VIAJES AL FONDO DEL ALSA – LAS MICROAVENTURAS DE INDALECIO, EL CONDUCTOR – PARTE XIII – VETUSTA BLUES

Y volvió a ocurrir, porque sucede cada cierto tiempo, es un tópico demasiado típico como para que la gente que sólo es capaz de pensar repitiendo lo que va escuchando se olvide de él. Se encontraba ese miércoles Indalecio en Cacabelos (de vez en cuando le cambia el turno a Nacho para poder hacer la ruta Oviedo-Ponferrada), almorzando como un campeón en La Moncloa de San Lázaro, fuera, en la terraza, con una temperatura ideal, 22 grados. En la mesa de su izquierda, dos chicas y un chico no dejaban de hablar de “el producto, la productividad, lo que aporta el trabajo en equipo, la variabiilidad del mercado, el target, el briefing, el branding, los community managers, el spammer…”, en fin, de toda esa pedantería económica tan de moda en este siglo de coachings, runners y gilipollas tan variopintos y pintorescos como una tribu de replicantes en una película de temática apocalíptico-futurista, aunque sin intención distópica de ningún tipo.

– … es como cuando voy a Oviedo, que me gusta salir en vaqueros, playeros y camiseta, pero es una ciudad tan, taaaan pija, que la gente te mira mal, y te acabas sintiendo como el culo… – sentenció el chico del terceto de al lado desde su traje ajustado, su media melena rubio oscuro, barba de tres o cuatro días y dientes nuevos macerados en un Vitaldent cualquiera.

“Ah, no… no, no y no, ¡cagondiós!”, pensó Indalecio, “otra vez con la puta cantinela ésa de que Oviedo ye pijo. Hasta ahí.”

– Chssst, CHSSSST, TÚ, EH… VOSOTROS. – suelta de sopetón Indalecio tras masticar aprisa y tragar acto seguido un buen trozo de botillo.

– ¿Nosotros? – responde el pipiolo de la economía medio boquiabierto y hasta asustado casi se podría decir.

– A ver, ho, yo no suelo entrometeme en conversaciones privaes, al menos así, gratuitamente, mentendéis, ¿no? Pero ye que nun pude más al oir la bobada esa de siempre, que si Oviedo ye muy pijo y tal… Vamos a ver, chaval, escúchame bien, ho, yo llevo en Oviedo viviendo treinta y picu de años, y saliendo por ahí con camisetes de toda calaña y nunca, pero nunca en mi puta vida nadie miróme mal, ¡oiste? Que yo vi a entrada Green DayGreen Day en El Antiguo en mayo del ’94 justo antes de que fueren famosos, y allí no había pijo alguno… Y si no me crees, ponte de eses traces que dices, y vete pol mi barriu, Teatinos, que parez que pa vosotros Oviedo nun ye más que la Calle Uría, coime. Y, hala, seguid con esi botillo, que se vos enfría y ta cojonudo, como para perdese un bocau de semejante manjar… (laputamadrequemeparió…) – esto último en un tono muy, muy bajo, dicho para sí mismo, como pura reafirmación de toda la perorata que les acaba de soltar a esos Caminantes Blancos de la economía patria.

20151113_152318Y sigue Indalecio dándole vida a esa media ración de botillo del Bierzo con cachelos, repollo y garbanzos mientras disfruta como un auténtico cabrón del silencio que ha brotado en la mesa contigua, puede oler y respirar el pasmo, ese asombro limítrofe con el mismo miedo que emana desde el botillo con cachelos y repollo de los vecinos comensales.

En medio de una gran sonrisa, recuerda ahora Indalecio el día que llegó toda la familia a Oviedo desde el pueblo, aquel piso de la Calle Turina, el ascensor, muchos vecinos yendo y viniendo, los amigos que hizo con suma rapidez, y el primer beso que le dio a Nora, la fía del fruteru, en el portal, a oscuras, mientras desde el piso de su amigo Nacho salía con rabia la voz de Eduardo Benavente cantando Adictos a la Lujuria; era la hora de Caja de Ritmos, un sábado de agosto del año 1983. “Oviedo pijo, Oviedo pijo, ja. Pijo, mis cojones son neutrones.”

VIAJES AL FONDO DEL ALSA – LAS MICROAVENTURAS DE INDALECIO, EL CONDUCTOR – PARTE VIII -BARBIES FROM HELL

  • ¡Inda! ¡INDA! ¡INDAAAAA! – ¡cómo odia Indalecio que se refieran a su persona, que lo llamen o lo que sea acortando su nombre, y más ahora, que suena como el imbécil ése que tertulia cual hombre de las cavernas los sábados noche en La Sexta (ese contrapunto rojo al azul de Antena 3, ambas hijas de la misma madre), aunque mejor eso que como cuando de pequeño los niños del colegio lo llamaban L’inda y cantaban acto seguido, tras haber respondido «¡qué?» el ingenuo de Indalecio, con voz de pito «beso de aire puuuuuro.»
  • ¡Qué paaaaaaasa?
  • A ver, ho, que ye’l cumpleaños de la ahijada y nun tuve tiempo de comprale nada, que se me pasó por completo. ¿Sales tú en un momentín y le compras una Barbie, que ye lo que me pidió? Ye que yo nun tengu tiempu, bobo, que tengo que preparar les casadielles pa la fiesta d’esta tarde…
Campillín 2

Hago vigilia mientras sueñas por las noches…

Y ahí va Indalecio, en uno de sus días libres, en busca de una Barbie para su sobrina y ahijada, Jennifer (la Jenni para la gente más allegada). Decide pasar por el Campillín y por el Fontán, esos mercadillos de Vetusta que tantas sorpresas, de toda calaña, nos pueden proporcionar. Ay, pero de camino se encuentra de sopetón con su antiguo colega de porros mal liados y sala de juegos recreativos como alternativa a las aburridas clases de filosofía..

  • ¡Hostia, Tuñón!
  • ¡Cagomiputodiós, Indalecio!

Un abrazo espontáneo, de esos bien apretados y series periódicas de palmadas fuertes en la espalda y… una simple Barbie agónica, como de película de George Romero, un single de Fischer Z, ‘So Long’ en honor de todos aquellos duros que ambos se habían gastado por aquel entonces en aquella oscura sala de juegos que estaba justo al lado del instituto para poder escuchar esa canción; tropecientas cañas y vehementes promesas para un futuro lleno de mensajes de WhatsApp y reuniones de los colegas de aquellos años que no se verán jamás cumplidas. Regreso a casa bastante más tarde de lo acordado y en unas condiciones discordantes con la vertical humana propiamente dicha.

  • Pero… PERO… ¡QUÉ COÑO YE ESTO? ¿PERO TÚ TE CREES QUE PUEDO IR YO CON ESTA BARBIE A NINGÚN SITIU, CACHO CASTRÓN?
  • Barbie y Ken harén

    ¡Hola! Nos incrustaremos en vuestras pesadillas igual que la cal en los filtros de las lavadoras, y no habrá Calgón que nos pueda echar

EL FIN DE SEMANA DE ANÍBAL ZAZO

Aníbal Zazo Rodiles se levanta un poco más tarde de lo habitual este sábado 23 de mayo de 2015. Sabe que la noche anterior quizá se hubiese tomado un par de Seagram’s con cola más de la cuenta, pero le da igual, hoy tiene lugar el primero de los tres acontecimientos importantes que se van a producir en su vida este fin de semana, el Festival de Eurovisión, y es feliz. Ha quedado con sus dos amigos del alma (bueno, para ser exactos, sus dos únicos amigos, Rubén y Milio) para verlo esta noche en su casa. Ya tiene todo preparado, bebida, comida, la App de Eurovisión descargada en su iPhone 6. Se siente esperanzado, siente que Edurne va a hacer algo muy grande 00 eDURNEpor España, que, ¡que hostias!, es la novia de David De Gea, ese porterazo que pertenece al Manchester United, pero que en breve estará defendiendo el color blanco de su adorado Real Madrid, y eso Europa lo sabe, y traerá muchos votos, “eso, y que Amanecer es un puto temazo”, piensa para sus adentros mientras acaba de recudir las últimas gotas de pis que se rebelan sinuosas contra la ley de la gravedad en el borde de su prepucio. “¡IEIEEEOOOO!”, grita desaforado mientras tira de la cadena.

“¡15 PUNTOS! ¡15 PUTOS PUNTOS! ¡MIERDA DE EUROPA, A LA PUTA MIERDA CON EUROPA, JODER!”, Rubén y Milio insisten en que no se ponga así, que no es más que un concurso hortera de canciones insoportablemente histriónicas e histéricas en su gran mayoría. Pero Aníbal sabe que él tiene razón, que nos odian porque somos los mejores, que sólo ganan maricones con barba. Punto.

Domingo 24 de mayo. “¡Hoy sí, joder!” Claro que sí, Aníbal, hoy claro que sí. Otros dos acontecimientos de enjundia, ambos en la misma fecha, histórico. Son las siete y media de la mañana, ha sonado el despertador a su hora y Aníbal se dirige al Colegio Electoral en el que lo han designado como vocal suplente. En condiciones normales, él mismo sería un apoderado más de su partido, el Partido Popular, aunque eso hoy no puede ser, que viene reñido con el tercero de los slim2--644x362acontecimientos extraordinarios que se dan este fin de semana, el partido de ida de la promoción directa a segunda división del Real Oviedo en el estadio Carlos Tartiere, a las 5 de la tarde, contra el Cádiz… “¡Les van a caer cuatro a esos gitanos!”, se va diciendo a sí mismo a la vez que camina con paso firme en dirección a su colegio electoral, en el Centro Social del barrio de Pumarín de Oviedo. “¡Si hasta vino Carlos Slim, joder, que esto va a ser la de dios!”

Nervios. Las ocho y cinco, y la chica titular como vocal de su mesa electoral, la A del distrito 6, sección 5, no ha aparecido aún. Lo llaman por su nombre y apellidos. Se sienta. Está lívido. “No, joder, no puede ser”, se lamenta, “no me puedo perder el partido, ¡NO!” Menos mal, a las ocho y doce minutos aparece Claudia Pérez Yañez, la vocal titular. “Mil perdones. El despertador, que no me sonó.” Aníbal le da dos besos muy sonriente justo antes de largarse raudo con viento helado. Al irse, nota como Claudia se lleva cual imán todas las miradas masculinas heterosexuales de las mesas ya constituidas. Está muy buena, aunque eso a Aníbal le da exactamente lo mismo, él es muy hombre, y como tal sólo ejerce su homosexualidad encubierta a tiempo parcial y cuando nadie está atento a sus movimientos. Él es además lo que podríamos definir como un obrero neoliberal. Conservador hasta la médula en lo político, muy trabajador, de los que ponía yeso a espuertas en todos aquellos edificios que se construían sin parar no ha tanto tiempo. Cristiano en lo histórico, porque no pisa una iglesia desde la boda de su primo Higinio hace ya cinco años y medio. Ahora trabaja para el Ayuntamiento. Gestiona pedidos en varios centros sociales. Ya no hay más yeso que poner. Sabe muchas cosas pero no se las cuenta a nadie, porque él sabe cuál es la máxima “lo que pasa en la cancha, se queda en la cancha”, y Dios bien sabe que no existe subalterno más canchero que el propio Aníbal, fiel a lo suyo y a los suyos, impasible el ademán si hace falta. Si algo caunedotiene claro este domingo, es que Agustín Iglesias Caunedo va a ganar por mayoría absoluta. No existe mejor candidato posible para la vieja ciudad de Vetusta, que, si de él mismo dependiera, seguiría durmiendo la siesta per sécula seculórum, y eso Aníbal lo tiene mucho más que claro, y en su fuero interno sabe que la gran mayoría de gente carbayona también lo siente así, porque debe ser gente “agradecida”, ¡cojones!

Ahora toca irse al Tartiere. Se lo piensa unos minutos, y al final se decide por la camiseta con el 10 del malogrado Dubovsky.

“¡VAMOS, VAMOS OVIEDO, ES UNA FUERTE PASIÓN! ¡ESTA HINCHADA ESTÁ LOCA, LOCA POR VERTE GANAR!”, dos veces cantada a viva voz, forzando al máximo los límites de su garganta, obligan al pobre Aníbal a moderar el tono, casi a seguir al resto de la afición que espera la llegada del autocar de su equipo en un perfecto playback sin dejar de dar saltos y agitar su bufanda con una emoción tan, tan profunda, que una lágrima inadvertida asoma ahora  por su lagrimal 00 no-real-oviedo-cadiz-tartiere-tifo-1024x410derecho, no podía ser el otro. Se sienta con sus amigos. En la grada de arriba, la afición del Cádiz C. F. La gente se lo pasa en grande, a pesar del gol del Cádiz al borde del descanso, unos insultándose a otros, que si gitanos por aquí, que si el Sporting de Gijón por allá. Aníbal disfruta cada microsegundo a tope, y el éxtasis llega con el gol de Cervero. Empate a uno. Acaba el partido. “Bueno, a ver cómo se nos da la vuelta. Pasamos fijo, que fuera marcamos siempre.”

Está cansado. Decide irse a su casa en vez de pasar por la fiesta del PP de Oviedo, que seguro que tendrá mucho que celebrar esta noche. Un colacao con galletas Chiquilín, sus favoritas de toda la vida, mando a distancia, click, y a ver la TPA… “¡Vamos, vamos, Caunedoooo, Eres siempre el mejor. Los ovetenses están locos, locos por verte ganaaaar!”caunedo-mantiene-3

Pobre Aníbal, tres de tres, y las tres en la frente, una pedrada tras otra, el sufrimiento, ¡el horror!… Bueno, todavía queda el partido de vuelta en Cádiz. No perdamos la esper… “¡Mierda, no, ese nombre hoy, no!” … la fe, eso. No perdamos la fe. «O sí, uno ya ni sabe…»

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