REFUGIO

Llueve, no, llueve.

Y desaparezco de repente,

engullido por un charco,

por una fuente,

por su glaciar incandescente,

porque descalzo salí,

Y me aposté a su lado,

enano, lejano,

como bobo aletargado…

Y sí, desaparecí;

y llegué sin querer

al fin del otro confín,

y di la vuelta, regresé,

y con el tic-tac de tu agujero negro

Me mareé, y vomité,

y me acordé de la sangre,

aquella de la matanza,

del cerdo que huía,

de no haber comido,

de no tener hambre.

Y ahora vivo aquí,

y no necesito nada,

de nada,

Den Hada.

Sin materia,

lo reconozco,

no se puede ni levitar…

¡Levítame!

Girl balloon ernest zacharevic Malaysia

Ahora, como San Francisco Negro

que se tira al monte

sin atarse los cordones,

desaparezco de repente…

otra vez y una,

y en el sinfín,

las uvas van llegando

a su destino final.

Vino para trasnochar,

ciego de su oscuridad,

sombra de su vaivén…

Ven, anda,

balancéate conmigo

en el columpio de la verdad.

De su estrechez,

haremos juntos una mansión.