LAS HERMANAS CLARK

Las hermanas Clark
nunca fueron a ninguna guerra.
Esperaban, guardaban la casa
y tejían bufandas
de extensiones imposibles.
y los hombres
con sus cargamentos
rebosantes de testosterona
y plenos de adrenalina
buscaban trincheras
húmedas y vacias;
humanos en movimiento,
deserción de sentidos
inesperados y cambiantes.

Las hermanas Clark
esperaban, sí,
porque no sabían hacer otra cosa,
porque las habían creado así,
y hoy, entre décadas malgastadas,
te dicen que te quieren,
que necesitan de tu amor
para seguir viviendo
sin respirar.
Las hermanas Clark
os quieren de verdad;
nunca duermen
y acarician vuestros cabellos
en el umbral de vuestros sueños.

 

Las Hermanas Clark es el título de un poema de Otra lengua extinta, mi primer poemario, de la Editorial Suburbia Ediciones, el número 9 de su colección malas tierras. Este poema está inspirado en una fotografía del año 1850, de la fotógrafa Frances Benjamin Johnston. Una imagen ciertamente inquietante, la verdad, de ésas de las que no puedes ni apartar la vista porque te atrapan en su contexto.

Por cierto, podéis adquirir Otra lengua extinta enviando un correo a la editorial: suburbiaediciones@hotmail.com: preguntando en librerías o en estas webs:

https://www.amazon.es/Otra-Lengua-extinta-malas-tierras/dp/8494547941
http://www.agapea.com/libros/Otra-Lengua-extinta-9788494547942-i.htm

http://www.paquebote.com/9788494547942/

EL ÓXIDO Y LOS ANIMALES CASI DOMÉSTICOS

oxido-arriondasen tu óxido
nadan mis intestinos:
la nada de lo poco
que queda de simple
respiración intuitiva;
que si un día
bebiste en mí
viviste de ti
contemplaste sin luz
una época de gloria
y hastío
ya nada pervive
en imágenes
ni memorias
colectivas
de sudor ajeno
y caballo propio;
olvida pues tu memoria
y deja que pasen:
ya están agotados
de golpear
con desgana
el pomo fálico
de tu portón
ambidiestro.

ladrillos-cacabelosANIMALES CASI DOMÉSTICOS
El ser humano aún no está
al cien por cien domesticado,
piensan desde algunas cúpulas (que así las denominan
por su obtusa animadversión
por la a
rquitectura poliédrica).

Es por eso que volamos
a sólo un palmo del suelo,
que si ponemos un pie vertical
ya sentimos otra vez la tierra,
cómoda y esquilmada,
confort de agradecimiento,
de aplauso, de sonrisa,
de triunfos contra natura.

Todavía no estamos domesticados, no,
porque sigue habiendo humanos
en rebelión
que continúan sordos
al silbido «amable» del amo.

Ya es otoño
en elcorteinglés
de nuestras cabezas.

 

EL POETA PATÉTICO – PRIMER RECITAL

pathetic-poetAlguien habló un día con no sé quién que conocía a no sé que otra persona que tenía un amigo que iba mucho por un bar de Oviedo que organizaba sesiones poéticas, también conocidas como jams o timbas. Ese alguien conocía al Poeta Patético. “Oye, ¿y por qué no te animas este jueves y te acercas a ese local, que hay sesión de micro abierto?” Y allí encaminó sus pasos el Poeta Patético el pasado jueves tras un copioso y tardío menú del día en el barrio, de ésos de siete euros y sopera llena de fabada (no de les meyores fabes, por supuesto) que dé para llenar casi cuatro platos a rebosar también de morcilla, lacón, chorizo y panceta, un pequeño imperio en el lado oscuro de la grasa. No pudo con el cuarto, que todavía faltaba el segundo plato: carrilleras guisadas con la de dios de patatas fritas y un pimiento triste adosado sin piedad al que nadie nunca hace ni puto caso. Plato limpio tras untar el quinto trozo de pan. De postre, tarta de la abuela, una buena ración, de las de paisano. Dos cafés con coñac y seis sol y sombra. No puede haber mejor calentamiento para una sesión de poesía, sin duda alguna. El camino desde el barrio hacia el Antiguo le sirvió para ir desalojando algo de metano de su cuerpo, aunque había reservas en su aparato digestivo para unas cuantas horas.

– Buenas, ponme una Mahou… Vengo a recitar, ¿hay que apuntarse o algo o ya salimos por libre?

– Espera, ho, que ya te apunto yo. Dos poemas por persona, que hoy hay mucha peña. Soy Chema – dice mientras estira el brazo esperando recibir un apretón de manos por pura reciprocidad. No es así. El Poéta Patético ya se ha aferrado a su mahou y no puede ver más allá de su alcohólica sed.

– Apunta ahí, El Poeta Patético.

– Joder, ¿así, como suena?

– Sí, claro, ¿cómo cojones quieres que suene?

Y ahí está ahora nuestro rapsoda sujetando su cuarta Mahou, aguantando estoicamente letanías que ni escucha, palabras y rimas que hablan… ni puta idea tiene él de lo que hablan, que a él no le gusta esa mierda de la poesía. Puaj. Otro trago más.

– Y ahora tenemos un nuevo poeta en esta timba. UN FUERTE APLAUSO PARA… ¡EL POETA PATÉTICO!

(El resto no es más que una transcripción literal de lo que aconteció acto seguido el jueves pasado en un local del Antiguo de Oviedo que se dedica a organizar sesiones como ésta.)

Eeeeeh, a ver… que yo estoy aquí básicamente para tomar cerveza, como diría Bukowski, y eso que a mí Bukowski me la pela, me la puede chupar doblada, el puto cabronazo… Os podéis largar a ver un partido de fútbol si os da la gana, los tíos, digo, que si alguna se queda y quiere follar luego, no tiene más que decírmelo… Eeeeeh… Bueno voy con un poema… Perdón, ufffff, es que fueron tres platos de fabada para comer, y siempre mejor fuera que dentro, ¿no? Va:

Tu boca sabía a ajo

y tu saliva pegajosa

se pegaba en mi barba,

pero yo te amaba

no como tu novio

ese imbécil sin cerebro

tan lleno de caspa

como vacío de ideas.

No me gusta el sabor a ajo

y por eso me fui

porque tras la tercera arcada

preferí echar la pota en la calle

a llenarte entera la boca

de callos con garbanzos:

eso sí que es amor,

cercanía glotona

y una más que romántica

halitosis compulsiva.

Y bueno, eso… que, a ver, que lo de poeta patético es muy sencillo, como bien acabáis de comprobar. Yo reconozco mi patetismo, pero vosotros no, que os creéis portadores de no sé qué mierdas… en fin, que a veces me da por leer poesía, y puedo citar al gilipollas del Rimbaud (Rimbaud, Rimbaud la la, Rimbaud, Rimbaud la la, el paraíso puede estar en Trinidad… ) – esto último cantado con la música del Koumbó de Georgie Dann – o uno que me recomendó una amiga hace tiempo, un tal Casanova, uno canario que palmó con 19 años hace ya una pila de años, que seguro que se suicidó, el puto imbécil… mierda de mártires malditos… En fin, que tengo que recitar otro poema, y dice así:

El cadáver bonito

para tu puta madre

que yo quiero

llevar mi cuerpo y mi vida

hasta los límites de la más sucia

fealdad que jamás podáis imaginar

y ya no lavaré más mis dientes

nunca traicionaré

a ninguno de mis hermosos pelos

volaré a cualquier parte

y desde el tren de aterrizaje

os mearé con destreza

mientras hago esfuerzos

por sacarlo de mi:

mi octavo pasajero

que, como decía Paco,

el camionero de mi pueblo:

la meada sin un pedo

es como la fiesta sin gaitero.

Hala, y ya, a tomar por culo… ¡Chema, ponme otra Mahou!

POETAS DE GUERRILLA EN CANGAS DE ONÍS: VEINTIÚN GRAMOS Y GALICIANA – NAYAR CRESPO SÁNCHEZ Y JOSE YEBRA

23 de septiembre de 2016

recital-poesia-cangas-de-onisComo bien señaló Nayar al día siguiente: «éramos cuatro gatos y un pájaro». Sí, un gorrión que se había colado en la Casa de Cultura de Cangas de Onís y que se encargó en más de un poema de los efectos de sonido. Doce poemas recitados por cada uno: Nayar Crespo y José Yebra (yo mismo), nueve propios y tres ajenos. (En el origen, íbamos a ser tres poetas recitando, pero a Laura Junco se le hizo imposible la asistencia).

Nayar homenajeó a su hermano, Alberto Claver, a Pablo Benavente y a Ignatius Farray y su épica Oda a Donald Trump.

Por mi parte, ante la ausencia final de Laura, me decidí por tres mujeres, tres poetas que admiro: Maya Angelou, Alejandra Pizarnik y Carol Ann Duffy. Ya está bien, dejémonos ya de sobrevolar la mera divagación y vayamos con LA POESÍA:

Veintiún Gramos

«She might think I’ve forgotten her
don’t tell Her It isn’t so»
Bob Dylan

Habíamos vendido

Lo que nos quedaba de alma.

Simplemente para no dejarles nada

A nuestros demonios.

Porque

¿Qué cojones sabrán ellos de perdiciones,

Si no te han mirado a los ojos desde tu regazo?

¿Qué sabrán ellos de perdiciones

Si no han visto

Ese moño que te pones

dejando a la vista

Las tres pecas que,
como un semáforo apagado,
me piden extrema precaución
en tu cuello?

Pero pasó lo inevitable, y

Por disfrutar tanto

De nuestras perdiciones

Lo dimos todo por perdido.

Habíamos llegado a ese punto

en el que

Nos habíamos puesto tanto en peligro

Que ya no sabíamos si era

Desprecio por la vida

O aprecio por la muerte.

de Nayar Crespo

20160923_202459

«No, no es un poema dedicado a Albert Rivera»

galiciana

Galiciana”, me llamaba

mientras me sonreía

entre dientes deslumbrantes.

Mi Galiciana bella”, me decía

mientras sus dedos descubrían en mí

rincones orgásmicamente desconocidos

hasta aquel entonces.

Lo siento, Galiciana mía”, balbuceaba

entre sollozos

dos horas después de aquella,

su primera hostia,

inesperada,

llena de odio y desprecio;

educativa”, así la definió

mi madre,

acostumbrada desde los veinte años

a estos violentos menesteres.

Pero… Galiciana, mi amor, no, no,

NOOOOOO”, gritó

desde el abismo

de un pánico desubicado

nada más sentir

el limpio corte que propiné

en su polla y sus cojones

con las tijeras de podar la viña

mientras dormía la siesta,

como de costumbre.

Le miré a los ojos

muy fijamente

y sin pronunciar palabra alguna,

y me fui de allí feliz.

El juez dijo

que habían sido también

setenta y seis golpes en la cabeza

con esas mismas tijeras

de podar:

ni ramas de mencía,

ni de godello,

allí estaban las pobres

en una bolsa de plástico translúcido

como prueba del delito…

¿Qué delito?

Dieciséis años y un día.

Muchas gracias”, señalé

a modo de despedida.

Casi dos años ya llevo aquí

y no estoy mal, la verdad.

Mi amiga Luci,

muy peliculera ella,

me dijo: “Todo esto te pasa

porque lo flipaste en colores

con ‘Orange is the New Black’”

Y yo me río

porque sé que no es cierto,

que esto me pasa

por haber seguido

el maldito “ejemplo” de mi puta madre.

Y me va bien,

no os voy a engañar.

Ya no soy Galiciana,

soy Lourdes, la Gallega,

y mi novia llega con sus dedos,

con su lengua,

a lugares de mi propio ser

que ni sabía

que existían.

de Jose Yebra

En fin, que sólo me queda decir que…

«El mundo necesita poesía.

 

El mundo necesita

sugerencia y abstracción.

Necesita caricias de canela,

vino tinto

y marihuana.» 

 «El Mundo Necesita Poesía» – de Suso Sudón

Y ahora ya os dejo por hoy, y con una alegre cancioncilla, y aprovechando que llevaba puesta una camiseta de los Sleaford Mods, ahí os va ésta que os preste: (estamos hablando de poesía, ¿no?)

«I’ve got called an anarchist
That’s for the middle class trainspotters
I don’t want my dog on a string
That’s gonna hurt the thing»

 

VIAJES AL FONDO DEL ALSA – LAS MICROAVENTURAS DE INDALECIO, EL CONDUCTOR – PARTE VII, DEGENERACIÓN SALVAJE

  • Coime, Indalecio, ¿dónde vas tan repeinao? Si hasta güeles bien y todo.
  • Nah, Nachón, que voy hasta El Olivar, ahí en la Calle Oscura, que presentan un libro de poesías…
  • ¡Home, no me jodas! ¡Poesías, tú?
  • Sí, ho, ye esti manguán que vien siempre en el alsa, José Yebra, el que escribe estes histories del Alsa, que me dedica algunas que pa qué…
  • Sí, ya sé, ho. ¿Pero ése que pinta en ese xaréu?
  • Ya ves, que escribió tres de las del libru, Degeneración Salvaje. Voy a ver cómo ye el asuntu…

10462486_1099054703452360_6088600265704592701_nY allí está Indalecio, en el Olivar a las 20.30, puntual como un conductor del alsa. Pide una cerveza, saluda al ínclito José Yebra, le reprocha un par de cosas que no le gustaron de la última publicación que el autor escribió sobre su persona, «joder, pero cómo se te ocurre contar lo de la Avecrem y el Risky», y con las mismas, compra un ejemplar. Como el recital va con retraso, lo normal, se saca sus gafas, deja la cerveza en la barra, y pone cara interesante para leer algún que otro poema. Los tres del mencionado Yebra ya los conocía del blog: CORRE, CORRE, CORRE…… IN THE NAME OF… y UNAS POCAS COSAS, QUE ALGUNAS SON, con lo cual, busca algún otro al azar, y da con éste, de David González, en la página 99:

                       FULL METAL JACKET

de pie

en posición de firmes

en uno de los estantes

de mi biblioteca:

una bala de no sé qué calibre:

una bala de plomo en todo caso

con camisa de cobre o de latón:

una bala blindada

full metal jacket

de punta hueca además:

una bala que robé

en casa de un narcotraficante

en casa de jeremiah johnson

una vez que fui a comprarle

medio gramo de caspa del diablo:

el mismo diablo que carga las armas:

no con esta bala como es natural:

no con esta bala eue en realidad

no es una bala sino más bien

           

             una vida

             

             que alguien

             

             me debe:

«¡Hostias!», pensó Indalecio, «es cojonudo», lo cual corroboró cuando lo escuchó recitado a micro abierto por Ana Vega. Y allí se quedó, más intrigado que de costumbre, a ver aquel recital poético. No estaba David González, ese 29 de diciembre de 2105 en El Olivar, pero sí otros poetas, otras poetas «salvajemente degeneradxs», Alberto Claver, Gema

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El Olivar se llena de poesía salvaje y degenerada. De pie, de izquierda a derecha, José Yebra, Laura Marcos, Kiko Martínez, Víctor Cuetos, Alberto Claver y Suarón. Agachado, Pablo X Suárez.

Fernández, Laura Marcos, Kiko Martínez, Suarón, Víctor Cuetos, Iyán Vigil, Pablo X Suárez y José Yebra… . Y se lo pasó tan, tan bien, que repitió la experiencia el día 4 de enero, esta vez en La Escuela Rock Bar de Cangas de Onís. Volvió a quedarse con la boca abierta al escuchar a Alberto Claver recitar con vehemencia su poema

                                 FACTURAS:

recuerdo la vez

que cortaron la luz

mientras comíamos:

se apagaron las bombillas

y la sonrisa de mi madre.

no tardo en recuperarla.

la luz.

10398088_946180368799574_3274956362080776775_nSe quedó intrigado al ver y escuchar a Kiko Martínez, hasta que se dio cuenta, «¡Hostia, si ye’l batería de Mala Reputación!» Un punto más a favor de la poesía en sí misma, que el batería de un grupo que le gusta haga poemas como éste:

                             TODO

Todo es equilibrio.

Todo tiene un por qué.

Armonía impresa desde hace siglos en cada rincón.

Silencios, que matan cualquier palabra,

aunque alguien se empeñe en bautizar

cada brizna que se encuentra lejos; lejos de su alcance.

Sacrilegio del humano cuando no sabe callar.

Le hizo gracia la «gilipollez» esa que hizo su «hagiógrafo» junto a Nayar Crespo. Eso de recitar en inglés mientras el otro pasa los subtítulos, uno V.O. y el otro S.E.

Desde hace ya unos días, Indalecio lee poesía… eso sí, a escondidas, «no vaya a ser que me pillen y piensen lo que no es, coime, que esta gente ye muy primaria.»

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Cuarteto poético salvajemente degenerado. De izquierda a derecha, José Yebra, Alberto Claver, Kiko Martínez y Nayar Crespo en La Escuela Rock Bar de Cangas de Onís, 4 de diciembre de 2016