ZAPATOS SIN CORDONES

«Te protegeré del miedo, de la hipocondría, de todo lo que desde hoy turbe tu vida».

La Cura – Franco Battiato

La palabra, dicen, es sanadora… Dicen; el viaje por los versos conoce caminos que, quizá, puedan curar viejas heridas y también alertarnos ante la posible aparición de las nuevas.

¿Qué es el miedo sino la más humana de todas las sensaciones? Miedo al dolor, a su inexplicabilidad, a no encontrar respuestas ante el eterno desafío de la galopante incomprensión humana. Los monstruos que habitan en nuestros interiores están ahí, agazapados y a la espera, buscando con avidez esa grieta para poder salir, no ya como esa luz de la que nos habla Leonard Cohen, sino como ese tornado que nos desubica y nos sitúa en un universo en el que las emociones no son, no sirven de guía a la que aferrarse si la oscuridad aparece de súbito con el único fin de paralizarnos y no dejarnos ser quienes somos en realidad.

Amar el miedo desde la soledad y el mar de fondo de estas palabras.

Ella, amada, querida, deseada, el puerto de origen y el destino; desubicada y luchadora contra sí misma por sí misma con el arrojo de una valentía que en ocasiones parece muy difícil encontrar.

La aceptación, el amor exacto en el momento adecuado: con toda la inmensa dificultad que ese simple hecho (así lo parece) supone.

En Zapatos sin cordones cada poema es un viaje, puede que incluso un exorcismo, la búsqueda de la luz a través de un fuego que nos abrasa pero al que soportamos sobre nuestra piel sin regalar una sola mueca externa de dolor, porque nuestro dolor no es nada, no significa absolutamente nada ante la dureza amada, ajena, que le (nos) permite seguir viviendo.

Todo esto (y más) es para mí Zapatos sin cordones, el último poemario de Julia Navas Moreno, publicado por Chamán Ediciones.

«Y anhelamos, impacientes,

la normalidad anómala de nuestra existencia».

Julia Navas Moreno

SERIE : A VISTA DE DRON – 1. Cacabelos -Zona Centro

Cacabelos, mi pueblo, a vista de pájaro. Disfruten.

LUGARES CON ALMA

(Un viaje de altura por pueblos de Los Ancares y El Bierzo)

Vertebrando Cacabelos de Este a Oeste se erige la Avda. de la Constitución y, en su centro, dos de las más célebres plazas la acompañan, dos símbolos de todos los tiempos, de los infinitos juegos infantiles del ayer y de los agradables encuentros entre vecinos en la actualidad: La Plaza Mayor y La Plaza del Vendimiador.

El Sagrado junto a la Iglesia Santa María, y una representación de las más bellas casas con galerías del pueblo que nos conducen a La Plaza Mayor.

La Plaza Mayor con sus característicos magnolios.

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THE LAST GOODBYE

Por si a alguien le interesa, que lo dudo.

Dejo de escribir. Así, como suena, y no es broma. Todo este mundo no es más que una puta mierda, un cúmulo de hipocresía, angustia e incomprensión que no tiene un destino concreto. Sobre todo si a personas a las que quieres no les gusta lo que haces y piensan que todo es una especie de Desembarco del Rey, un nido de aduladores que te muestran admiración desde una superficie incierta, y que seguro que en el fondo piensan que lo que tú escribes ni siquiera es mínimamente bueno (eso, si se paran a leerlo, que también puede ser el caso a veces). Además, dentro del nivel de superficialidad que impera en toda esta vorágine, te llegan halagos fatuos desde muchos lugares, desde muchas gentes desconocidas que, en primer lugar dicen admirar tu manera de escribir y de contar las cosas y luego ya van al grano, a esas intenciones que derivan de las apetencias más humanas, que no digo que estén mal, faltaría más, pero sí afirmo que, aunque haya sucumbido en alguna ocasión, no me interesan lo más mínimo porque yo no quiero hacer daño a nadie, y menos a las personas a las que más quiero. Y vivimos una sola vida tratando de buscar el mayor nivel de felicidad posible, por eso no imagino una vida alejado de las personas que quiero, que también me quieren. Por tanto, y sin nada que me haga ya cambiar de opinión, dejo desde ahora de escribir, de utilizar las redes sociales (whatsapp incluido) y me dedicaré lo mejor que pueda a mi labor como docente (al menos hasta que me dejen) y a concentrar mis esfuerzos en las personas a las que amo y por las que daría mi vida sin un mínimo atisbo de duda: mi mujer y mis dos hijos. Tampocó volveré a escribir en este blog o a subir vídeos en ninguna plataforma al uso, es más, iré eliminando esos vídeos poco a poco, al menos los que tengan que ver con algo que yo haya escrito. Creo que voy a ganar en calidad de vida y en tiempo libre para poder leer más y más.

Seguid disfrutando de la literatura, de la poesía, que merece la pena, y lo digo en serio: merece mucho la pena sentir esa satisfacción de crear algo que crees bueno, relevante, que podrá incluso incidir de manera positiva en otros seres humanos y les hará reflexionar sobre el sentido de la vida, sobre la fragilidad del ser humano, sobre todo eso que nos tenemos creído como seres “superiores” de la creación cuando no somos más que una ínfima mota de polvo dentro de millones de motas de polvo a modo de infinitas muñecas rusas.

Aparco sin remisión todos los proyectos que tenía en marcha. No volveré a colaborar con nada que implique que tenga que escribir algo más. De hecho, acabo de destruir todas mis libretas con material inédito y todos los documentos que iba agrupando en carpetas (últimamente, y por extraño que suene) de manera ordenada y con cierta lógica literaria. No volveré a recitar, a asistir a timbas, presentaciones, recitales, ferias del libro o lo que sea que tenga que ver con todo eso. Por otra parte, ofrezco todo mi apoyo a la gente a la que realmente aprecio (y que sé que me aprecia) porque llegará el momento en el que mucha de esa gente conseguirá crear obras literarias increíbles desde una honestidad y una sinceridad más bien escasas hoy en día. Y me alegraré, claro que lo haré.

Hasta aquí he llegado. Si a alguien le ha servido para algo cualquiera de mis escritos, pues de verás que me alegro por ello, y a esa mayoría que seguro que piensa que lo que hago es una putísima mierda y que qué cojones me creo yo con tanta pretenciosidad, pues que les vaya muy bien también, que no soy rencoroso ni me creo absolutamente nada que nunca he sido (seguro que, además, tienen toda la razón en su apreciación.)

Nos vemos en algún bar, chigre, o de viaje por cualquier lugar que merezca la pena visitar. Mis verdaderas amistades tienen mi número de teléfono y podrán llamarme cuando quieran, o incluso mandarme uno de aquellos mensajes de texto ya antiguos que, imagino, las compañías de teléfono siguen cobrando u ofertando su gratuidad de cien en cien o número similar.

Al final, resulta que era verdad: “poetry sucks like deepthroat”

GODLESS DIOS

y entonces se acercó a él

y le contó al oído

que una vez hubo un dios

que se bebió de un trago

toda el agua

de los orígenes

para luego escupir

con desgana

millones de mares

que al instante configuraron

esta aproximación al universo;

bty

como él no creía

en dioses ajenos,

cerró sus pulmones

y cabalgó solo y aturdido

buscando refugio humano

en el siguiente poblado. 

Entrevista a Jose Yebra

Una estupenda entrevista que me hizo mi amigo y compañero escritor, Antonio Caro Escobar. Mil gracias, camarada de versos.

Velehay

Hoy nos trasladamos de nuevo a tierras Asturianas. Donde hace poco estuvimos con otro de nuestros Blogger.

Para entrevistar a un grande (en todos los sentidos) de la poesía.

Jajajajajaja. Ahí le has dao, aunque más grande en un sentido que en el otro, sin duda.

Me refiero a José Yebra, profesor de profesión, poeta y Blogger por afición, quizás a algunos este nombre no les suene, pero si decimos Bercianlangrán o el nombre de su blog “Viajes al Fondo del Alsa”.

Estoy convencido de que os suena más.

Hola José gracias por aceptar a someterte a mi pequeño interrogatorio.

  • Algún lector que otro, sentirá la curiosidad de saber de donde viene tu nick. ¿Porqué Bercianlangrán?
  • Muy buenas tardes desde Oviedo. A ver, es un alias que utilizaba mezclando dos palabras, “berciano” (soy de Cacabelos, el Bierzo es mi tierra) y “langrán”, que en gallego quiere decir “vago”, que no…

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1967, EL AÑO DE LA CABRA… EN CHINA

cuando las calles de mi pueblo

rebosaban de juegos

que nunca jamás se terminaban:

a saltos

a carreras

huyendo o

persiguiendo;

íbamos de un barrio a otro

olvidándonos por completo

de las prohibiciones

de las fronteras

que desde nuestras casas

nos querían construir

(sin conseguirlo

casi

nunca)

cuando en nuestros bolsillos

sólo había:

canicas

peonzas

piedras

o alguna que otra peseta

para más tarde

comprar uno o dos chicles

bazooka

rebosantes de azúcar:

pompas a granel

para sonrisas profidén;

cuando ponían banderitas

de españa

en nuestras manos

porque pasaba franco

por la nacional seis

(la avenida josé antonio

de mi pueblo): y

recuerdo haber intercambiado

saludo y mirada

con el príncipe juan carlos

(ambos desconocíamos aún

mi acérrimo republicanismo)

cuando unas cuantas heridas

de nada

no nos impedían seguir jugando

tres o cuatro horas más

al fútbol

(un mugriento envoltorio

de chupa-chups

sobre la sangre a borbotones

que manaba de mi pantorrilla

me presentó sin quererlo

a la vacuna

contra el tétanos (mucho gusto)

y las dos agujas

que pude doblarle al practicante

con sólo poner muy tenso

mi glúteo izquierdo:

no me traiga más a este niño, por dios!”

cuando tras hacer

las correspondientes dos horas de digestión

de las de reloj

íbamos al río

y pasábamos todo el rato

metidos en el agua

puede que fría

o puede que no:

protección inexistente

y morenos más allá de la intensidad coppertone;

cuando no existía el futuro

y los días duraban

mucho más de 24 horas;

cuando merendábamos

bocadillos de chocolate

y nuestros mayores

nos enseñaban a matar conejos

de un certero golpe en sus nucas;

cuando los yogures eran un producto

casi tan inalcanzable

que sólo existían en las pantallas de la tele;

cuando la carta de ajuste

establecía sus cuentas atrás

para poder luego disfrutar

de superratón

o de un globo dos globos tres globos;

cuando desde lo más alto de las obras

saltábamos sin pensarlo

sobre el montón de arena;

cuando te contaban

lo que era una paja

y tú no te lo creías;

cuando comulgábamos

sin saber ni por qué

se hacía aquello

(nunca nos atrevimos

a morder la oblea)

cuando nos daba la risa en misa

y más tarde nos reñía

muy enfadado el cura;

cuando nos dejaban ver

hombre rico hombre pobre

y casi ni parpadeábamos;

cuando nos aparcaban

las tardes de aquellos domingos

de invierno

en el cine faba:

sesiones dobles

sin criterio

y con libertad total

(a veces hasta veíamos una teta y todo)

cuando nos asustaba la muerte

y toda su parafernalia

porque nos obligaban

a besar con ternura a los muertos

ya fríos y desconocidos

algodones en sus fosas nasales;

cuando nos llevaron a ponferrada

a ver la primera de star wars

(la guerra de las galaxias que era)

y ya nunca más fuimos los mismos;

cuando nos anochecía

al final de la primavera

subidos a un cerezo:

empachos brutales ________________ y

huidas por piernas

de perros fieros

que cuidaban fincas privadas

cuando las hostias

de terence hill y bud spencer

nos hacían casi

mearnos de la risa;

cuando organizábamos inocentes guateques

y jugábamos a la cerilla

y nos decíamos aquello de

tú me gustas”:

primeros besos cautos

toma de contacto

con el despertar posterior;

cuando me sentaba al lado de mi abuela luisa

y me contaba su vida

como sólo ella sabía hacerlo;

cuando yo le leía el mortadelo o el ddt;

cuando no existía aún

al calentamiento global;

en fin___________

cuando fuimos los putos amos

de aquel mundo

que nos íbamos a merendar

casi sin eructos posteriores:

a la vida la sobrevolábamos

nosotros y nunca

nunca

dimos un solo minuto

por perdido:

y ahora estamos aquí

así que

acercaos

escuchad nuestras batallitas

antes de que perdamos

todo eso bueno que nos queda:

nuestra memoria.

Leer con amigos…

¿Qué más podría añadir de María, poeta, amiga, un ser excepcional? Muchas gracias, amiga.
No os la perdáis; seguidla, leedla y disfrutad de su mundo poético, que merece la pena el viaje.

Te miro, me miras... Nos miramos.

Hoy os cuento de un descubrimiento que hice hace algún tiempo…

La poesía de José Yebra. «Otra lengua extinta»

Le conocéis, imagino que muchos de vosotros, por ese blog suyo tan original y personal, en el que a bordo del Alsa, nos cuenta sus historias (https://viajesalfondodelalsa.blog/).

La poesía de José, no es una poesía al uso. No te acaricia, ni te contempla. Su poesía te golpea, te conmueve desde las vísceras y te deja con un sabor amargo, no exento de cierta ternura.

La humanidad y la vitalidad, se dejan ver entre las líneas de este poemario.

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Yo, romántica impenitente, y adicta a otro tipo de poesía, me he dejado zarandear por la poesía de José y he disfrutado en el intento.

Dice en su prólogo Nayar Crespo Sanchez:

«Ahora, paga el billete, o cuélate,

estás perdonado o justificado de sobra;

y si tienes espacio al fondo del ALSA

reclínate…

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EL CHOPO T-REX Y BOWIE EN PELUCHE

chopo-cacabelosla locura no consiste
en ver un T-rex
en el tronco de un árbol
mientras paseas al atardecer
bajo el frío sol de un invierno
agotado de esperar
su propia temperatura,
no;
la locura viaja y vibra
dentro de nuestras vísceras
sin interesarse apenas
por seres que dejaron de serlo
muchos millones de años atrás;
la locura, en definitiva,
tan sólo radica en creer
que todavía pueda existir
un rex o «similárico» ejemplar
que por haber salido a este mundo
por el coño de una madre señalada
alce su cabeza,
su busto parlante,
lector aburrido
poco electrizante,
por encima de las sombras
del resto de las gentes;
sub… sub… y sub
sin ditto lo cual
me traslado al árbol siguiente
para ver si no me habla
de criaturas ya extintas…
o, en su de(fuck)to,
de aquéllas que sin duda
sólo merecen la más absoluta
y regia
extinción
(sin excepción)

bowie-pelucheEsos días en los que paseo
por galaxias paralelas
noto como tu ojo izquierdo
nos observa sin intentar
ni por un instante controlarnos
porque tú no eres uno de esos grandes hermanos
que todo lo quieren vigilar,
tan solo eres, y lo proclamó aquí
sin anestesia alguna
desde mi atea atalaya,
lo más parecido a un dios
que jamás habré venerado;
por eso a veces «emigro»
a otras galaxias cercanas,
fumo sin fumar un montón de cigarrillos
y comparto un par de chutes
con el mayor Tom,
abusando complacido
de su eterna sonrisa
de dientes perfectamente imperfectos.

THE WORLD IS BLUE

Hoy toca otra colaboración con mi amiga Malin Ellisdotter, que ha dado vida a mi poema a través de una de sus magníficas fotografías. The World is blue, mates!!

November 28 2016 – From my iPhone 5s archive. Today I received another poem from my friend José and I hope you’ll enjoy the reading; The world is grey without the color of your terrified fate. The world is blue without the informal shapes of the Earth in you. No world can resist more and […]

a través de The world is blue — MALIN ELLISDOTTER H PHOTOGRAPHY

TRILOGÍA MANCHEGO-AUSTRALIANA, PARTE I: «QUÉ TE CREÍAS, PUES»

Todo lo que gano me lo gasto en putas. ¿Para qué complicarme la vida con una novia o algo así? No, no. ¡Qué va! Tengo mis amigos, con los que salgo de copas todos los fines de semana, y con eso me basta. Ni siquiera tengo familia. Soy hijo único. Mi madre murió en mi parto, y mi padre desapareció misteriosamente hace ya dos años cuando pastoreaba por los alrededores de Campo de Criptana. No sé qué habrá sido de él, y tampoco me importa en exceso ya que no nos llevábamos demasiado bien. Nunca alcancé a comprender sus aficiones zoófilas. ¡Si hasta decía que había una oveja mucho más guapa que las demás!

Ya hace once años que me vine a vivir a esta ciudad dejándolo a su suerte en el pueblo. Puede que se sintiera deprimido, que se hubiese muerto su oveja preferida, y que esa circunstancia le obligara a abandonar por completo su pasado para comenzar una nueva vida… No sé, no tengo ni puta idea de dónde puede estar este hombre, y tampoco me importa, para qué engañarnos.

En determinadas ocasiones, bajo la influencia del alcohol – y de alguna que otra sustancia que no voy a mencionar aquí por guardarme un poco las espaldas – me enrollo con una chica, me la llevo luego a mi casa para echar un par de polvos – cuando es posible, claro, ya que alcohol y sexo no suelen combinar muy bien -. Pero al final no sé qué coño les pasa que quieren quedarse a dormir o, si no, pretenden concertar una cita para ir otro día al cine o algo por el estilo. ¡No y mil veces no! No puede ser. Mi libertad la antepongo a todo; por eso es más sencillo ir con una puta: pagas, follas y además no tienes porque aguantar ninguna clase de histrionismo femenino ante lo que ellas pueden considerar como despecho. “Sólo me querías para follar”, suelen echarte en cara. “Sí, ¿qué te creías, pues?”, respondo extrañado ante semejante reproche, y sin ningún remordimiento de conciencia. Total, yo nunca prometo nada, son ellas las que se dan por aludidas sin que se les haya dado la vez.

El principal problema es que no gano mucho dinero, y con la inflación y todos esos líos, las tías no hacen más que subir los precios. El día que un partido político incluya en su programa electoral un proyecto de regulación del servicio de prostitución a través de la Seguridad Social, u organismo similar, entonces me decidiré a votar por primera vez. Otras veces lees en un periódico “Sexo Gratis”, llamas al número de teléfono que viene debajo de tan atrayente enunciado, y luego resulta que hay que pagar una cuota para que te manden teléfonos de señoras y señoritas que se lo hacen “por puro placer”. Una vez piqué y di veinte mil pesetas para que me enviasen, contra reembolso, un catálogo – si es que se podía denominar así – con una serie de teléfonos. Nervioso y sin más dilación, empecé a marcar el primer número: me contestó una señora con un tono de voz muy agradable – tanto que, sin yo percatarme conscientemente de ello, se me estaba empezando a poner dura – diciéndome que sí a todo lo que yo proponía… Pero faltaba la sorpresa final: “Mira, yo es que tengo problemas económicos; la empresa de mi marido fue a la quiebra, y bla, bla, bla”. Conclusión: había que aflojar la cartera. No te jode, así cualquiera monta un negocio de sofisticado proxenetismo. Lo más sospechoso es que la respuesta anterior se repetía llamada tras llamada… Se habían aprendido el guión de putísima madre.

Un día le comenté a un amigo que se me iba el sueldo en putas. “Juega a la quiniela, o a la primitiva… ¡Yo qué sé! ¡A mi que me cuentas!”; vaya una contestación viniendo de un supuesto amigo, ¿no? Pero seguí su consejo: comencé a cubrir quinielas con cuatro dobles y un triple. Al principio nada de nada: siete u ocho aciertos la vez que andaba más atinado. Puede parecer un poco absurdo, surrealista incluso, pero a mí el no ganar en lo que sea, en un juego, en un partido; en definitiva, en cualquier actividad que implique un mínimo de competición, me pone frenético. Ante mi creciente desesperación, y también por hacer un poco el tonto, decidí cubrir una quiniela al azar, sin mirar los partidos. Cuando terminé de rellenarla y me di cuenta de lo absurdo del resultado final, me entró tal ataque de risa que estuve en un tris de romperla y cubrir otra aplicando toda la lógica futbolística. Menos mal que en ese preciso instante sonó el teléfono y, después de una absurda discusión con los de la compañía del gas, se me olvidó por completo que debía rellenar otro boleto. Al final, por falta de tiempo, llevé a sellar aquel utópico papel del 1-X-2.

Pleno al quince; sí, así como suena: un pleno al quince. Y todo gracias a que el Celta ganó en el Bernabeu, el Oviedo en el Nou Camp, luego siete empates más y un dos, de los difíciles, en segunda división: el Langreo había derrotado al Sevilla en el Sánchez Pizjuán por uno a cuatro. La de dios, aunque a fin de cuentas una putada también: no era yo el único acertante, habían aparecido otros dos mamones que acababan de sisarme, así por el morro, casi setecientos millones. El caso es que, en total, recibí cerca de trescientos millones de pesetas… y ya no tengo ni un puto duro; ¡ni uno!

Otro buen amigo me explicó un día una especie de solución a mi adicción a las putas – al verme yo millonario ya las llamaba para que vinieran a mi casa, y casi siempre de dos en dos, y a veces hasta tres en un solo lote -. “Escucha, lo tuyo con las putas es como lo de un yonki con la heroína. Tú piensa, cada vez que tengas un impulso de ese tipo, que una puta es como un chute de caballo. Además, tío, ya sabes que ligar por ahí con una tía es hasta fácil hoy en día, y tú no estás tan mal, que sé yo de alguna que se metería en tu cama sin ningún problema… ¡Y gratis, tío! ¡Gratis!”

¡Ay!, el bueno de Joaquín… Intenté seguir su consejo al pie de la letra, pero no pude, al contrario, ahora no tengo dinero ni para pagarme una puta de setenta años… pero sí que soy un yonki de mierda que tiene que buscarse la vida cada día, en cada esquina. ¿Qué pasó con mi dinero? Preguntad a los toxicómanos y a las prostitutas de mi ciudad qué es lo que han hecho con él… aunque eso supongo que ya lo podéis intuir, que no sois bobos, ¿o no?