VIAJES AL FONDO DEL ALSA – LAS MICROAVENTURAS DE INDALECIO, EL CONDUCTOR – PARTE XII, GOD SAVE LEMMY!

– ¡Cagonsandiós bendito, que no domino yo eso de conducir por la izquierda! Pa que lo sepas, manguán, yo conduje un autobús de esos de dos pisos por todo Londres hace ya unos cuantos años.

– Hostia, ¿sí? Cuenta, cuenta…

Tarde de abril, de lluvia y partida de mus en el pueblo con los de siempre. Indalecio, entre chascarrillos varios, cuenta a sus amigotes que en dos semanas le toca llevar a Inglaterra a un grupo de estudiantes de un instituto de Oviedo, a Margate, concretamente, esa ciudad en la costa este que fue punto de encuentro y desencuentro entre mods y rockers allá por los años 60 del siglo pasado, y luego seguir como chófer por allí ocho días, que si un día a Canterbury, dos a Londres, otro a Cambridge, un no parar de conducción por el carril izquierdo, ningún problema para Indalecio. Pero escuchemos su historia, que si no empiezo a divagar y no paro (luego me riñe Indalecio, que me dice que, literalmente, “soy un cuentista, que charro más de lo aconsejable, que un día ve meteme un par de hosties bien daes”)

– ¿Te acuerdas, Milio, cuando fui a Hamburgo con el pobre Lolo – que en paz descanse, puta droga – a ver a los Motörhead, que andaban de gira con los Judas Priest?

– Hostias, sí, que yo nun pude ir, cagonmimadre… ¿En el 98 o 99, no?

check_out_bastards_beer– Sí, octubre del 98. Un conciertazo de la de su puta madre… Pues luego nos fuimos Lolo y yo a quemar Hamburgo, a la zona de San Pauli, y entramos en un local con una música cojonuda… joder, nun recuerdo el nombre… Bah, da igual; tamos allí con nuestras birras cuando de repente me dice Lolo, “Cagondiós, Inda, ¿no ye aquel el Lemmy?” Y miro yo así, ajustando bien los ojos y, “¡Su puta madre, que ye él, sí!” Y con un par nos fuimos a saludarlo… y con el inglés de Lolo y lo simpaticón que yera el jodío, pues que nos liamos por ahí con el Lemmy hasta las tantas…

– Mi maaadre, cabronazo, ¿pero todo eso qué tien que ver con lo de conducir pol otro lao?

– Calla, ho, calla y escucha, castrón, que yes muy impaciente, hostia. Pues a ver, que Lolo le dijo al Lemmy que yo era conductor de autobús, y el pavo va y nos dice que necesitaba un conductor de autobús pa rodar un vídeo en junio del año siguiente, que si yo quería, que taba contratau. Claro, íbamos muy pedo, pero el Lemmy fizo una seña y apareció allí un tío que apuntó todos mis datos y me dijo que firmara. Y allí fui, pa Londres en junio del año 99, a rodar el vídeo de la versión del “God Save the Queen”; un puto desfase, la doble de la reina, la xente saludándonos por todo Londres, ¡la de dios! Por eso te digo yo que lo de conducir por la izquierda, ta chupao, joder, ¡chupao!

– Entós, ¿cuando me dixo el Julio que había visto a Lemmy por el pueblo hace unos años, yera verdá? ¡Qué cabrón yes, qué cabrón, bien el Lemmy a vete y tú sin decir nada a los colegas!

– Anda, colega, colega… tate a lo que tas, joder, y mete órdago, manguán.

VIAJES AL FONDO DEL TREN DE CERCANÍAS – LA BODA DE VICENTE Y GLORIA

Hace un mes, más o menos…

traan, tarará tra tra tra traaan, tarará tra tra traaa tinononino nino tinononino nino tinoninoninoninoninoniiii… God save the Queen, the fascist regime, they made you a moron, potential H-bomb… – la voz ronca de Lemmy Kilmister me avisa de una llamada entrante. Es Vicente, deslizo mi pulgar sobre la pantalla de izquierda a derecha:

– Hombre, Vicente, ¿cómo te va?

– ¡Qué tal, Josín?

– Sin novedad aparente.

IMG-20160117-WA0005– Te llamo porque me caso con Gloria el día 15, que ya son 16 años y ya va siendo hora…

– Joder, pues sí.

– Es para el sábado 16 de enero, una espicha informal para reunir a los amigos y celebrarlo.

– Genial, cuenta con nosotros.

– Informal, eh, nada de regalos ni de vestirse elegantemente. Es en Tudela-Veguín, en una sidrería, El Valle, a eso de las dos. Se llega perfectamente en el bus o en tren. Bueno, de regalo, algo manual, hecho con vuestras propias manos, un recuerdo…

– ¿Te vale un poema?

– Pues claro, un poema, cojonudo.

16 de enero de 2016

Pues sí. Se casaron el día anterior. Todo rodado, en perfecta armonía, salvo por un pequeño incidente con la salud de nuestro amigo Bernardino, que no fue a mayores. Por descontado, pasamos más que olímpicamente de aquella recomendación de “nada de regalos”, y decidimos (grupo de Whatsapp mediante, como mandan las tradiciones, y a pesar de mis meteduras de pata con las confusiones entre el llamado ‘Fiesta’ y el específico para el regalo.) ¿Vamos en el autobús urbano, línea L1, o en el tren de cercanías? Tras varias alternativas, decidimos ir un grupo muy “selecto” en el cercanías, que el bus son 30 paradas hasta llegar a nuestro destino final, El Valle.

Salimos a la 1,25 pm. Vamos en el tren comentando nuestras vidas y disfrutando de este maravilloso paisaje astur en un día de sol – raro porque la previsión meteorológica no era nada buena, que daban agua y más agua; alguien comentó que había sido gracias a Tom, que se había encargado de llevar los huevos a Santa Clara (de gallina, no los suyos) –. Nos íbamos también acordando del gran Tino Casal, originario de Tudela-Veguín, Nuria comenta lo que Paco Clavel dijo en el documental ‘Tino Casal: Más Allá del Tiempo’, de Pep Navarro, acerca del pueblo natal de Tino, algo como que cuando llegaron al entierro y vieron Tudela-Veguín comenzaron a comprender muchas cosas. Bajamos en la estación; sigue siendo impactante ese contraste paisaje – fábrica de cementos, ese combate en dura pugna entre la naturaleza y el más digno feismo tudela_643industrial. Caminamos intuitivamente en busca de nuestra sidrería, de nuestros amigos, pero como vamos más perdidos que encarrilados, acaba Álex preguntando a un paisano, que nos dirige con precisión y una sencilla indicación hacia el lugar correcto. Y entramos en la Sidrería El Valle, y allí nos reciben Vicente y Gloria muy contentos y emocionados (el propio Vicente rodilla en suelo con una cámara Go-Pro de ésas que lo va grabando todo desde tu cabeza; una imagen impresionante, de auténtico impacto). Abrazos, emoción, enhorabuenas, cervezas y sidra, y a esperar por el resto de invitados.20160116_150056 Como el día lo permite, vamos hasta la terraza que allí, con las vistas, la cerveza y la sidra entran mucho mejor.

El convite, entre risas, cerveza, calamares fritos, huevos cocidos, pastel de cabracho, tortillas y demás viandas típicas en cualquier espicha asturiana de pro, va avanzando, y llega el turno de los regalos, de que la pareja pronuncie esas palabras emocionadas que todos esperamos ya medio borrachos. Álex, perfectamente ataviada con pañuelo, guantes y bolso de azafata de Iberia de los años 70 IMG_20160116_190100(casualidad, ya que se lo habían regalado a Ana Emilia el día anterior), va entregándoles varios sobres (sí, lo sé, suena un poco mal, corruptamente hablando, pero hay que devolver al sobre de toda la vida su perdido prestigio, ¡joder!), y en uno de ellos va mi poema dedicado a ellos, y quien mejor que el propio Vicente para recitarlo a su manera, con gracia y retranca, como debe ser:

¡A MÍ, LOGARITMOS!

Nada de lenguas paganas,

infernales, impronunciables,

¡logaritmos neperianos!

Formulación mágica, obscena

de melenas resguardadas,

vestigios arqueológicos

de pelos Pantene del pijo,

de pasados impecables.

Ay, ¡qué sería de ti sin ella?

Ni la canela

sobre tu piel

esculpiría así tus poros.

No te acuerdes ya más

de la gnosis

del Samael aquel,

que de arcanos habla el tarao,

y no son neperianos, no,

en su “Matrimonio Perfecto”.

¿Y el comunismo redentor,

dónde quedó?

En el camino,

adoquín olvidado;

ni la hoz

ni el martillo,

tan sólo esta panda de rojillos.

Y si el mundo es un vampiro,

no os agobiéis,

que juntos, seguro,

mucho mejor;

ciencia y matemática,

unión mística, el puro fuego,

mochila y montaña…

y así será, cada día.

(Pero nunca olvides, amigo,

que si Neo fuese liberal,

Matrix habría sido

otra peli porno más.)

El baile posterior, el photocall autóctono e intransferible, más cervezas, chupitos, gin-tonics… todo aquel humo de tabaco que inundaba antiguamente los bares (como comentó Fernando al día siguiente, “hacía años que la ropa no me olía a tabaco a la mañana siguiente de salir”, casi un homenaje sin querer ni serlo a aquellos años llenos de humos varios en sitios míticos como el Monster o el Channel).20160116_180709-1IMG_20160117_231426IMG-20160117-WA0034

De la música, recuerdo estar como posesos bailando y cantando ‘Embrujada’, de Tino Casal. Ya lo dijo Nuria, “bailar a Tino Casal en Tudela-Veguín es como bailar a Elvis en Tupelo o a los Beatles en Liverpool”. En fin, una jornada memorable llena de buenos, de grandes amigos en torno a la pareja que hizo posible que tal día pudiese ser vivido y disfrutado a tope, Gloria y Vicente. Alguno se va pronto para Canadá (y no me refiero a los recién desposados), y aún no sabe si hacerlo en solitario o en compañía de su recién adquirida musa («todo era derroche, reina de la noche…»); otros seguimos con nuestras vidas, felices o al tran tran, pero con muchas ganas de repetir una celebración similar bien pronto, que la vida corre y la muy cabrona lo hace mucho más de prisa que nosotros.