– ¡Joder, y ahora va y me saca del grupo, tía!
En estos días que viran hacia ese lado oscuro de la misma abstención y su prima hermana la abstinencia en los que yo vuelvo a madrugar como un mandril del Congo, he vuelto al alsa, y en este trayecto de vuelta entre Arriondas y Oviedo, cuando ya había conseguido llegar a la etapa 3 del sueño de ondas lentas – ¡con lo que me cuesta, joder! – poco antes de entrar en Infiesto, van dos universitarias y no sólo suben a este alsa, sino que se sientan delante de mí y comienzan a hablar a viva voz; es una conversación que ya traen de la parada, por lo que puedo notar. A tomar por culo las ondas lentas: ojos aún cerrados, oídos abiertos y a ver qué me tienen que contar.
– Vaya, Sara, igual te pasaste un pelín, ¿no?
– Joder, que yo no la insulté ni nada, sólo di mi opinión, y eso se puede aún, que yo sepa…
– Ya, ya, pero ya sabes que a ella le gustan, que le hace ilusión ir, y vas tú y…
– No me jodas, ho, si ya sabe lo que pienso, a estas alturas, tía…
– Ye que dan prestigio y dinero, Sara, eso no lo puedes negar, por mucho que tú tengas tus ideas sobre los reyes y demás…
– En eso toy de acuerdo, Olaya, que los premiados son gente de mucho prestigio, pero ¿que dan pasta?… ¡venga ya! Dan pasta a los de siempre: a la familia Botín, a los de los bancos y tal, ¿pero para nosotras? ¡Nosotras que estudiamos como hijas de puta y por un puto notable de mierda nos dejan sin beca mientras esto se llena de fartones que sólo buscan su puto beneficio, que quieren mercantilizar y privatizar la universidad para saciar sus putos intereses? ¡Y una mierda, tía! Que llevan años desfilando frente al Campoamor todos estos cabrones de la Gürtel y las tarjetas Black, joder, que se ríen de nosotros a nuestra puta jeta y no hacemos nada…
– No, si en eso tienes razón, ho, claro que sí, pero ye bueno para Asturias, eso no se puede negar. Que Oviedo y Asturias sean noticia mundial por unos días nos viene muy bien, trae gente, y la gente viene, y gasta, y…
(Casi me dan ganas de intervenir en este instante al recordar aquel día del año 2002 en el que llegué yo a la sala de profesores de Phoenix High School, en Londres, comentando muy ufano que le habían concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Artes a Woody Allen… Por descontado, nadie, salvo otras dos profesoras españolas, sabía nada de aquellos premios que yo mencionaba. Es que yo era ya muy mayor, aunque un pelín inocente aún.)
– Yo no veo un céntimo de todo eso. Somos de familias obreras, Olaya, y nos quieren quitar todo para estar a sus anchas, ¿es que no lo ves? Cada vez menos derechos, menos inversiones… A ver, unos premios como estos, sí, pero nada de fartones que vengan al Reconquista a vivir como señorones y señoronas unos días… ¡y jurados de treinta y picu persones! ¡Venga ya, joder! ¿No pueden votar por Skype y ya está? ¿Y no pueden llamase de otra manera? ¿Princesa de Asturias? ¡Homenomejodas! ¡Por haber salido de un coño “real”, por un óvulo fecundado por un pavo que se apellida Borbón? ¿Y eso ye igualdá? ¡Y una puta mierda, tía! Premios sí, pero sin fartones, joder.
– Ya, ya… pero sabes que a Ainhoa le hacen ilusión, que ya fue de azafata tres veces, que se emociona y todo, tía… Y ye tu amiga desde piquiñina, ho…
– Ya, y yo la quiero, tía, la quiero mogollón… pero que me saque así del grupo sólo por expresarme… jodeeeer.
– ¡Anda, mira, Sara, ya te metió otra vez! Espera, que ta escribiendo…
– … prdona, Sara, ya sabs q me dan stos impulsos. N t nfades, q yo n me enfad. T kiero, tia!!
Y es ahí, en el momento en el que Sara centra su vista en la pantalla de su smartphone y sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas, cuando sé que llegarán unos momentos de silencio y sollozos que procuraré aprovechar para intentar de nuevo llegar a la última etapa de un sueño de ondas lentas que se me antoja ya casi como una entelequia efímera y mentecata. Ay, estos premios, qué bonicos que son, con esa Mafalda defendiéndolos a capa y espada como si… O, esperad, ¿no será que se apropian de su imagen aún a sabiendas de lo que la misma Mafalda podría opinar sobre estos premios?
Antes de intentarlo de nuevo – lo de dormir, digo – me imagino a Sara protestando el viernes que viene en la plaza de la Escandalera, y a Ainhoa en la Calle Uría aplaudiendo a premiados, premiadas y autoridades varias, y cuando todo acabe, las veo a las dos tomándose unas cañas por el Antiguo y riéndose como eso que son, buenas amigas.
Nah, como sé de sobra que el sueño se ha largado a otros mundos, a otras gentes, saco mis auriculares de la bolsa y vuelvo a perderme en la música…
… Nothing but a bare face lie…