“Quizás viajar no sea suficiente para prevenir la intolerancia, pero si logra demostrarnos que todas las personas lloran, ríen, comen, se preocupan y mueren, puede entonces introducir la idea de que si tratamos de entendernos los unos a los otros, quizás hasta nos hagamos amigos” – Maya Angelou
en mi cabeza la mirada tan asustada como rebosante de dignidad de Czeslawa Kwoka 14 años de edad no cumplirá jamás el número 15 porque el fenol no es el mejor alimento para el latido de un corazón que ya había viajado hecho añicos desde Zamosc en Polonia y ese triángulo rojo como santo y seña de una culpa que solo es tal desde cerebros destruidos reconduce su significado aportando el necesario significante que la memoria necesita como alimento contra la culpable inanición del olvido como ley: fuera lágrimas fuera sangre “du bist eine kommunistische sau!” “eres una cerda comunista!” pero no entendías la lengua alemana la causa de las hostias en la cara de la sangre de las lágrimas y decidiste mirarnos de frente algo compungida, sí aunque con todo el orgullo que ellos pretendían desterrar; vamos, Wilhelm, ya puede usted sacar la foto.