SHAMELESS DAY!

Y si me brillas

ya no te comprendo

que no siento tuyas

esas palabras extrañas

con sonidos sibilantes

sordos y repetitivos

¿Quién eres,

que yo no te conozco?

No me brilles

te repito

que no capto

tu semántica deforme

tu morfología cuadrúpeda

de máquinas sin tornillos

de alcaldes entre vino

de ascensores compartidos

entre alientos mortecinos

ya de por vida repetidos.

¡Que no me brilles, joder!

¡Que te apaguen esa luz de una puta vez!

Y ahora vas en ese coche

hablando sin sentido,

que si esto o lo otro,

que si mi madre que si la tuya,

con ese chófer

que asiente aburrido.

Apaga, apágame, apa

apaga, apaga esa sinrazón.

Volumen de crucero

de cabeza de melón

para peatones de paso lento

no para runners pijos, no,

para caminantes de cabeza gacha

y sonrisa con brillo de babas.

No puede ser, no puede…

¿Otra vez aquí?

¡Que no me brilles,

que te apagues ya

ahora y para siempre!

Deja que anidemos de nuevo

en lo limpio de nuestras cabezas,

ignorantes y limpios,

afeitados y carcomidos.

¿Es que no te das cuenta

de que lo único que queremos

es sacar nuestras manos de los bolsillos

para decirte adiós muy buenas,

por y para siempre?

Que te vaya, bonito,

hacia el norte

por allí,

el desvío hacia tu camino

de eterno regreso.

ICE, ICE LADO

Aislado,

otro caso,

de mano,

Granada, hoy,

aislada,

aislamientos unidos,

revestimientos sanos.

Unos son honoris,

los otros son causa,

y todos unidos

generan otro caso

aislado,

pura burbuja

de metacrilato.

Uno ahora,

otro mañana,

también aislado,

solo en este desconcierto

de geografía inusitada,

economía y crecimiento,

lejano,

también aislado.

Y un gotero sin suero

que vomita nombres

uno, dos, tres, cuatro…

y otro más, aislado.

¿Y yo?

Pues yo… “I want to believe”

¡Quiero creer,

crecer aislado!

Y la semántica,

recia, huidiza,

que no me ayuda, joder.

Aislado es, sí, solitario,

independiente y profano,

hereje de misa diaria,

y el resto va caminando,

aislado,

y piando a la vez,

en castellano,

pío, pío, pío;

en inglés,

“tweet, tweet, tweet”

¡Gentuza, gentuza…!

¡… uza, uza!

Aislada, aislada…

… lada, lada.

(¿Para cuándo

un “En tu Talego

o en el Mío”?

Pero con vuestra pasta,

la emigrante,

no con la nuestra,

aislada, sí,

pero sólo

por ser casi inexistente.)

 

(YOU, TWATS!!!)

MUTACIÓN NOSTÁLGICA

“Como siempre que hay una gran mutación, emergen las nostalgias, y la nostalgia puede ser Ada Colau, con una idea… o Podemos, con una idea de una Arcadia Comunista feliz; o puede ser ISIS, que yo no diría que es una vuelta al siglo XVII, es una nostalgia del siglo XI.” – Ana Palacio, exvicepresidenta del Banco Mundial y Ministra de Asuntos Exteriores entre 2002 y 2004, durante el segundo mandato del Partido Popular con José María Aznar de Presidente que, como todo el mundo recuerda, “estaba trabajando en ello”.

Yo, la verdad, fue escuchar esto y, en buena lógica, reírme con ganas en primera instancia, imaginarme cualquier película de serie B, Astro Zombies, por ejemplo. «With just a touch of my burning hand, I send my astro zombies to rape the land» (Con tan sólo un toque de mi mano ardiendo, enviaré mis astro zombis a invadir la tierra – ¿un astro zombi? Pues cualquier concejal de estos mutantes nostálgicos, claro. )

Pero, ¡ay!, una segunda escucha, esta vez sin imagen, desde la radio, me trajo a la mente a Chomsky, pero no al Chomsky pensador y combatiente, sino al lingüista, al primer Chomsky de aquellas primeras teorías lingüísticas tan revolucionarias, aquella primera versión de la Gramática Generativa Transformacional de 1957, las Estructuras Sintácticas. ¿Y por qué? Pues muy sencillo, quiero saber los porqués, quiero ver cuáles son los caminos que pueden llevar a una persona a afirmar sentencias tales. Bien, en esa primera teoría de 1957, el lingüista desarrolla la idea de que en cualquier lengua una oración tiene dos niveles de representación, una estructura profunda y una estructura superficial. La primera, la estructura profunda, representa las relaciones semánticas básicas de una oración en base al innatismo de la capacidad del lenguaje, suponemos que es válida para cualquier idioma, claro, ya que ésta revela propiedades comunes a todas las lenguas, las cuales quedan ya ocultas una vez llegados a la estructura superficial, la cual conseguimos aplicando diferentes tipos de transformaciones para cada tipo de oración, repito de nuevo, sin ser en ningún momento conscientes de ello. Un ejemplo práctico, la transformación de una estructura profunda, una oración afirmativa (suponemos que las oraciones afirmativas constituyen la estructura profunda y a partir de ahí se construyen las negativas y las interrogativas) y en voz activa, a una negativa y en voz pasiva:

E. P. – Ana Mato compró el confeti

Bien, ahí aplicamos dos transformaciones a esa estructura profunda para llegar así a la estructura superficial; primero la Negación, “no”, y luego, en un segundo paso, la pasiva, que implica varios movimientos, el objeto de la estructura profunda pasa a ser sujeto paciente, el sujeto de la profunda se mueve al final de la oración como complemento agente, precedido por la preposición ‘por’, y por último, añadimos el verbo auxiliar ‘ser’ en su tiempo correspondiente para conseguir finalmente una oración en perfecta voz pasiva. Obtenemos, pues:

E. S. – El confeti no fue comprado por Ana Mato.

Pero reconozcamos que es ésta en sí misma una oración muy sencilla, por tanto, vamos ahora a la del principio de este artículo, la de la mutación, la nostalgia, el Califato, etc.

Tras darle muchas vueltas, ya que estamos ante una estructura la mar de compleja tanto semántica como sintácticamente, he llegado a la conclusión que paso a explicar de la manera más sencilla:

E. P. – Nosotrxs estamos acojonadxs y tenemos un pánico de la hostia puta.

E. S. – Nos remitimos a las oraciones en cursiva que abren esta disertación.

Hablando de nostalgia, esto sería analizado y explicado así allá por 1957, con Estructuras Sintácticas, y teniendo en cuenta, por supuesto, quién tenía el poder en este país. El bueno de Noam desestimó años más tarde esa primera teoría, así como varias posteriores, para llegar a la conclusión de que la verdad lingüística definitiva está en el Programa Minimalista, el cual trabaja sobre la hipótesis de que la Gramática Universal (los principios comunes que comparten todas las lenguas) no es más que un diseño perfecto, en el sentido de que solo contiene lo estrictamente necesario para cubrir nuestras necesidades conceptuales, físicas y biológicas. Aaaaanda, acabáramos, era eso… Y ahí volvemos a la misma conclusión de antes, “miedo, tengo miedo, miedo de perderte…”

(¿Y la Arcadia a la que se refiere? ¿Es Grecia acaso? ¿Syriza? ¿Qué opina de Varoufakis? ¿Qué ha hecho Ana Palacio todos estos años? ¿Es más de Breaking Bad o de True Detective? ¿Quiere ella ser la Califa después del Califa o no dejar que nadie más llegue a pisar ese Califato tan suyo, tan privado, tan liberal?

Will you miss your “Paradise Lost”?

Who the fuck is afraid of Ada Colau?)

Well, 1957, that year, you know, “well, that’ll be the day when you say goodbye…”

EL FIN DE SEMANA DE ANÍBAL ZAZO

Aníbal Zazo Rodiles se levanta un poco más tarde de lo habitual este sábado 23 de mayo de 2015. Sabe que la noche anterior quizá se hubiese tomado un par de Seagram’s con cola más de la cuenta, pero le da igual, hoy tiene lugar el primero de los tres acontecimientos importantes que se van a producir en su vida este fin de semana, el Festival de Eurovisión, y es feliz. Ha quedado con sus dos amigos del alma (bueno, para ser exactos, sus dos únicos amigos, Rubén y Milio) para verlo esta noche en su casa. Ya tiene todo preparado, bebida, comida, la App de Eurovisión descargada en su iPhone 6. Se siente esperanzado, siente que Edurne va a hacer algo muy grande 00 eDURNEpor España, que, ¡que hostias!, es la novia de David De Gea, ese porterazo que pertenece al Manchester United, pero que en breve estará defendiendo el color blanco de su adorado Real Madrid, y eso Europa lo sabe, y traerá muchos votos, “eso, y que Amanecer es un puto temazo”, piensa para sus adentros mientras acaba de recudir las últimas gotas de pis que se rebelan sinuosas contra la ley de la gravedad en el borde de su prepucio. “¡IEIEEEOOOO!”, grita desaforado mientras tira de la cadena.

“¡15 PUNTOS! ¡15 PUTOS PUNTOS! ¡MIERDA DE EUROPA, A LA PUTA MIERDA CON EUROPA, JODER!”, Rubén y Milio insisten en que no se ponga así, que no es más que un concurso hortera de canciones insoportablemente histriónicas e histéricas en su gran mayoría. Pero Aníbal sabe que él tiene razón, que nos odian porque somos los mejores, que sólo ganan maricones con barba. Punto.

Domingo 24 de mayo. “¡Hoy sí, joder!” Claro que sí, Aníbal, hoy claro que sí. Otros dos acontecimientos de enjundia, ambos en la misma fecha, histórico. Son las siete y media de la mañana, ha sonado el despertador a su hora y Aníbal se dirige al Colegio Electoral en el que lo han designado como vocal suplente. En condiciones normales, él mismo sería un apoderado más de su partido, el Partido Popular, aunque eso hoy no puede ser, que viene reñido con el tercero de los slim2--644x362acontecimientos extraordinarios que se dan este fin de semana, el partido de ida de la promoción directa a segunda división del Real Oviedo en el estadio Carlos Tartiere, a las 5 de la tarde, contra el Cádiz… “¡Les van a caer cuatro a esos gitanos!”, se va diciendo a sí mismo a la vez que camina con paso firme en dirección a su colegio electoral, en el Centro Social del barrio de Pumarín de Oviedo. “¡Si hasta vino Carlos Slim, joder, que esto va a ser la de dios!”

Nervios. Las ocho y cinco, y la chica titular como vocal de su mesa electoral, la A del distrito 6, sección 5, no ha aparecido aún. Lo llaman por su nombre y apellidos. Se sienta. Está lívido. “No, joder, no puede ser”, se lamenta, “no me puedo perder el partido, ¡NO!” Menos mal, a las ocho y doce minutos aparece Claudia Pérez Yañez, la vocal titular. “Mil perdones. El despertador, que no me sonó.” Aníbal le da dos besos muy sonriente justo antes de largarse raudo con viento helado. Al irse, nota como Claudia se lleva cual imán todas las miradas masculinas heterosexuales de las mesas ya constituidas. Está muy buena, aunque eso a Aníbal le da exactamente lo mismo, él es muy hombre, y como tal sólo ejerce su homosexualidad encubierta a tiempo parcial y cuando nadie está atento a sus movimientos. Él es además lo que podríamos definir como un obrero neoliberal. Conservador hasta la médula en lo político, muy trabajador, de los que ponía yeso a espuertas en todos aquellos edificios que se construían sin parar no ha tanto tiempo. Cristiano en lo histórico, porque no pisa una iglesia desde la boda de su primo Higinio hace ya cinco años y medio. Ahora trabaja para el Ayuntamiento. Gestiona pedidos en varios centros sociales. Ya no hay más yeso que poner. Sabe muchas cosas pero no se las cuenta a nadie, porque él sabe cuál es la máxima “lo que pasa en la cancha, se queda en la cancha”, y Dios bien sabe que no existe subalterno más canchero que el propio Aníbal, fiel a lo suyo y a los suyos, impasible el ademán si hace falta. Si algo caunedotiene claro este domingo, es que Agustín Iglesias Caunedo va a ganar por mayoría absoluta. No existe mejor candidato posible para la vieja ciudad de Vetusta, que, si de él mismo dependiera, seguiría durmiendo la siesta per sécula seculórum, y eso Aníbal lo tiene mucho más que claro, y en su fuero interno sabe que la gran mayoría de gente carbayona también lo siente así, porque debe ser gente “agradecida”, ¡cojones!

Ahora toca irse al Tartiere. Se lo piensa unos minutos, y al final se decide por la camiseta con el 10 del malogrado Dubovsky.

“¡VAMOS, VAMOS OVIEDO, ES UNA FUERTE PASIÓN! ¡ESTA HINCHADA ESTÁ LOCA, LOCA POR VERTE GANAR!”, dos veces cantada a viva voz, forzando al máximo los límites de su garganta, obligan al pobre Aníbal a moderar el tono, casi a seguir al resto de la afición que espera la llegada del autocar de su equipo en un perfecto playback sin dejar de dar saltos y agitar su bufanda con una emoción tan, tan profunda, que una lágrima inadvertida asoma ahora  por su lagrimal 00 no-real-oviedo-cadiz-tartiere-tifo-1024x410derecho, no podía ser el otro. Se sienta con sus amigos. En la grada de arriba, la afición del Cádiz C. F. La gente se lo pasa en grande, a pesar del gol del Cádiz al borde del descanso, unos insultándose a otros, que si gitanos por aquí, que si el Sporting de Gijón por allá. Aníbal disfruta cada microsegundo a tope, y el éxtasis llega con el gol de Cervero. Empate a uno. Acaba el partido. “Bueno, a ver cómo se nos da la vuelta. Pasamos fijo, que fuera marcamos siempre.”

Está cansado. Decide irse a su casa en vez de pasar por la fiesta del PP de Oviedo, que seguro que tendrá mucho que celebrar esta noche. Un colacao con galletas Chiquilín, sus favoritas de toda la vida, mando a distancia, click, y a ver la TPA… “¡Vamos, vamos, Caunedoooo, Eres siempre el mejor. Los ovetenses están locos, locos por verte ganaaaar!”caunedo-mantiene-3

Pobre Aníbal, tres de tres, y las tres en la frente, una pedrada tras otra, el sufrimiento, ¡el horror!… Bueno, todavía queda el partido de vuelta en Cádiz. No perdamos la esper… “¡Mierda, no, ese nombre hoy, no!” … la fe, eso. No perdamos la fe. «O sí, uno ya ni sabe…»

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VIAJES AL FONDO DEL ALSA – PARTE XXXI (HABLA, PUEBLO, HABLA)

Lo pienso medio en broma, y me da la impresión de que tiene que ser así, mientras unos sufrimos de poesía, la pandemia generalizada hace que el resto padezca de una crisis galopante de “historias cortas”. Ahora ya en serio, ¿quién puede huir a conciencia de una campaña electoral? Yo lo intento con todas mis fuerzas, recurro a todas las estrategias habidas y por haber para evitar cualquier contacto directo con una sonrisa mentirosa, un apretón de manos engañoso, un tener que escuchar una retahíla de sandeces enumeradas de una en una o de tres en tres (decirlas todas qué fácil es… Restos de aquella publicidad de tiempos infantiles que perviven agazapados en rincones rarunos de mi cerebro king size.)

El sábado pasado sucumbí, sí, amigos y amigas, caí en las redes de la trampa electoral. Es el factor sorpresa, que no contamos con él porque en el fondo somos bastante gilipollas, aunque tratemos de disimular tal condición según nuestro limitado entendimiento nos da a entender. Vamos al asunto:

Sábado 9 de mayo de 2015. Bien temprano, como de costumbre, voy a la piscina de Azcárraga a nadar mis mil y pico metros, ahí, a bloque, ¡cagonrrós!. Vuelvo para casa nuevo, cansado, fresco, con un tono corporal casi perfecto para poder pasar cualquier ITV humana que se nos pueda poner por delante. Extrañamente, que es sábado como ya sabemos, hay mucha gente a la puerta de la parroquia del barrio, la de Nuestra (no la mía, por descontado) Señora de Covadonga. “¿Y por qué?”, me pregunto cuasi asombrado ya que vivo completamente ajeno a los asuntos y menesteres de la parroquia. Caminan delante de mi cuatro personas, un señor de unos cincuenta años, camisa rosa y chaqueta muy pija con coderas, de color beige, muy engominado, y sonrisa forzada rozando lo ridículo, y dos chicos y una chica de un aspecto muy similar, con ropa de esa de grandes caballos con jinetes jugando al polo, que cargan a sus espaldas con una de esas mochilas de cuerdas, éstas últimas de color azul, lógicamente, que rezan la leyenda “Populares”. “Uy, uy, uuuuuy”, pienso aceleradamente mientras imprimo más ritmo a mi paso para así poder adelantarlos cuanto antes… Pero nada, imposible, a mi derecha la carretera con coches pasando constantemente, y la acera superpoblada por familiares de esos niños y esas niñas que hoy están recibiendo a Dios en su seno por vez primera, las criaturas. Me resigno y activo el modo observador pasivo a su máxima potencia. Los cuatro jinetes “Populares” llegan a la altura de la parroquia, se paran, descuelgan sus mochilas y de su interior sacan montones de folletos con los que se disponen a castigar impunemente al personal. Se acercan a un señor de unos sesenta y pico años que fuma un farias muy concentrado. El mayor de los cuatro, imagino que el jefe del comando, toma la iniciativa:

  • Buenos días tenga usted señor. Tome, coja uno.
  • ¿Qué cagondiós ye esto?
  • Esto ye lo que hizo el alcalde y lo que tiene pensado hacer. Hay que votarlo.
  • ¿Del PP? ¡No lu quiero, meteilo donde vos quepa, cagonmiputamadre!
  • Pero Agustín no ye como los del PP nacional, de hecho él no está de acuerdo con las políticas nacionales del partido, Oviedo ye otra cosa, y en Oviedo lo hace bien, ¿no? – interviene uno de los jóvenes, el más alto, que tiene pinta de dicharachero, así como de Fraguel Rock.
  • ¡Hay que jodese! Entós, ¿qué coño fai el Caunedo esi en el PP si nun ta de acuerdo con ellos? Andai, a tomar por culo, quitaivos de mi vista y no me toquéis más los cojones.

Imbuido en mi despiste provocado por ese momento de puro éxtasis ensimismado, con sonrisa bobalicona como aliño especial, no reacciono a tiempo, estoy de pie en mitad de la acera entre toda esa gente “comunionante” y sin capacidad propia de acción que me haga avanzar en mi camino hacia el hogar, que ya estoy muy cerca además.

  • Toma, anda, coge uno.
  • Eehh, pues va a ser que no. Suscribo todas y cada una de las palabras que acaba de decir ese señor.
  • Pero Oviedo va bien, ¿no?
  • Mira, ahí tienes a Javier Fernández, el Presidente del Principado… ¿Lo ves, el cartel? – le señalo un cartel cercano que se balancea alegre colgado de una farola.sí
  • Sí.
  • Pues eso mismo, que te responda él. Déjame pasar, anda, que llevo prisa.

Y se hace a un lado mientras comienzo a enfilar el camino a casa. Ya son ganas de malgastar dinero en papelorrios, folletos, trípticos, carteles, mítines llenos de banderitas que son la más pura antítesis de la espontaneidad… Total, yo ya sé cuál va a ser mi voto. Fiel a mis principios desde 1986, la primera vez que voté y me disgusté como un imbécil. Era el Referéndum de la OTAN, me tocó ser vocal en una mesa electoral (un debut cojonudo, sí, de puro órdago), y las señoras venían y preguntaban, “Oye rapaz, ¿cuál es la papeleta para votar a Felipe González?” Ahí fui consciente por vez primera del verdadero significado de esta democracia nuestra. Mandan los que mandan y los demás sólo somos figurantes de una película con muchos altibajos pero siempre tirando a mala, pero mala de la muerte.

Llegando al cruce con la calle México, escucho como una megafonía a un volumen demasiado brutal aturde con alevosía a las gentes del barrio.

“¡EL 24 DE MAYO, VOTA A CIUDADANOS!”

Y entre el más puro acople de libro y el eco, nos quedamos en pleno éxtasis místico-electoral con una arrastrada terminación que se repite por triplicado, ya por suerte a un volumen más bajo, “… anos, anos, anos…” Miro hacia atrás y veo de nuevo a los cuatro miembros del comando “Populares” quietos, petrificados, como preguntándose entre sorprendidos e indignados, “¿Pero quién cojones ha dado vela en este entierro a los del Frente Judaico Popular?”Brian

JUNTOS POR UN GRAN PAÍS – UNA TOMA FALSA

Mariano y su equipo de rodaje se acercan a la casa elegida.

– ¿Estáish segurosh de que esh eshta?

– Sí, sí, tranquilo, que ya está todo apalabrado y bien ensayado.

“Ring, Riiiiing”, llaman al timbre. “Riiiing, riiiiiiiing”, otra vez, con insistencia.

– ¿Quién es? – la voz de un niño contesta al otro lado de la puerta

– Somos los del PP, equipo de rodaje del anuncio… Ya habíamos hablado con tus papás. ¿Puedes decirles que vengan y nos abran?

– Mi mamá se está tiñendo el pelo, y mi papá está cagando con el periódico. Tienen para rato…

– Jejejeje, qué gracioso el niño. Anda, que el tiempo vuela y vamos muy justos.

– Bueno, os abro… Aunque mis papás me dicen que nunca abra la puerta a desconocidos. – Abre la puerta de par en par.

– ¡Hola! Eeeh, sólo venía a darosh lash graciash…

– ¿Pero qué dices, chalao? ¡Mamáááááááá! ¡Papááááááá! ¡Que aquí hay un señor que se tiñe el pelo pero no la barba que dice gracias…!

– ¡Anda, coge un euro de mi cartera, dáselo y que se largue! ¿Y por qué tienes que andar abriendo la puerta a gente extraña? ¡No te tengo dicho que no abras a desconocidos? ¡Jodeeeer, que cruz!

El niño coge un euro de la cartera de su madre, se lo da a Mariano mientras le dice “es lo que hay, no hay más”, y cierra la puerta de un portazo.

– ¡Corteeeeeen! ¡A positivar!

“Nunca en domingo”, como esa película de Melina Mercouri… El padre del niño acaba, tira de la cadena, y sale con su periódico en dirección al salón. Enciende un cigarrillo y empieza a cantar, feliz, con una sonrisa más grande que la habitual. No es un domingo cualquiera. Ese olor pútrido que nos invade empieza a decaer. Y canta, impostando la voz de Camilo Sesto, “¡te quiero, Melinaaaaaa!”