días que apestan a alcanfor
como lo hacen los armarios olvidados:
sufres la ablación extrema de tu propia lengua
por no hablar
por estar en silencio observando
como el resto se maneja entre conversaciones
intrascendentes
superfluas
enemigas acérrimas de la semántica relevante
la rebelión en masa de los significantes
ante actuaciones cada vez más estáticas:
y las porras de los maderos
se aburren ahora soberanamente en el sótano
de sus recuerdos
de nuestro antiguo descontento:
tiempos mejores
de hostias por doquier
día sí y día también
sin que importasen
edad
raza
condición
sexo
facultades mentales
o de qué equipo de fútbol era cada cual;

«dicen que la nostalgia se bebe su propia orina»
repartir y repartir
buscando cuerpos y carnes que golpear;
recibir y recibir
que así entraban las pieles en el calor de la razón:
y la razón sigue de fiesta
dando otra vuelta más de tuerca
a los ejes de ese vagón
en el que viajaremos todos a esa edad media
de la que nunca_____nunca debimos haber salido.
Válgame… ¿Estás enfermo o es que todo te huele a alcanfor en figurado? Saludos, disidente. Oye, no me gusta la Edad Media, habían muchas pulgas.
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Todo es figurado, una crítica a esta actitud pasiva que reina hoy en día, que no peleamos por nada a no ser a través de estas pantallas. No, no, tampoco quiero yo la Edad Media, solo es pura ironía. Un abrazo bien grande, Mel.
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A veces se cansa la gente de pelear, no por pasividad, sino por cansancio y frustración. He aquí cómo hemos peleado con este presidente y siempre se sale con la suya. El dinero lo puede todo… 😦
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Eso es verdad, Mel, y este agotamiento hará que se salgan siempre con la suya, por desgracia…
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Es lo triste…
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