EL CHICO ESCÉPTICO

El chico escéptico

no mira la playa,

no es Egeo,

igual que los demás.

El chico escéptico

pasa de las mareas,

de la luna también,

le parecen aburridas,

y si se ve nervioso,

apaga el botón del mar

y se va al desierto

a sudar su odio

a solas,

sin espuma

que acaricie ingenua

su dermis ya arrugada.

El chico escéptico

sabe que no ha crecido,

que su triste fama

de la muerte arrancada

no servirá

mas que para adornar

críticas bien escritas,

mejor pintadas,

a modo de arte,

en conciencias peregrinas,

huidizas y alicatadas,

como esa nueva,

la que llaman Dismaland,

porque Banksy,

que es muy listo,

ve de lejos la llaga

y allí introduce sus dedos,

y la gente progresista,

alborozada,

aplaude sonriendo

y con las orejas tiesas.

aylan kurdiEl chico escéptico

ya no respira más,

y desde su tarima flotante

escupe su desdén mojado,

que ahora nos cae,

firme y directo,

como tormenta de verano,

gota fría de miseria,

sobre la raza humana,

como plástica entelequia.

El chico escéptico

aprovecha el momento.

No le han brotado alas

como retazo simple de misericordia,

no,

mas la mierda nos cubre

con ese tufo celestial

que emana sin piedad

de los poros de la hipocresía,

bien pensante,

de los bienaventurados,

contenedores de esa sangre

que mana de la historia,

sin cesar,

de litros y libros,

billones de toneladas

de ellos,

densos

de vergüenza salada y seca,

y de rabia sometida.

El chico escéptico

ya no está,

otros miles, millones,

cubren el horizonte

con sus siluetas,

que sólo amenazan humanidad.