… IN THE NAME OF…

Amordázame.

No dejes que hable,

que abra mi boca.

Que mis palabras se ahoguen

en el pozo intrínseco

de mi mierda humana

de pensamiento lógico.

Escúpeme

si no quieres que te mate

ahora,

sin esperar

al murmullo seco

de tu lamento de cerdo

en mitad de noviembre.

¿Qué quieres que te diga?

¿Que mi pensamiento no fluye?

¿Que tu cloroformo fascista

de fondo azul de armario

me cosa los labios,

haga de mi lengua ablación,

adormezca mi paladar

y me arranque los dientes,

las muelas,

uno a uno,

una a una?

Me da igual.

Aún tengo mis encías…

Con esa sangre

que manará de ellas,

pintaré vuestros muros

una, dos… un millón de veces.

No retrocedo,

tan sólo me preparo

para el siguiente impulso.

EH-OH… THE ATMOSPHERE OF THE FIESTA MELONS ON A BEAUTIFUL DAY

Los tonos blanco y negro, ese viaje cromático en pendiente hasta los grises más profundos… ¿Por que siempre decían, cuando yo era pequeño, que los sueños eran en blanco y negro? Como me dio por trasnochar un poco, con tan sólo 14 años de nada, para poder ver cada noche Cine-Club en La 2, llegué incluso a pensar que los sueños no eran más que películas dirigidas por Ingmar Bergman, o por Kurosawa, hasta que hice una parada plano-secuencia en Berlanga. Desde ese instante, empecé a dormir a pierna suelta

Tinky Winky, Dipsy, Lala, Po… they walk in silence and don’t walk away… in silence.

Through the streets, every corner abandoned too soon… but, you know, in Benidorm there are melons, and they are called Fiesta Melons, for no reason at all, just because they are from fucking Benidorm, mates!!

Fiesta Melons by Sylvia Plath

In Benidorm there are melons,
Whole donkey-carts full

Of innumerable melons,
Ovals and balls,

Bright green and thumpable
Laced over with stripes

Of turtle-dark green.
Choose an egg-shape, a world-shape,

Bowl one homeward to taste
In the whitehot noon :

Cream-smooth honeydews,
Pink-pulped whoppers,

Bump-rinded cantaloupes
With orange cores.

Each wedge wears a studding
Of blanched seeds or black seeds

To strew like confetti
Under the feet of

This market of melon-eating
Fiesta-goers.

(Is this your confusion or just my illusion?

DON’T YOU SEE THE DANGER, YOU PRICK!!??)

Anyway, at the end of the day, it’s a beautiful one, indeed… Absofuckinglutely!!

El cuerpo me pide aprender japonés. Viajar, ver mundo. ¿Para qué cojones sirven unas vacaciones si no? Pero no, no es a Japón precisamente. Estos chicos rusos que se parecen bastante a los que cantan más arriba, y que responden por el nombre de Motorama, os dan una pequeñísima pista.

(Budapest in your eyes, blinking through the night.)

PERPETUA

Ya es 27 de marzo. Hoy hace 27 años que se murió Amparo, una de esas dos tías abuelas protagonistas de este relato, «Perpetua». Una buena ocasión para recordarla a través de esta entrada.

VIAJES AL FONDO DEL ALSA

Como mi madre era peluquera, y los sábados tenía trabajo a destajo desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche, nada más que yo me despertaba, me enviaba con premura a pasar la jornada a casa de sus tías, mis tías-abuelas, Emilia y Amparo, dos solteronas la mar de graciosas que estaban enganchadísimas al ganchillo y casi siempre se dejaban ganar al parchís sin que yo me diese ni cuenta. Vivían en un barrio llamado Cimadevilla, con casas típicas de amplios balcones y huertas con pozo artesiano en la parte de atrás; algunas tenían cuadra en lo que hoy en día suele ser un garaje. Conejos, gallinas y un gallo, cerdos y hasta un burro que tenía el vecino, Juan, en el que me solían montar en cuanto llegaba la primavera para ir al paso hasta las viñas, a ver cómo iban progresando y a hacer…

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IN MY MIND, MY DREAMS ARE REAL

Ha llegado al fin el momento de dejarse de gilipolleces de una puta y definitiva vez. ¿¡Pero que mierda es ésta de ser profesor de inglés ni que ocho cuartos!? ¡Nada, pero de la nada más chabacana y profunda! Yo lo que siempre he querido ser es una estrella del rock and roll, hostias ya… (o, bueno, sucedáneos semejantes, vaya… no sé, actor, performer, deportista de élite… ¿escritor?)

Mi vida como «estrella del rock» no ha sido nada fácil hasta la fecha. Conviene ahora explicarse ordenadamente, desde una cronología activamente aplicada, supervitaminada y mineralizada.

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Y venía cada año el fotógrafo en su carromato

Parvulitos. Toda la chavalada de mi quinta se acerca asustada, virgen, al colegio en su primer día; unos llorando, otros agarrados a las faldas de sus madres o abuelas, la mayoría temblando arrítmicamente. Unos pocos, los menos, vamos llegando con actitud altiva, pizarrín y tiza en mano, que para eso nos habían estado «entrenando» a conciencia en nuestras casas el verano anterior, el de 1971. Entramos a clase en un silencio que sólo se veía interrumpido por algún sollozo entrecortado. Sólo niños, que no era bueno mezclarse con las niñas, el tardofranquismo no permitía tal perversión, las cricas por su lado, y las pililas por otro distinto y estratégicamente bien alejado. Entra la maestra, Agustina, una chica joven de aspecto sanote y moderno, como de catequista con ínfulas hippies, de las que habían visto más de una vez «Jesucristo Superstar» y sabían al menos como tararear las canciones. En menos de una hora ya estábamos todos cantando un pseudovillancico que había compuesto el ínclito Juan Pardo, «Capitán de Madera», una canción interpretada por La Pandilla, grupo juvenil como oda desde el púlpito patrio a ese nuevo cristianismo supuestamente moderno que impulsaban con exultante «jolgorio» desde aquel Concilio Vaticano Segundo. No me animo a cantar en alto al principio, que me da mucho corte, pero veo a mi lado a mi amigo Simón dándolo absolutamente todo, a mandíbula partida y berreando como un poseso en pleno trance místico. Me animo y me uno a él. Me quedo solo al llegar a esa parte que decía «mis zapatillas coloradas, dos bufandas y una rana, un aro blanco y caramelos sin chupar.» (se ve que en aquellos primeros años de la década de los 70 se estilaba lo de regalar caramelos chupados, digo yo…) De ahí a interpretar villancicos con el coro de mi pueblo, un par de pasos. Pastorcito que iba a Belén con un zurrón lleno de caramelos Sugus (¡y sin chupar!). Se acercaba la gloria efervescente y yo ni lo sabía aún…

5º de EGB. Cómo aún no nos podíamos mezclar con las niñas, académicamente hablando, decidimos hacer una obra de teatro (y por «hacer» estoy implicando todo el proceso que conlleva cualquier obra teatral: escribirla, ensayarla, preparar vestuario, organizar el escenario en nuestra clase…) Yo era «Chals» (sic.) – todavía no habíamos llegado a 6º, y el inglés era una entelequia muy lejana -, el hijo de un rico terrateniente que moría envenenado por un mayordomo malo, muy malo y retorcido. ¡Qué manera de morir! ¡Qué nivel de exteriorización de ese yo interior tan atormentado! (Ni Lee Strasberg habría necesitado darme consejo alguno. Me salía literalmente, casi astralmente, de mí mismo) ¡Vaya lo que se rieron todas las niñas de 5º (nuestras insignes espectadoras)! Un paso más, o quizá menos, para llegar a ese paraíso al que sólo acceden unos pocos «elegidos».

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1982. 1º de BUP. Pionero del ‘selfie’

Me salto conscientemente mi época de instituto. Muy poca gloria, adobada ésta con una gran capa grasienta de pena. Cambio variable y chaquetero del heavy metal al punk pasando por fases pajilleras de tecno-pop, nuevo romántico o incluso (jode reconocerlo) italo-disco (Sí, bailé el «Tarzan Boy» en la discotecas Saravá y MaryChris, las de mi pueblo, y aquí estoy, ni me abdujeron alienígenas lisérgicos, ni nada parecido.)

Oviedo, curso 1986-87. Llegué a Oviedo en octubre de 1986, dispuesto a ser un filólogo especializado en la lengua inglesa. Primer curso como habitante el Colegio Mayor San Gregorio. Allí, por suerte, encuentro gente tan sanamente descerebrada como yo. Tras varias noches en vela plenas de música, tabaco y demás materiales, decidimos hacer de la nada más espesa un grupo punk, Bicho Evan‘Bicho, Evan & The Garban Zin Band’ (Evan era yo, que me había caído ese apodo una noche de ciego total en la que, al parecer, hablaba exactamente igual que el boxeador aquél que respondía por Alfredo Evangelista, el cual, por lo que recuerdo, había aguantado los 12 asaltos de un combate al gran Muhammad Ali.) Letras guarras y comprometidas («luego por las noches, poluciones nocturnas; me hago muchas pajas y me bebo la lefa mía», ése era el nivel). Dos conciertos, dos. Uno en la fiesta del Colegio Mayor, y un segundo, pura y devastadora improvisación, en la sala Factory de Oviedo.

Poch

Poch

Actuaban «Los Hermanos Pinza», un grupo rollo punk cabaretero que tenía Poch, el de Derribos Arias, que se encontraba de aquella viviendo aquí, en Vetusta; y como teloneros, los Hipohuracanados. Fuimos a ver los del grupo etílico-punk aquel bolo de jueves. Esperamos y esperamos, pero no empezaba. Se nos acerca Rubén, el de los Hipohuracanados, y nos dice, «oye, ¿queréis tocar conmigo, que los del grupo me han dejado totalmente colgado, los muy hijosdelagranputa?» Sin dudarlo ni un segundo, y sin mirarnos siquiera, respondemos al unísono, «Sí, claro, tío.» Y allí me vi yo con el Bicho, aporreando con unas baquetas medio rotas unos cubos de la basura de los más grandes. Bicho Evan gigCada poco le dábamos una patada y tenía yo que bajar de un salto a recogerlo a oscuras entre el público asistente que, oh sorpresa, era numeroso, nos aplaudía, nos vitoreaba y todo. Me acuerdo de cantar todos juntos eso de «un día cualquiera, comeré lentejas», cutre alusión al temazo de Parálisis Permanente, «Un Día en Texas». Grabamos una cinta que se perdió sin remisión en algún confín raruno de alguna maleta. Hicimos, además, un corto en Super 8 que se titulaba «¡Qué Pasa, Monstruo?», una clara alusión a Enrique, El Figuras, que de aquella andaba por allí preparando las oposiciones a judicatura, y siempre nos saludaba con aquella coletilla caspa-lux cada vez que nos cruzábamos con él por algún pasillo interminable, y que, hace no demasiado tiempo fue pillado en moto dando una tasa de alcohol muy superior a la permitida (lo sé porque lo vi en las noticias); ay, el superjuez, ¿dónde está ahora el CGPJ? Puro rock y puro roll, como podréis observar…

Octubre de 1988. Worthing, sur de Inglaterra, ciudad costera del condado histórico de Sussex. Con lo que había ganado trabajando en la Cooperativa Vinos del bierzo de Cacabelos en la temporada de vendimia, me voy allí un mes y medio a perfeccionar mi inglés (que falta me hacía, la verdad, que andaba con un par de asignaturas colgando por ahí, ya en tercera convocatoria). Viaje de 27 horas de alsa, ¡como no! Me alojo en casa de la familia Clorane, típicos tories dicharacheros que juraban que uno de aquellos dos violines desconchados que decoraban la pared de su salón eran auténticos Stradivarius.

Mrs. Clorane y yo.

Mrs. Clorane y yo.

Gloria, la casera, era una MILF que andaba muy enfrascada en mil y un negocios (impresión de carteles para la British Airways, estampado de ropa militar para el ejército británico…), y me paseaba por ahí, por todo el sur de Inglaterra, en su mercedes rojo. Un sábado, nada más levantarme, me dice que si quería tomar el té con ella y dos amigas. Y yo venga, «buff, es que quedé en el pub con unos amigos, con Emiko, esa chica japonesa con la que ando en relaciones…», «Aaaanda, que sólo será una hora, no más, y luego te vas al Dickens» (El Charles Dickens pub de Worthing, my local then, en el que tenía puestas mis grandes esperanzas de estrenarme en el terreno sexual japonés.) A regañadientes, le hice caso a Gloria, y esperé, e hice más que bien.

Dinah O'Dowd y su vástago, Boy George

Dinah O’Dowd y su vástago, Boy George

Conocer a Dinah O’Dowd (Glynn de soltera) fue todo un acontecimiento. Dinah, originaria de Tipperary en Irlanda, era (y es) la madre de Boy George. Nos contó de primera mano, y de una manera extrañamente divertida, todos los problemas de su famoso retoño con las drogas (muchos y muy notorios en aquellos finales 80). En un alarde de irlandesa improvisación musical, y desde una profundidad vocal, gentileza sublime de la onda cavernosa del humo de Peter Stuyvesant, hasta nos llegó a deleitar con una versión folkie de «Do You Really Want to Hurt Me?», con la que me animé y llegué a acompañarla vocalmente llegado el estribillo. Dos horas y media, no una como estaba previsto. Cuando llegué al Dickens, Emiko ya se había liado con un italiano que la rondaba desde hacía unos días, Enrico («¡que estupidez!», pensé, «Enrico y Emiko, vaya par de imbéciles con rima consonante»). Me emborraché como un cerdo a base de pintas, y acabé en la cama de una chica de Alicante de la que no recuerdo ni su nombre, aún decidido, quizá más que nunca, a ser una puta estrella del rock, ¡qué cojones!

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Satán o los Sólo Natas en pleno éxtasis Beastie Boys

Oviedo, enero de 1991. Compartía piso en el número 32 de la calle Fray Ceferino con otros dos bercianos ilustres, Charlie y Jerry, y un gallego de pro, del mismo Narón, Tito.
Como las noches llenas de estudio bajo nubes de humo tóxico y de partidas de póker hasta al amanecer, nos tenían la mar de aburridos, y aprovechando las dotes de Jerry como disc-jockey, decidimos preparar una coreografía… Bueno, no una coreografía,
November 2009 016¡LA COREOGRAFÍA! Una mezcla delirante de Beastie Boys, Iron Maiden, electro-dance, hasta Marylin Monroe y Roberto Carlos, con su famoso tema «Lady Laura».
Una locura. Nos vinieron a ver actuar en la habitación de Jerry, acondicionada para la ocasión, con cama y somier en el pasillo para hacer hueco, grupos y más grupos de gente que se reía a carcajadas. No era época de fama a través de YouTube, así que, ni youtubers, ni grabación ni puñetas en vinagre de Módena. Se queda en el puto recuerdo, alguna fotografía y una fama efímera que como humo se fue. El nombre de aquel glorioso y versátil grupo, «Satán o los Sólo Natas», un palíndromo genial creado por la infatigable mente creativa de Jerry. Queda también el cartel, que poco no es.

Septiembre de 1994. Rodaje de una película, «Pasiones Rotas», mala a rabiar, en el casco antiguo de Oviedo ambientada en octubre de 1934, en plena revolución. Uno de los extras, aquí, el menda. Me cortaron el pelo y me acicalaron adecuadamente en el Hotel Regente. Me dieron un traje de época que parecía incluso de sastrería, hecho a medida, que me sentaba la mar de bien, muy elegante; La noche republicanauna copia falsa, de puro atrezzo, de un periódico, «La Noche», y me situaron en la calle Cimadevilla al lado de ¡Frances McDormand! Una toma, dos, tres… (Supuestamente, volvíamos caminando, charlando alegremente, de una corrida de toros cuando un camión lleno de revolucionarios al asalto se cruza en nuestro camino de repente, y echamos a correr en dirección a la Plaza de Alfonso II el Casto, la de la Catedral, por resumir.) y allí estábamos Frances y yo hablando con toda la confianza del mundo, como dos buenos «amigos». En una coproducción con un reparto internacional de postín (Paco Rabal, Franco Nero, Vincent Perez, Polly Walker, Penélope Cruz, Ruth McCabe, etc), me había tocado hacer una escena al lado de una pedazo de actriz de la hostia, casada con mi admirado Joel Coen… No soy muy mitómano, no os engañéis, pero en ese contexto, con toda la naturalidad que Frances era capaz de transmitir, acabamos hablando largo y tendido sobre «Agenda Oculta» y «Short Cuts», sobre Ken Loach y Robert Altman. Incluso me estuvo comentando el proyecto de «Fargo». ¡Cómo agradecía yo las largas esperas entre toma y toma a las que nos sometía el cuasi novel Nick Hamm!

Frances McDormand & Polly Walker

Frances McDormand & Polly Walker

Eso suponía más cafés de la sidrería Faro Vidio, y más cigarrillos liados (se me ocurrió aparecer en la escena fumando, así que, a liar un nuevo trujas antes de cada toma.), y, por supuesto, más y más conversaciones con Frances. Al final, cuando estrenaron (se lo estuvieron pensando cuatro años, de lo mala que era) ese pedazo bodrio pastelero de película, vi que habían eliminado esa escena, y casi todo lo relativo a la Revolución del ’34. Poco que ver el montaje definitivo con lo que allí nos habían contado los del equipo. Daba igual. Cuando vi a Frances McDormand recibiendo el Oscar por su magistral interpretación en «Fargo», me hizo ilusión pensar que alguna dedicatoria subliminal iba dirigida a mí. Ya, claro, de ilusiones… («I’ve really enjoyed your way, José. Very nice to have met you. See you soon!!» «Me too. You are amazing… as an actress, I mean» «Hahahaha, don’t worry! Message understood», dos besos y hasta nunca, como era de esperar.)

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The townspeople celebrated, the day the hostages were released.

Covent Garden, abril de 2014. Allí siempre hay artistas callejeros, la mayoría muy buenos (será por falta de actores en la Gran Bretaña, ¿no?). Estamos tranquilamente viendo una actuación cuando, de repente, y sin tiempo de reacción, me veo con una banderita, la Union Jack, por supuesto, en mi mano derecha. Efectivamente, yo era uno de los cinco elegidos para ese momento de gloria. No sé si los Village People estarían orgullosos de mí o no, lo único que sé es que lo di todo, ya no quedaba más carne para tanto asador (nunca mejor traído, que hace casi un año tenía 15 kilogramos más de ser humano en mi propio cuerpo.) Aquí podéis verme, el primero por la izquierda. Momento estelar, mito y leyenda, Dionisíacas ciudadanas de saldo y de postín…

¿El futuro? Pues como que me importa una mierda, la verdad. Vivo el presente, y mantengo, desde que soy consciente de mi existencia, una actitud extremadamente nihilista ante la vida. Puede que algún año actúe en el Primavera Sound, o en Glastonbury, o haga una gira apócrifa por los US of A tipo Dickens-Celebrity en la segunda mitad del siglo XIX, escribiendo novelas por entregas y haciendo «de sufrir» a mi estimada audiencia… Bollocks! My arse! No way, José! Que la realidad me despierte ya, que parezco un puto gilipollas… tres, dos, uno…

(Don’t you remember you told me you loved me, baby?? Ninoninoninononiiii.)

VIAJES AL FONDO DEL ALSA – PARTE XXIII (THE LAST «QUEEN» OF SCOTLAND… TEA, DUCK, QUEEN!)

19 de noviembre de 2014

Un alemán, un escocés y un nativo astur entran en El Trasiegu, nuestro bar en Arriondas (no, no es un chiste de aquéllos), a la hora del café y el pincho de media mañana. En la 1 hablan de la Duquesa de Alba; no presto atención ya que estoy en pleno escaneo rápido por el increíble universo paralelo de La Nueva España, a la búsqueda de esos boinazos tan divertidos con los que en ocasiones nos divierten. Como no encuentro ninguno hoy, dejo el periódico y veo que estos tres que acaban de entrar miran muy interesados la televisión. Se entienden en castellano, o similar.

– Oye, cagonrrós, cuando muera la paisana, ¿le haréis funerales de estado allí en Escocia, no?
– No, ¿por qué tú pregunta eso?
– Coño, que ye la reina legítima de Escocia, ¿no lu sabías?
– En Escocia no hay reyes.
– Bueno, si los hubiera… Ye la línea de los Estuardo, me parez, la última… Pera, ho… María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, pon aquí en El Comerciu… Stuart y Estuardo ye lo mismo, creo.
– M’importa una mierda… Y Silva… ¿el del Manchester City? Ho-Der, tío…
– Bueno, bueno, no te pongas así, hombre…
– Entonces, ¿qué ruta seguimos hoy? – interrumpe el germano.
– Hoy tenía pensado ir ahí por Pico Moro y seguir ruta hasta Ribadesella, ya comemos allí, ¿os parece?
– Sí, sí, donde digas tú, Manolo.

Y así, sin más demora, la “última reina de Escocia” se queda sin su funeral de estado, pleno de asistentes llevando faldas románticas con tartanes de los clanes de las Tierras Bajas y también de las Tierras Altas, todos ellos bailando sevillanas muy borrachos al ritmo de palmeros andaluces y gaiteros escoceses.

(Mientras tanto, en el mundo real… the «sun rises above the factory, but the rays don’t make it to the street…»)

UNAS POCAS COSAS, QUE ALGUNAS SON

«We don´t get what we asked for, we get what we deserve» (No podemos conseguir lo que pedimos, obtenemos lo que merecemos) – From the Sleaford Mods’ «Under the Plastic and N.C.T» song

UNAS POCAS COSAS, QUE ALGUNAS SON

(poema mentiroso, aconsonante, pentafulgurante y en ritmillo Brey)

Todo,
todo es falso,
falso, falsete,
absolutamente falso,tumblr_lxt6wpuzgG1qahoe5o1_500
salvo alguna cosa,
cosa que es lo que han publicado,
publicado lo han,
los medios de comunicación…
Y voy a tomar,
tomar una decisión.
Cosas,
cosas se han producido,
algunas cosas que no,
que no,
que no nos gustan;
pocas cosas…
Incesante
goteo;
me meo…
Y
no es cierto,
no todo lo referido
a mí,
a mis compañeros…
No son,tumblr_m3tfl3Gtdw1qzaxefo1_400
no lo son
46 millones
de españoles,
en fila
de a uno.
La cosa.
Pocas cosas,
algunas,
nunca más…
It’s too difficult
todo esto.

Nevermore!!

(Y el Cuervo dijo: «Nunca más.»
No podrá liberarse. ¡Nunca más!)

Y ahora me poso sobre un busto de Palas y, muy en serio, os pregunto vuestros nombres.

«¿Quiénes sois?»

«So, goodbye.
Please stay with your own kind
And I’ll stay with mine.»

(Y el Cuervo dijo: «Nunca más.»
No podrá liberarse. ¡Nunca más!)

VIAJES AL FONDO DEL ALSA – PARTE XXII (ALIMERKA COVER)

14 de noviembre de 2014

¿Te sienta bien Alimerka?* Hmmm, pues no sé, creo que me sienta mejor un día extra de descanso, lógicamente… Pero, a lo que íbamos, ésta es la historia de un ser humano cualquiera que, en una misma jornada, tiene que visitar la charcutería del Alimerka en dos ocasiones. Atentos.
A) 
– ¡Siguiente! ¡El 27!
– Yo, yo, el 27, yo… Estaba mirando, llevo un rato, es que en casa les gusta tanto… ¿no tenéis ya ese lomo de Ezequiel?
charcuteria_2– Sí, sí, aquí, mire, lo tenemos fuera, el lomo, el chorizo, de Ezequiel…
– Ah, genial, ¡qué bien! Pues, hala,  ponme un cuarto de jamón serrano, de ése, el de Navidul.
La charcutera me mira asombrada (yo soy el siguiente, el 28, ella parece saberlo); echo la vista alrededor, la 29 y la 30, que hablaban muy distendidamente de las increíbles hazañas académicas de sus respectivos retoños, se han callado y parecen ahora estatuas de sal. El profeta Ezequiel abrumado por la Babilonia cerda de Navidul…
B)
¡¡Jo – Der!! El puto queso fresco de los cojones, que se me olvidó comprarlo por la mañana (¡Quien me mandara a mí ir a la compra sin la correspondiente lista?) Segundo viaje lúdico-festivo a ese Alimerka tan, tan amarillo. No hay cola, cojonudo. Tan sólo veo dos señores comprando en la charcutería, ¡bien!… O no, a ver.
el-pescailla– Que te digo yo que la del gitano Antón es del Pescaílla, joder, no de Peret.
– Que no, joder, que te digo yo que no, hostia… (Sí, de ése, seis lonchas o así.)
– Vaya, lo que yo te diga, si no, luego le preguntas al Chuli a ver qué te dice…
– El Chuli me la chupa a mí doblada, que el rey de la rumba catalana es el Peret, cojones.
(Queso en lonchas, sí, unos 150 o así, de ése, del de la Central… No, no, nada más. Ya está.)
– Catalanes, catalinos, que los llamo yo… ninoninoninonoooo… jojojojojo.
Y se van abrazados, cantando a viva voz la de «El Gitano Antón», dando palmas, con ganas de volver al bar y seguir tomando contentos más vino peleón.2010-De-Los-Cobardes-Peret
Ya me toca.
– Un poco de queso fresco.
– Sólo me queda sin sal.
– Pues nada, sin sal será…
«¡¡Y llegó la policía, y apresaron al matón!!», se escucha desde la caja 2. “¿Tarjetina de puntos?”, se oye como respuesta. Ella, la charcutera, deja el filo del cuchillo encima del queso, sin cortarlo aún. Al unísono, giramos nuestras cabezas y miramos en dirección a las cajas, quietos,  petrificados, unos veinte segundos de pura asimilación…
– Perdona, eeehhh… ¿qué querías?

alimerka caja

*”¿Te sienta bien Alimerka?” Hace referencia a la canción promocional de esta famosa cadena asturiana de supermercados que suena incesantemente cuando uno se encuentra en el interior de uno de ellos intentando comprar lo que lleva apuntado en la lista de la compra, pretendiendo no ser engañado una vez más por la tramposa distribución de productos.

SELECTOR DE FRECUENCIAS

Tan sólo llevo dos míseros meses como blogger. Poco tiempo es, la verdad, pero soy afortunado. Me explico, en este tiempo me han seleccionado para seis premios (que, en realidad son tres, ya que, casualidades estelares, me han otorgado la misma distinción dos bloggers distintxs en cada categoría.) No tenía nada claro qué era esto de los premios, en qué consistía, para qué servía. Tras informarme, observar, leer, digerir, veo que estos premios son aún mejores que los oficiales. sirven para conocernos, para que nos leamos y conozcamos nuestras letras, afinadas o no. ¿Que puede haber mejor que eso, no? Sé que si éste fuese un premio oficial que me tuviese que entregar, no sé, el ministro Wert, por ejemplo, lo rechazaría al instante, como mucha otra gente inteligente y digna ha hecho con anterioridad. Eliminada esa pátina de hipocresía de los premios al uso, paso ahora a enumerar cada uno de ellos y a seleccionar a camaradas bloguerxs en aras de distinguirlos también. Vamos por orden cronológico:

BLACK WOLF BLOGGER AWARD

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Me seleccionaron con tal distinción dos bloguerxs a los que sigo con pasión casi reverencial, Andrés Cifuentes, versátil y certero desde su Ojo Crítico; y, dos días más tarde, bellaespíritu, desde Argentina para el resto del mundo; de la cual aprendo casi cada día.

NORMAS

  1. La distinción conlleva agradecer al blog del que proviene
  2. Publicar el logotipo del premio
  3. Nominar a su vez a quince blogs de WordPress a los que debe notificarse debidamente.
  4. (Por descontado, nada es obligatorio, faltaría más. Más que normas, serían puras recomendaciones opcionales)

SELECCIONADXS (ORDEN ALEATORIO)

  1. commonsleon 
  2. Julie Sopetrán
  3. Loretta Maio
  4. efe
  5. Henar de Andrés
  6. Bodicea72
  7. Mar Inside
  8. Sotrondianu
  9. Un Plan Infinito
  10. Chus
  11. Velehay
  12. Susansutherlandcruz
  13. manuelribadulla
  14. evavill
  15. Antonio Chueco Ruiz

Pues nada, difícil elección. ¡Enhorabuena a todxs!

Next in line… PREMIO DARDOS

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En esta caso, tuve el honor de haber sido seleccionado por dos blogueras de lujo, Zcoer, desde su hermosa sensibilidad, y La Sabrosona, bipolaridad Spanglish en toda su extensión, a veces divertida, en ocasiones seria y siempre un placer leerla. Para las reglas, una fotaca… y en inglés, que no se diga.

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SELECCIONADXS (ORDEN ALEATORIO, AGAIN)

  1. Leyla
  2. Christy Birmingham
  3. Isabel F. Bernaldo de Quirós
  4. Ava Maof
  5. Malin H
  6. Amira Akhtar
  7. Peter
  8. Iria Otero Fernández
  9. Paco G.R.
  10. Theya Catalan
  11. Camino a Poniente
  12. TatysMN
  13. Fermín Goiriz Díaz
  14. Zuri Aguirre
  15. Jose Minguell

Y, por último… VERY INSPIRING BLOGGER VERSIÓN CHANGUITO-FLOWER

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Al parecer, fui «very inspiring» para dos grandes escritorxs, Danielagzn, valiente, arriesgada… toda una aventura para los sentidos poder leerla; y Daniel Centeno, cuyo universo es altamente recomendable para cualquier persona de bien que aprecie el arte de escribir. (Curiosamente, coinciden en nombre, uno masculino y el otro femenino, claro, y también en nacionalidad. Parece que el ALSA conectó directamente con tierras mexicanas.)

Mi labor, ahora, consiste en otorgar esta distinción a diez personas, lo cual paso a hacer acto seguido:

SELECCIONADXS (ORDEN SIN IMPORTANCIA,NO ES UNA CLASIFICACIÓN, REITERO)

  1. Criminóloga-Existencial
  2. pepemiralles
  3. Verónica
  4. Esther López
  5. Jaime Poncela
  6. Romulaizer Pardo
  7. Eddie Two Hawks
  8. manescan
  9. YJRivas
  10. TheCrazyBagLady

Una mención especial a Icástico, que me había mencionado en un post sobre un premio (creo que era Liebster Awards o algo similar) y que creó una disertación brillante sobre lo que significan (y no significan estos premios). Seguidlo, merece mucho más que la pena.

And that’s been all for now, folks!! Dura tarea la de tener que elegir entre tanto horizonte tan bien aprovechado… Os dejo con este tema del siempre atento Aviador Dro. Ya sabéis, bloguear es nutritivo, no lo dejéis. Nos vemos y nos leemos.

BUÑUEL Y LOS VOLCANES

Como acabo de ver otra vez Los Olvidados, de Buñuel, me apeteció rebloguear esta entrada. Buenas noches.

VIAJES AL FONDO DEL ALSA

“Desde mi más tierna infancia siempre he querido ser útil sino a toda la humanidad, al menos a una parte de la misma; mi destino era ser médico. Pero esa idea inicial se tornó fuego en el viaje que los de PREU hicimos a Italia en 1964. Pompeya y Herculano cambiaron mi vida; sus ruinas causaron tal impacto en mi interior que no tuve más remedio que comenzar mis estudios de vulcanología al año siguiente – todo ello, he de reconocer, con el correspondiente disgusto de mis progenitores, que llevaban demasiados lustros mentalizados y ya me veían con bata blanca o verde recorriendo los interminables pasillos de un hospital cualquiera -. Es una mera cuestión de emociones, de ver la luz cuando te llega el momento, y a mí todas aquellas personas que murieron sin apenas darse cuenta, mientras dormían o hacían el amor, hace mil novecientos y pico años…

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МАРИНА АБРАМОВИЋ MEETS TRAVIS BICKLE

Otra noche más en vela. Demonios sus ojos si intenta cerrarlos y abandonarlos a ese ritmo cero del sueño. El taxi es la mejor solución. Conducir ese auto amarillo toda la puta noche. No le cabe la menor duda. Wizard le dice que no se preocupe, que todo saldrá bien, que esas bestias que se esconden en esos lugares inexplorados de su mente acabaran estallando por pura inercia, muriendo al instante y esparciendo sus ínfimas vísceras a lo largo y ancho de todo su cerebro para acabar siendo devoradas por esas neuronas de colmillos afilados que habitan en el alter ego de su subconsciente. (“Malditos charlies, ¿dónde cojones os escondéis ahora?”). Mira a un lado de la calzada, también al otro y solo ve putas, chulos, yonquis, gente en perfecto estado de putrefacción, de corrupción moral. “Esto se tiene que acabar.” Travis todavía no ha hecho negocios con Easy Andy, pero lo hará, y pronto.Travis Bickle Sabe qué tipo de armas necesita. Sabe cómo acabar con toda esa puta mierda infecta, esos gusanos que mastican sin cesar la pulpa de esa Gran Manzana.
“Más rápido que tú, hijo de perra.” “¿Hablas conmigo? ¿Me lo dices a mí? ¿Quién es, a mí? ¿Entonces, a quién demonios le hablas si no es a mí? Aquí no hay nadie más que yo. ¿Con quién puñeta crees que estás hablando? ¡Ah, sí? ¡Eh! Muy bien… Ja… Escuchad, imbéciles de mierda, aquí hay un hombre que va a cortar por lo sano.”

Un cartel llama la atención de Travis Bickle. Se anuncia una performance llamada Ritmo 0, de una tal Marina Abramović. Observa unos instantes esa foto y Travis llega a la conclusión de que le resulta atractiva esa chica yugoslava. Lee con detenimiento eso de “probar los límites de la relación entre la artista y el público.” Decide ir al día siguiente al MOMA.

[ 1974 – Ritmo 0

Para probar los límites de la relación entre el artista y el público, Abramović desarrolló una de sus performances más exigentes (y la más conocida). En ella adoptaba un rol pasivo, mientras el público la forzaba a realizar la actuación.marina abramovic

Colocó sobre una mesa 72 objetos que la gente le permitiera usar en la forma que ellos eligieran. Algunos de estos objetos podían usarse de manera placentera, mientras que otros podían infligir dolor o incluso dañarla. Entre ellos había tijeras, un cuchillo, un látigo, una pistola y una bala. Durante seis horas la artista permitió a los miembros de la audiencia manipular su cuerpo y sus acciones.

Los espectadores tenían la instrucción de usar los objetos del modo que ellos quisieran. Al principio, los espectadores fueron pacíficos y tímidos, pero gradualmente comenzaron a ser más violentos. En sus palabras:

“La experiencia que aprendí fue que… si se deja la decisión al público, te pueden matar… Me sentí realmente violada: me cortaron la ropa, me clavaron espinas de rosas en el estomago, una persona me apunto con el arma en la cabeza y otra se la quito. Se creó una atmósfera agresiva. Después de exactamente 6 horas, como estaba planeado, me puse de pie y empecé a caminar hacia el público. Todo el mundo salió corriendo, escapando de una confrontación real.” – Marina Abramović] – Fuente, Wikipedia.

Todos no. Travis sabía que su deber era eliminar toda escoria de esta sociedad maloliente. Y Marina le parecía eso mismo, otra puta mierda más; más óxido que añadir a los engranajes del carrusel que da vueltas y más vueltas bordeando impasible el tan ansiado fin de los tiempos. 800px-Travis_BickleÉl, de entre los 72 objetos que tenía para elegir, eligió, ¡cómo no!, la pistola. La calibró en su mano, la escudriñó bien y luego miró fijamente a Marina, primero de lejos, desde la posición que ocupaba la mesa que soportaba todos esos objetos de placer y dolor, luego se acercó despacio, sin dejar de clavar su mirada en los ojos vacuos de la artista de Belgrado (parte integrante del guión preconcebido para la actuación). Travis regresa ahora a la mesa. Coge la bala. La inserta en el tambor. Da un toque sutil al mismo para que dé unas cuantas vueltas sobre sí mismo. Quiere jugar a la ruleta rusa con ella. Regresa al lado de la impasible Marina, ya vejada de todas las maneras que ella jamás hubiera podido imaginar. Hay sangre. Ropa hecha jirones. Pezones en carne viva. Espinas de rosas clavadas por todo su cuerpo… Y ahí está Travis, a su lado, apuntando con la pistola directamente a su sien derecha, la de él. Aprieta el gatillo. Click. El vacío. Cambia y pasa a apuntarla a ella, a su sien izquierda. Se ríe Travis.

“You talkin’ to me?… YOU TALKIN’ TO ME!?”7-rhyscooper

Pero el Hombre Solitario de Dios no aprieta el gatillo. No es que no se atreva, por supuesto que no es ese el motivo, tan sólo fue un instante de empatía, de ver, de notar algo diferente en las pupilas de Marina que le dijo, «ahora me doy cuenta que ella no es como las demás. Parece fría y distante, pero no lo es. Merece la salvación.”  Se aleja Travis de ella. No transcurre ni medio minuto cuando ella se incorpora y comienza a caminar en dirección a la gente que había ido a ver su actuación. Y sí, es como ella contaría más tarde, todos huyen con premura, evitando el enfrentamiento directo con ella, que vuelve a ser un ser humano y no una mera “obra de arte”. ¿Todos? Pues no, en una esquina sigue Travis Bickle pistola en mano. Se acerca pausadamente a la mesa y deja allí la pistola, aún con una bala dentro. Encamina luego sus pasos hacia Marina. Ésta se para en medio de la estancia. Está tranquila, ya no tiene miedo. Él llega a su altura, acerca su cara para darle un beso en uno de los cortes que ella tiene en su cuello, sin beberse la sangre “¡A este museo vienen todo tipo de personas!” , le dice Travis. Ella asiente con la cabeza sin mirar a Travis a los ojos, sin  percatarse siquiera de que sus lagrimales están ya a punto de rebosar. Él se da la vuelta y se despide de ella con un simple, “¿Sabes, Marina? Por las noches no puedo dormir.»