí va Indalecio, en uno de sus días libres, en busca de una Barbie para su sobrina y ahijada, Jennifer (la Jenni para la gente más allegada). Decide pasar por el Campillín y por el Fontán, esos mercadillos de Vetusta que tantas sorpresas, de toda calaña, nos pueden proporcionar. Ay, pero de camino se encuentra de sopetón con su antiguo colega de porros mal liados y sala de juegos recreativos como alternativa a las aburridas clases de filosofía..
¡Hostia, Tuñón!
¡Cagomiputodiós, Indalecio!
Un abrazo espontáneo, de esos bien apretados y series periódicas de palmadas fuertes en la espalda y… una simple Barbie agónica, como de película de George Romero, un single de Fischer Z, ‘So Long’ en honor de todos aquellos duros que ambos se habían gastado por aquel entonces en aquella oscura sala de juegos que estaba justo al lado del instituto para poder escuchar esa canción; tropecientas cañas y vehementes promesas para un futuro lleno de mensajes de WhatsApp y reuniones de los colegas de aquellos años que no se verán jamás cumplidas. Regreso a casa bastante más tarde de lo acordado y en unas condiciones discordantes con la vertical humana propiamente dicha.
Pero… PERO… ¡QUÉ COÑO YE ESTO? ¿PERO TÚ TE CREES QUE PUEDO IR YO CON ESTA BARBIE A NINGÚN SITIU, CACHO CASTRÓN?
¡Hola! Nos incrustaremos en vuestras pesadillas igual que la cal en los filtros de las lavadoras, y no habrá Calgón que nos pueda echar
El camarero escanciaba el enésimo culín de sidra mientras Ingrid se peleaba, con cierto grado de impaciente nerviosismo, contra una de las patas de su centollo. Pedro la observaba en silencio. El ya había terminado con su crustáceo, y esperaba fumando tranquilamente a que su compañera comensal venciese en su particular batalla contra los frutos del mar para poder luego pedir algún postre. El continuo intercambio de cómplices risitas entre Pedro y el camarero agotó de un certero martillazo la frágil paciencia de Ingrid…
“¡Paso de pelearme más…!”, dijo, y estrelló, acto seguido, contra el plato lo que entre sus manos quedaba aún de la pata del centollo, lo cual salió volando rebotado, yendo a aterrizar en la mesa contigua, en la que una feliz familia no cesaba de untar pastel de cabracho con mayonesa en las consiguientes mini-tostadas. La risa no pudo ser contenida ya por más…
Domingo tropical en Asturias. Eso no sería extraño, porque nuestros niveles de humedad pueden en ocasiones acercarse a aquéllos tan extremos como los que se dan por allá. ¿Qué hacer, pues? Como la ocasión la pintan peluda, nada mejor que ir a disfrutar de ese compañero “Salvaje y Degenerado” que responde por Pablo X. Suárez y habita actualmente en la Pola Interior acompañado para su buenaventura y/o desgracia por otros mamíferos tan bípedos como él. Como suele sacar a pasear a su tapir sin importarle las más que probables inclemencias del tiempo, qué mejor que comprobar que ese mismo tapir vive, que es real, que no es sólo fruto de su imaginación, henchida ella de leche de la Central Lechera Asturiana con Cola Cao de sobre en la que mojar esa última rebanada de pan Bimbo.
Hace un calor que para su puta madre, la Vía Láctea, porque es 24 de enero, y esto es Vetusta, porque 25 grados (de los Celsius) no son dignos de entrar en nuestra casa a principios de año, porque Donald ‘Racist Prick’ Trump no cree en el cambio climático pero sí en las propiedades mágicas de L’Oreal. En fin, que ahí está ante vuestros ojos y oídos para disfrutarlo, con Chino el Indio a la guitarra acústica y ‘El Muerto’ a la caja. Os dejo el poema aquí expresado por si os animáis a quitar el sonido de la voz de Suárez y hacer un chachi karaoke, aunque yo no os lo aconsejo, porque igual se enfada el tapir y mañana vais al puesto de trabajo o a la cola del paro con un ojo de menos.
YO Y MI TAPIR
Estoy más guapo que dios
Y las anarcas me invocan casi tanto como al estado
me rodean
soplan himnos báquicos
y yo
paseo a mi tapir
el mío
y las punkis me echan flores cuando lo llevo
al parque
a mi tapir
tan hermoso
casi tanto como yo, tan guapo
con su pequeña trompa
olisqueando todo
lo sucio
los pequeños insectos
y las cáscaras y los envoltorios
enamorando a las punkis
aquí
el tapir
y yo
mirándonos raro
dejando
simplemente
que la gente nos adore
nos toque el pelo
tan suave
así
porque molamos
mi tapir
y yo y mi tapir
yo y mi tapir
y yo.
(Este poema está incluido en DEGENERACIÓN SALVAJE VOL 1 y formará parte de COMO EVITAR EL APOCALIPSIS, el próximo poemario de Pablo X Suárez. Daos una vuelta por su blog, Diarios de Yoni)
Y la ‘Manta Ray’ estaba OK, que cantaban los Pixies… y desde aquellos indies años 90, sabemos que vivir de la música no es sólo tomar el dinero y correr. Festivales, conciertos, actuaciones patrocinadas por entidades poderosas que mandan todo lo que los políticos no pueden… o no quieren. El pueblo, sí, el pueblo, que somos más, muchas más personas, por desgracia, el común respira sin atreverse siquiera a molestar a esa nube tóxica que nos constriñe, que nos oprime, somos como un coche del Scalextric que va despacito para no salirse del carril porque su dueño aprieta ese mando con miedo, con poca fuerza y convicción…
Entonces,
Troleo épico.
Tensión previa.
Censuraaaaaaa.
¿Quién cojones pone el dinero?
O quitáis ese vídeo o no hay concierto.
Woody Guthrie?
Bueno, por eso paso…
This machine kills fascists,
el lema está en inglés, no molesta.
La gente espera fuera.
El Palau respira el silencio.
Más de mil personas.
¿Qué sucede?
Bueno, vaaaaale, joder
(mecagüensuputamadre, que se lee en su traductor)
45 minutos después,
“por problemas técnicos…”
¡Ja!
Vamos.
Entre aplausos.
Nacho, Abraham, César, Luis, Eduardo…
Ánimo valientes, hoy sois brigada;
Mi amiga Arancha,
luchadora infatigable,
la del pantalón rojo
(imposible otro color)
a la izquierda,
Al Altu la Lleva, coro antifascista…
La imagen y la música del cello,
las dos sillas,
silbidos, fueras…
No han visto que la S es, en realidad, una $.
Conversaciones sobre el futuro,
Nacho Vegas y Fee Reega,
“yo si te meto el dedo en el ojo,
te proporciono una experiencia vital extraordinaria.”
Risas relajadas, tensiones fuera.
Versión de Los Golfos,
“Qué pasa contigo, tío”,
fandango tradicional alemán…
“No te quedes en casa, te la podemos quitar”
Sí, el troleo está siendo mítico.
Miembros de la PAH,
Stop Desahucios
Pero mejor me callo ya, y lo veis, que pone los pelos de punta, porque no sé si “¡Sí, se puede!”, pero está mucho más que clarinete que se tendría que poder, porque somos más, porque somos el pueblo aunque parece que la vida actual consigue a marchas forzadas que estemos olvidando eso sin cuestionar nada a cambio.
Y cantar a los que aúllan mientras haya un desahucio más…
(En abril del año pasado, a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa, viajé al fondo del alsa con Nacho Vegas, un trayecto de Madrid a Oviedo y Gijón, aunque él no lo sepa… Quizá fuese porque él iba leyendo muy concentrado el Rockdelux de aquel mes de abril de 2015, aquél cuya portada estaba dedicada a Christina Rosenvinge. Os podrá gustar, o lo podréis aborrecer. Os parecerá un cantautor estratosférico o un petardo agobiado y aburrido, lo que no se le puede negar jamás es su actitud y su compromiso.)
Este poema en letra de Laura Fjäder esperando que David González le de vida
Hace hoy una semana, estuve presente con este mismo poema en las reuniones poéticas (sí, podéis llamarlas jams si queréis), no personalmente, pero sí a través de la letra escrita de Laura Fjäder y la voz de David González, dos poetas muy grandes, gente comprometida con la palabra y lo que ésta significa, poesía disidente, directa a la neurona de quien tiene el placer de leerla, de escucharla. Laura y David organizan las sesiones poéticas de La Revoltosa en Gijón, los viernes, con monográficos, sesiones de micro abierto, versiones y, sobre todo, pasión, mucha pasión por darle a la poesía el lugar que se merece, el lugar de la gente, del pueblo. Si podéis ir un día, no os lo perdáis, no os lo podríais perdonar en la vida.
“Lo prometido siempre genera deuda, y, tras la alucinante e increíble historia del fantasma de mi abuela, mi tío Carlos se dedicó pacientemente a ponerles nombre a todos y cada uno de los rostros que acompañaban la breve pero intensa vida de ‘La Carretona’. Extraña historia la de mis antepasados: no existe ni una sola foto en la que salga mi abuelo Eutiquio y, sin embargo, ‘El Stalin’ aparece en unas cuantas. Ramón, al que apodaban ‘El Stalin’ por salir siempre en defensa del jefe soviético por aquella época, era el marido de la mejor amiga de mi abuela, Anuncia, pero, en aquellas fotos de juventud idealista, él siempre se situaba a la vera de Dolores ‘La Carretona’. Mi tío Carlos especula con el hecho de que debieron ser novios. Yo no digo nada, tan sólo trataré de ser objetivo a la hora de relatar mi propia versión…
traan, tarará tra tra tra traaan, tarará tra tra traaa tinononino nino tinononino nino tinoninoninoninoninoniiii… God save the Queen, the fascist regime, they made you a moron, potential H-bomb… – la voz ronca de Lemmy Kilmister me avisa de una llamada entrante. Es Vicente, deslizo mi pulgar sobre la pantalla de izquierda a derecha:
– Hombre, Vicente, ¿cómo te va?
– ¡Qué tal, Josín?
– Sin novedad aparente.
– Te llamo porque me caso con Gloria el día 15, que ya son 16 años y ya va siendo hora…
– Joder, pues sí.
– Es para el sábado 16 de enero, una espicha informal para reunir a los amigos y celebrarlo.
– Genial, cuenta con nosotros.
– Informal, eh, nada de regalos ni de vestirse elegantemente. Es en Tudela-Veguín, en una sidrería, El Valle, a eso de las dos. Se llega perfectamente en el bus o en tren. Bueno, de regalo, algo manual, hecho con vuestras propias manos, un recuerdo…
– ¿Te vale un poema?
– Pues claro, un poema, cojonudo.
16 de enero de 2016
Pues sí. Se casaron el día anterior. Todo rodado, en perfecta armonía, salvo por un pequeño incidente con la salud de nuestro amigo Bernardino, que no fue a mayores. Por descontado, pasamos más que olímpicamente de aquella recomendación de “nada de regalos”, y decidimos (grupo de Whatsapp mediante, como mandan las tradiciones, y a pesar de mis meteduras de pata con las confusiones entre el llamado ‘Fiesta’ y el específico para el regalo.) ¿Vamos en el autobús urbano, línea L1, o en el tren de cercanías? Tras varias alternativas, decidimos ir un grupo muy “selecto” en el cercanías, que el bus son 30 paradas hasta llegar a nuestro destino final, El Valle.
Salimos a la 1,25 pm. Vamos en el tren comentando nuestras vidas y disfrutando de este maravilloso paisaje astur en un día de sol – raro porque la previsión meteorológica no era nada buena, que daban agua y más agua; alguien comentó que había sido gracias a Tom, que se había encargado de llevar los huevos a Santa Clara (de gallina, no los suyos) –. Nos íbamos también acordando del gran Tino Casal, originario de Tudela-Veguín, Nuria comenta lo que Paco Clavel dijo en el documental ‘Tino Casal: Más Allá del Tiempo’, de Pep Navarro, acerca del pueblo natal de Tino, algo como que cuando llegaron al entierro y vieron Tudela-Veguín comenzaron a comprender muchas cosas. Bajamos en la estación; sigue siendo impactante ese contraste paisaje – fábrica de cementos, ese combate en dura pugna entre la naturaleza y el más digno feismo industrial. Caminamos intuitivamente en busca de nuestra sidrería, de nuestros amigos, pero como vamos más perdidos que encarrilados, acaba Álex preguntando a un paisano, que nos dirige con precisión y una sencilla indicación hacia el lugar correcto. Y entramos en la Sidrería El Valle, y allí nos reciben Vicente y Gloria muy contentos y emocionados (el propio Vicente rodilla en suelo con una cámara Go-Pro de ésas que lo va grabando todo desde tu cabeza; una imagen impresionante, de auténtico impacto). Abrazos, emoción, enhorabuenas, cervezas y sidra, y a esperar por el resto de invitados. Como el día lo permite, vamos hasta la terraza que allí, con las vistas, la cerveza y la sidra entran mucho mejor.
El convite, entre risas, cerveza, calamares fritos, huevos cocidos, pastel de cabracho, tortillas y demás viandas típicas en cualquier espicha asturiana de pro, va avanzando, y llega el turno de los regalos, de que la pareja pronuncie esas palabras emocionadas que todos esperamos ya medio borrachos. Álex, perfectamente ataviada con pañuelo, guantes y bolso de azafata de Iberia de los años 70 (casualidad, ya que se lo habían regalado a Ana Emilia el día anterior), va entregándoles varios sobres (sí, lo sé, suena un poco mal, corruptamente hablando, pero hay que devolver al sobre de toda la vida su perdido prestigio, ¡joder!), y en uno de ellos va mi poema dedicado a ellos, y quien mejor que el propio Vicente para recitarlo a su manera, con gracia y retranca, como debe ser:
¡A MÍ, LOGARITMOS!
Nada de lenguas paganas,
infernales, impronunciables,
¡logaritmos neperianos!
Formulación mágica, obscena
de melenas resguardadas,
vestigios arqueológicos
de pelos Pantene del pijo,
de pasados impecables.
Ay, ¡qué sería de ti sin ella?
Ni la canela
sobre tu piel
esculpiría así tus poros.
No te acuerdes ya más
de la gnosis
del Samael aquel,
que de arcanos habla el tarao,
y no son neperianos, no,
en su “Matrimonio Perfecto”.
¿Y el comunismo redentor,
dónde quedó?
En el camino,
adoquín olvidado;
ni la hoz
ni el martillo,
tan sólo esta panda de rojillos.
Y si el mundo es un vampiro,
no os agobiéis,
que juntos, seguro,
mucho mejor;
ciencia y matemática,
unión mística, el puro fuego,
mochila y montaña…
y así será, cada día.
(Pero nunca olvides, amigo,
que si Neo fuese liberal,
Matrix habría sido
otra peli porno más.)
El baile posterior, el photocall autóctono e intransferible, más cervezas, chupitos, gin-tonics… todo aquel humo de tabaco que inundaba antiguamente los bares (como comentó Fernando al día siguiente, “hacía años que la ropa no me olía a tabaco a la mañana siguiente de salir”, casi un homenaje sin querer ni serlo a aquellos años llenos de humos varios en sitios míticos como el Monster o el Channel).
De la música, recuerdo estar como posesos bailando y cantando ‘Embrujada’, de Tino Casal. Ya lo dijo Nuria, “bailar a Tino Casal en Tudela-Veguín es como bailar a Elvis en Tupelo o a los Beatles en Liverpool”. En fin, una jornada memorable llena de buenos, de grandes amigos en torno a la pareja que hizo posible que tal día pudiese ser vivido y disfrutado a tope, Gloria y Vicente. Alguno se va pronto para Canadá (y no me refiero a los recién desposados), y aún no sabe si hacerlo en solitario o en compañía de su recién adquirida musa («todo era derroche, reina de la noche…»); otros seguimos con nuestras vidas, felices o al tran tran, pero con muchas ganas de repetir una celebración similar bien pronto, que la vida corre y la muy cabrona lo hace mucho más de prisa que nosotros.
Ese ruido, ese maldito ruido que emite la paleta del albañil contra los bordes del mármol se va haciendo cada vez más y más insoportable. Los invitados al sepelio van huyendo en oleadas de su inevitable predicción de futuro, de toda la parafernalia que la muerte siempre trae consigo. Cuando el nicho de Javi ya está absolutamente precintado tan sólo permanecen allí sus padres, su hermana y, un poco más alejado, observándolo todo desde la distancia, su amigo Pedro.
No es por morbo, ¡qué va!, es sólo una cuestión de supervivencia, de innato apego a la vida: él se ha muerto y Pedro se siente más vivo que nunca… Y con esa sobredosis de vida decide, en ese preciso momento, buscar soluciones, las causas que han llevado a su buen amigo a permanecer para siempre en ese estado inerte en el que ya no podrá hablar más, ni fumarse…
Coime, Indalecio, ¿dónde vas tan repeinao? Si hasta güeles bien y todo.
Nah, Nachón, que voy hasta El Olivar, ahí en la Calle Oscura, que presentan un libro de poesías…
¡Home, no me jodas! ¡Poesías, tú?
Sí, ho, ye esti manguán que vien siempre en el alsa, José Yebra, el que escribe estes histories del Alsa, que me dedica algunas que pa qué…
Sí, ya sé, ho. ¿Pero ése que pinta en ese xaréu?
Ya ves, que escribió tres de las del libru, Degeneración Salvaje. Voy a ver cómo ye el asuntu…
Y allí está Indalecio, en el Olivar a las 20.30, puntual como un conductor del alsa. Pide una cerveza, saluda al ínclito José Yebra, le reprocha un par de cosas que no le gustaron de la última publicación que el autor escribió sobre su persona, «joder, pero cómo se te ocurre contar lo de la Avecrem y el Risky», y con las mismas, compra un ejemplar. Como el recital va con retraso, lo normal, se saca sus gafas, deja la cerveza en la barra, y pone cara interesante para leer algún que otro poema. Los tres del mencionado Yebra ya los conocía del blog: CORRE, CORRE, CORRE…, … IN THE NAME OF…y UNAS POCAS COSAS, QUE ALGUNAS SON,con lo cual, busca algún otro al azar, y da con éste, de David González, en la página 99:
FULL METAL JACKET
de pie
en posición de firmes
en uno de los estantes
de mi biblioteca:
una bala de no sé qué calibre:
una bala de plomo en todo caso
con camisa de cobre o de latón:
una bala blindada
full metal jacket
de punta hueca además:
una bala que robé
en casa de un narcotraficante
en casa de jeremiah johnson
una vez que fui a comprarle
medio gramo de caspa del diablo:
el mismo diablo que carga las armas:
no con esta bala como es natural:
no con esta bala eue en realidad
no es una bala sino más bien
una vida
que alguien
me debe:
«¡Hostias!», pensó Indalecio, «es cojonudo», lo cual corroboró cuando lo escuchó recitado a micro abierto por Ana Vega. Y allí se quedó, más intrigado que de costumbre, a ver aquel recital poético. No estaba David González, ese 29 de diciembre de 2105 en El Olivar, pero sí otros poetas, otras poetas «salvajemente degeneradxs», Alberto Claver, Gema
El Olivar se llena de poesía salvaje y degenerada. De pie, de izquierda a derecha, José Yebra, Laura Marcos, Kiko Martínez, Víctor Cuetos, Alberto Claver y Suarón. Agachado, Pablo X Suárez.
Fernández, Laura Marcos, Kiko Martínez, Suarón, Víctor Cuetos, Iyán Vigil, Pablo X Suárez y José Yebra… . Y se lo pasó tan, tan bien, que repitió la experiencia el día 4 de enero, esta vez en La Escuela Rock Bar de Cangas de Onís. Volvió a quedarse con la boca abierta al escuchar a Alberto Claver recitar con vehemencia su poema
FACTURAS:
recuerdo la vez
que cortaron la luz
mientras comíamos:
se apagaron las bombillas
y la sonrisa de mi madre.
no tardo en recuperarla.
la luz.
Se quedó intrigado al ver y escuchar a Kiko Martínez, hasta que se dio cuenta, «¡Hostia, si ye’l batería de Mala Reputación!» Un punto más a favor de la poesía en sí misma, que el batería de un grupo que le gusta haga poemas como éste:
TODO
Todo es equilibrio.
Todo tiene un por qué.
Armonía impresa desde hace siglos en cada rincón.
Silencios, que matan cualquier palabra,
aunque alguien se empeñe en bautizar
cada brizna que se encuentra lejos; lejos de su alcance.
Sacrilegio del humano cuando no sabe callar.
Le hizo gracia la «gilipollez» esa que hizo su «hagiógrafo» junto a Nayar Crespo. Eso de recitar en inglés mientras el otro pasa los subtítulos, uno V.O. y el otro S.E.
Desde hace ya unos días, Indalecio lee poesía… eso sí, a escondidas, «no vaya a ser que me pillen y piensen lo que no es, coime, que esta gente ye muy primaria.»
Cuarteto poético salvajemente degenerado. De izquierda a derecha, José Yebra, Alberto Claver, Kiko Martínez y Nayar Crespo en La Escuela Rock Bar de Cangas de Onís, 4 de diciembre de 2016