Estos son dos relatos breves (100 palabras o menos) que recité el miércoles pasado en el Toma 3 de Gijón. Van en orden cronológico ya que cada uno se refiere a un personaje histórico más o menos relevante.
14 de abril de 1865
EL MAYOR RATHBONE
«¡No me vais a envenenar, cabrones. Lincoln está conmigo!» Henry Rathbone bebe un trago de agua y mira hacia la puerta como queriendo amenazar de muerte a las personas que él intuye que están allí, vigilando todos sus movimientos. Tampoco se fía demasiado de las mismas paredes, que hablan y cuentan que el presidente sigue con vida, engañan adquiriendo desde esos cuadros la forma de sus tres hijos y su esposa, Clara. Por eso los quiso matar y suicidarse a posteriori: cinco puñaladas en su pecho, todas dedicadas a John Wilkes Booth, desde el codo hasta el hombro.
13 de julio de 1967
13 DE JULIO DE 1967, EN UN MONTE DESCUBIERTO POR PETRARCA
Una mueca de fastidio más un gesto de agotamiento dan comienzo a la esperada estrategia. Tom se deja caer al final del grupo de ocho y cede unos metros unos segundos antes de lanzar un ataque en el Mount Ventoux que él presiente demoledor. Pero no, Julio llega y lo sobrepasa. «¡Subidme de nuevo a la bicicleta!», esas fueron sus últimas palabras antes de caer muerto en la cuneta. Demasiado calor, paisaje lunar, anfetaminas y brandy no suelen combinar bien. Su madre recuerda ahora aquel cumpleaños, el octavo, en el que le regalaron a Tom su primera bicicleta.
Vidas que pudieron ser mejores, jodidas en un segundo. Qué triste! Me gustaron los relatos. Tuve que ver primero la historia, por cierto. Luego me fue más fácil entender la dura realidad de ambos hombres.
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Creo que sin saber las historias quedan un poco cojos, sí. Realidades históricas de lo que pudo haber sido y no fue. Un abrazo, Mel.
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Tantas cosas que se quedan en el tintero para muchos. Creo que tengo una vida muy buena. Un abrazo a ti, José.
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