HISTERIA, MICRO ABIERTO

Otro viernes… jueves más
tendre que salir
no has vuelto a llamar
no sé a donde ir.

Que no, que no se sale los viernes, carajo, que ya hemos salido muchos viernes por encima de nuestras posibilidades, que lo que el cuerpo pide es merendar un jueves a eso de las seis o seis y pico de la tarde, cepillarse bien los dientes a posteriori, lavarse bien los sobacos y las pezuñas, ponerse ropa interior limpia y las mejores galas, aquéllas que cualquiera considere como tales, y salir: eso es Histeria. Bueno, no todavía, lo será desde el 19 de abril del año 2018 (disculpas si estáis leyendo esto desde el futuro con la ayuda de ese mecanismo que se inserta detrás del lóbulo de la oreja derecha), porque ese día comienza la aventura.

¿Que de qué aventura os estoy hablando?

A ver, que resulta que el pasado 27 de enero hubo un recital poético en Oviedo, en el Manglar en el que participamos cinco poetas como cinco soles: Tamara Camino (La Musa que Araña), Nayar Crespo Sánchez, Álvaro Rodríguez, Samuel Santos y Jose Yebra. FUCK YEAH!! EL RECITAL

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fotos de Juan Menéndez

Y tras el mismo, surgió la idea de crear algo permanente, una especia de timba poética mensual que tuviese lugar allí mismo. Teniendo como referente (siempre lo es) La Jam de Poesía de Gijón que de manera tan excelente organiza Laura Fjäder en Gijón cada mes, en Espacio Local, libre y autogestionado, el lugar perfecto para sacar la poesía de los sótanos y llevarla al barrio, se nos ocurrió a Nayar y a mí comenzar algo parecido y, tras la pertinente negociación (que ni siquiera llegó a ser tal) con la estupenda gente del Manglar, nos pusimos a centrifugar nuestros cerebelos hasta dar con un nombre: Histeria, Micro Abierto. Histeria en honor de la canción de Tino Casal; Micro Abierto, porque cualquiera que tenga algo de poesía que contar es más que bienvenid@ a nuestra fiesta, que es la de todo el mundo.

Tras el título, nos quedaba encontrar a alguien que se dedicase a la ardua labor de conducir y presentar el tercer jueves de cada mes las sesiones de Histeria. Opciones, lo que se dice opciones, hubo muchísimas, todas increíblemente buenas, pero al final nos decantamos por la mejor:

Por supuesto, aparte del micro abierto, que será seña e identidad en cada Histeria, habrá presentaciones, noches temáticas, eventos varios y hasta funambulismo si la ocasión es propicia. El día de la presentación, 19 de abril de 2018, repito, lo dedicaremos a presentar a los organizadores y daremos luego paso al micro abierto. ¿Cómo nos apuntamos al micro abierto? Muy sencillo, la primera posibilidad: enviáis un correo a histeriamicroabierto@gmail.com indicando vuestro nombre, pseudónimo, alter ego, etc. y ya quedáis en la lista para recitar. Que resulta que se os pasó, que tenía mucho lío con las cervezas esta semana y no le di a enviar al correo, que se quedó en ese limbo triste en el que se acumulan todos los borradores jamás enviados, no pasa nada, llegáis ese mismo jueves que tenga lugar una de esas magníficas sesiones poéticas de Histeria, preferiblemente un rato antes de que dé comienzo, y os apuntamos en una libreta que prometemos va a ser muy, muy chula y con cantidad de significado (o, en su defecto, en una servilleta de papel, que siempre habrá alguna a mano).

Citando a nuestro gurú, a ese oráculo que tanta luz de sabiduría extrínseca aporta a nuestro mundo interior como vida aporta al loco mundo de la poesía (no, no hablo de Defreds o de César Poetry, que esto es serio):

 Haremos todo lo que podamos y un poco más de lo que podamos, si es que eso es posible. Y haremos todo lo posible e incluso lo imposible, si es que lo imposible es posible”

Una vez os hayáis podido recomponer de tamaña emoción (normal, quién no sería capaz de comprender el pellizco en el estómago que nos produce nuestro héroe cada vez que recita), sólo nos queda decir que, como cualquier influencer, instagrammer, o youtuber del pijo (o no), tenemos nuestros lugares virtuales en estas queridas redes sociales en las que Histeria puede reposar y descansar de los esfuerzos mientras le vais dando ese cariño que tanto necesita para poder vivir, que quiere sentir que “cuando se abra el paracaídas, estarán vuestros brazos”

Ahora ya en serio: que si nos queréis, seguidnos:

Instagram – @microhisteria

Facebook – Histeria Micro Abierto

Somos Nayar Crespo Sánchez y Jose Yebra, y esto es…

 ¡HISTERIA!

VIAJES AL FONDO DEL TREN DE CERCANÍAS – LA BODA DE VICENTE Y GLORIA

Hace un mes, más o menos…

traan, tarará tra tra tra traaan, tarará tra tra traaa tinononino nino tinononino nino tinoninoninoninoninoniiii… God save the Queen, the fascist regime, they made you a moron, potential H-bomb… – la voz ronca de Lemmy Kilmister me avisa de una llamada entrante. Es Vicente, deslizo mi pulgar sobre la pantalla de izquierda a derecha:

– Hombre, Vicente, ¿cómo te va?

– ¡Qué tal, Josín?

– Sin novedad aparente.

IMG-20160117-WA0005– Te llamo porque me caso con Gloria el día 15, que ya son 16 años y ya va siendo hora…

– Joder, pues sí.

– Es para el sábado 16 de enero, una espicha informal para reunir a los amigos y celebrarlo.

– Genial, cuenta con nosotros.

– Informal, eh, nada de regalos ni de vestirse elegantemente. Es en Tudela-Veguín, en una sidrería, El Valle, a eso de las dos. Se llega perfectamente en el bus o en tren. Bueno, de regalo, algo manual, hecho con vuestras propias manos, un recuerdo…

– ¿Te vale un poema?

– Pues claro, un poema, cojonudo.

16 de enero de 2016

Pues sí. Se casaron el día anterior. Todo rodado, en perfecta armonía, salvo por un pequeño incidente con la salud de nuestro amigo Bernardino, que no fue a mayores. Por descontado, pasamos más que olímpicamente de aquella recomendación de “nada de regalos”, y decidimos (grupo de Whatsapp mediante, como mandan las tradiciones, y a pesar de mis meteduras de pata con las confusiones entre el llamado ‘Fiesta’ y el específico para el regalo.) ¿Vamos en el autobús urbano, línea L1, o en el tren de cercanías? Tras varias alternativas, decidimos ir un grupo muy “selecto” en el cercanías, que el bus son 30 paradas hasta llegar a nuestro destino final, El Valle.

Salimos a la 1,25 pm. Vamos en el tren comentando nuestras vidas y disfrutando de este maravilloso paisaje astur en un día de sol – raro porque la previsión meteorológica no era nada buena, que daban agua y más agua; alguien comentó que había sido gracias a Tom, que se había encargado de llevar los huevos a Santa Clara (de gallina, no los suyos) –. Nos íbamos también acordando del gran Tino Casal, originario de Tudela-Veguín, Nuria comenta lo que Paco Clavel dijo en el documental ‘Tino Casal: Más Allá del Tiempo’, de Pep Navarro, acerca del pueblo natal de Tino, algo como que cuando llegaron al entierro y vieron Tudela-Veguín comenzaron a comprender muchas cosas. Bajamos en la estación; sigue siendo impactante ese contraste paisaje – fábrica de cementos, ese combate en dura pugna entre la naturaleza y el más digno feismo tudela_643industrial. Caminamos intuitivamente en busca de nuestra sidrería, de nuestros amigos, pero como vamos más perdidos que encarrilados, acaba Álex preguntando a un paisano, que nos dirige con precisión y una sencilla indicación hacia el lugar correcto. Y entramos en la Sidrería El Valle, y allí nos reciben Vicente y Gloria muy contentos y emocionados (el propio Vicente rodilla en suelo con una cámara Go-Pro de ésas que lo va grabando todo desde tu cabeza; una imagen impresionante, de auténtico impacto). Abrazos, emoción, enhorabuenas, cervezas y sidra, y a esperar por el resto de invitados.20160116_150056 Como el día lo permite, vamos hasta la terraza que allí, con las vistas, la cerveza y la sidra entran mucho mejor.

El convite, entre risas, cerveza, calamares fritos, huevos cocidos, pastel de cabracho, tortillas y demás viandas típicas en cualquier espicha asturiana de pro, va avanzando, y llega el turno de los regalos, de que la pareja pronuncie esas palabras emocionadas que todos esperamos ya medio borrachos. Álex, perfectamente ataviada con pañuelo, guantes y bolso de azafata de Iberia de los años 70 IMG_20160116_190100(casualidad, ya que se lo habían regalado a Ana Emilia el día anterior), va entregándoles varios sobres (sí, lo sé, suena un poco mal, corruptamente hablando, pero hay que devolver al sobre de toda la vida su perdido prestigio, ¡joder!), y en uno de ellos va mi poema dedicado a ellos, y quien mejor que el propio Vicente para recitarlo a su manera, con gracia y retranca, como debe ser:

¡A MÍ, LOGARITMOS!

Nada de lenguas paganas,

infernales, impronunciables,

¡logaritmos neperianos!

Formulación mágica, obscena

de melenas resguardadas,

vestigios arqueológicos

de pelos Pantene del pijo,

de pasados impecables.

Ay, ¡qué sería de ti sin ella?

Ni la canela

sobre tu piel

esculpiría así tus poros.

No te acuerdes ya más

de la gnosis

del Samael aquel,

que de arcanos habla el tarao,

y no son neperianos, no,

en su “Matrimonio Perfecto”.

¿Y el comunismo redentor,

dónde quedó?

En el camino,

adoquín olvidado;

ni la hoz

ni el martillo,

tan sólo esta panda de rojillos.

Y si el mundo es un vampiro,

no os agobiéis,

que juntos, seguro,

mucho mejor;

ciencia y matemática,

unión mística, el puro fuego,

mochila y montaña…

y así será, cada día.

(Pero nunca olvides, amigo,

que si Neo fuese liberal,

Matrix habría sido

otra peli porno más.)

El baile posterior, el photocall autóctono e intransferible, más cervezas, chupitos, gin-tonics… todo aquel humo de tabaco que inundaba antiguamente los bares (como comentó Fernando al día siguiente, “hacía años que la ropa no me olía a tabaco a la mañana siguiente de salir”, casi un homenaje sin querer ni serlo a aquellos años llenos de humos varios en sitios míticos como el Monster o el Channel).20160116_180709-1IMG_20160117_231426IMG-20160117-WA0034

De la música, recuerdo estar como posesos bailando y cantando ‘Embrujada’, de Tino Casal. Ya lo dijo Nuria, “bailar a Tino Casal en Tudela-Veguín es como bailar a Elvis en Tupelo o a los Beatles en Liverpool”. En fin, una jornada memorable llena de buenos, de grandes amigos en torno a la pareja que hizo posible que tal día pudiese ser vivido y disfrutado a tope, Gloria y Vicente. Alguno se va pronto para Canadá (y no me refiero a los recién desposados), y aún no sabe si hacerlo en solitario o en compañía de su recién adquirida musa («todo era derroche, reina de la noche…»); otros seguimos con nuestras vidas, felices o al tran tran, pero con muchas ganas de repetir una celebración similar bien pronto, que la vida corre y la muy cabrona lo hace mucho más de prisa que nosotros.