“La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos.”
Karl Marx
señor muy muy de tradiciones:
desayuna mientras lee la prensa;
“golpista” farfulla enfurruñado
nada más ver una foto del presidente
enciende el primer cigarrillo del día.
dos veces divorciado
a punto ya de una tercera
su hija mayor ya ha abortado
en un par de ocasiones:
el dinero puede comprar todo remordimiento;
su benjamín se casó el verano pasado
con su novio francés:
en la boda disfrutaron de lo lindo
se rieron a gusto
con y de la nueva familia política y gabacha,
lo pasaron muy bien
y cantaron en familia y, la mayoría en inglés inventado,
el siempre épico “I will survive”;
todavía no lo sabe
pero dentro de tres años
firmará sin dudar el consentimiento
para que su querida madre
deje de sufrir innecesariamente,
pero ahora
sigue de muy mala hostia y protestando
“no habrá güevos para sacar a los benedictinos
del valle de los caídos”
proclama por lo bajini
hasta que llega la chica
ecuatoriana y sin dar de alta en la seguridad social
a pedir permiso al señor
para servirle con una enorme sonrisa
el segundo café de la mañana.