Y me acerco a la ventana
porque nadie la quiere abrir
porque nosotros somos los cerdos,
sí, los cerdos… los cerdos
y con nuestras sucias pezuñas
llamamos
toc toc
a vuestros aguerridos muros
los cerdos, sí
esos gorrinos que viven contentos
en esta pocilga irreductible,
la que nos destina una matanza cierta
no sabemos si este noviembre
o en el próximo frío de tu mañana.
Permanecemos calmados aquí
mientras vemos como queman
a soplete
a todos los demás cerdos,
una nueva generación
tan joven como la anterior
otro cerdito valiente más…
Y ahora arden, contra la pared
en calma, quietos
los cerdos, sí,
y sin bisagras que autoricen
algo de movimiento redentor
… o vengativo.
Espejo, espejito,
que bonito este cerdito
me cago hasta en tu puta estirpe.
¿qué me tienes que decir,
que mi vida ha sido un montón
de basura, que viajo ahora
al vertedero de tu ansia,
al estiércol eterno de tus suelas
de botas de militar extenuado
de matar inocente tras inocente
hasta esa, la última batalla,
la última puerta a ese infierno
que tanto tiempo llevas cultivando
entre lecturas banales
y teorías conspiranoicas
que sólo son pajas en tu mente
de inútil cazador?
Sí, los cerdos, sí…
Se acaba la canción, gilipollas,
somos los cerdos que no pudiste matar,
contra la pared,
y esa orquesta no encuentra acomodo
en la epidermis de tu versión
cínica y malinterpretada.
Somos los cerdos, los putos cerdos, amigo…
y hoy hemos llegado todos aquí,
a tu lado, para matarte.
(We are the PIGS
Portugal
Italia
Grecia
Spain España L’Espagne
twelve points
douze points
cero puntos
Sí, los cerdos, nosotros,
los cerdos
oink)
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