cuando las calles de mi pueblo
rebosaban de juegos
que nunca jamás se terminaban:
a saltos
a carreras
huyendo o
persiguiendo;
íbamos de un barrio a otro
olvidándonos por completo
de las prohibiciones
de las fronteras
que desde nuestras casas
nos querían construir
(sin conseguirlo
casi
nunca)
cuando en nuestros bolsillos
sólo había:
canicas
peonzas
piedras
o alguna que otra peseta
para más tarde
comprar uno o dos chicles
bazooka
rebosantes de azúcar:
pompas a granel
para sonrisas profidén;
cuando ponían banderitas
de españa
en nuestras manos
porque pasaba franco
por la nacional seis
(la avenida josé antonio
de mi pueblo): y
recuerdo haber intercambiado
saludo y mirada
con el príncipe juan carlos
(ambos desconocíamos aún
mi acérrimo republicanismo)
cuando unas cuantas heridas
de nada
no nos impedían seguir jugando
tres o cuatro horas más
al fútbol
(un mugriento envoltorio
de chupa-chups
sobre la sangre a borbotones
que manaba de mi pantorrilla
me presentó sin quererlo
a la vacuna
contra el tétanos (mucho gusto)
y las dos agujas
que pude doblarle al practicante
con sólo poner muy tenso
mi glúteo izquierdo:
“no me traiga más a este niño, por dios!”
cuando tras hacer
las correspondientes dos horas de digestión
de las de reloj
íbamos al río
y pasábamos todo el rato
metidos en el agua
puede que fría
o puede que no:
protección inexistente
y morenos más allá de la intensidad coppertone;
cuando no existía el futuro
y los días duraban
mucho más de 24 horas;
cuando merendábamos
bocadillos de chocolate
y nuestros mayores
nos enseñaban a matar conejos
de un certero golpe en sus nucas;
cuando los yogures eran un producto
casi tan inalcanzable
que sólo existían en las pantallas de la tele;
cuando la carta de ajuste
establecía sus cuentas atrás
para poder luego disfrutar
de superratón
o de un globo dos globos tres globos;
cuando desde lo más alto de las obras
saltábamos sin pensarlo
sobre el montón de arena;
cuando te contaban
lo que era una paja
y tú no te lo creías;
cuando comulgábamos
sin saber ni por qué
se hacía aquello
(nunca nos atrevimos
a morder la oblea)
cuando nos daba la risa en misa
y más tarde nos reñía
muy enfadado el cura;
cuando nos dejaban ver
hombre rico hombre pobre
y casi ni parpadeábamos;
cuando nos aparcaban
las tardes de aquellos domingos
de invierno
en el cine faba:
sesiones dobles
sin criterio
y con libertad total
(a veces hasta veíamos una teta y todo)
cuando nos asustaba la muerte
y toda su parafernalia
porque nos obligaban
a besar con ternura a los muertos
ya fríos y desconocidos
algodones en sus fosas nasales;
cuando nos llevaron a ponferrada
a ver la primera de star wars
(la guerra de las galaxias que era)
y ya nunca más fuimos los mismos;
cuando nos anochecía
al final de la primavera
subidos a un cerezo:
empachos brutales ________________ y
huidas por piernas
de perros fieros
que cuidaban fincas privadas
cuando las hostias
de terence hill y bud spencer
nos hacían casi
mearnos de la risa;
cuando organizábamos inocentes guateques
y jugábamos a la cerilla
y nos decíamos aquello de
“tú me gustas”:
primeros besos cautos
toma de contacto
con el despertar posterior;
cuando me sentaba al lado de mi abuela luisa
y me contaba su vida
como sólo ella sabía hacerlo;
cuando yo le leía el mortadelo o el ddt;
cuando no existía aún
al calentamiento global;
en fin___________
cuando fuimos los putos amos
de aquel mundo
que nos íbamos a merendar
casi sin eructos posteriores:
a la vida la sobrevolábamos
nosotros y nunca
nunca
dimos un solo minuto
por perdido:
y ahora estamos aquí
así que
acercaos
escuchad nuestras batallitas
antes de que perdamos
todo eso bueno que nos queda:
nuestra memoria.
1967…Maravilloso año.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claro que sí. Nació gente muy, muy buena (y no lo digo por mí)
un beso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajajaja… También, también… Ese poema me llevó a tiempos preciosos, como dices, cuando nos comíamos el mundo. Besus.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sin palabras. Con la piel de gallina.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas gracias!!
Un pequeño homenaje a mi quinta, que mañana celebramos juntos un gran reencuentro.
Me gustaMe gusta
Jajaja! De nuevo creo al leerte que tú has sido el vecino que vivía en la casa de al lado. Aunque yo recuerdo incluso los patacones con los que compraba aquellos caramelos llamados «natillas». Un abrazo, vecino!😉😆
Me gustaLe gusta a 2 personas
Los recuerdo. ïbamos con nuestra mini paga a «saquear» los puestos de chuches con una felicidad insuperable.
Otro abrazo, vecina!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajaja. Aunque nací un año después en el 68, me has dejado unos gratos recuerdos en la mayoría de los actos que has mencionado, a excepción de la zona geográfica, en aquel entonces yo andaba más al este en Basauri, pero lo demás prácticamente copiado. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Claro, Antonio, vivimos días similares, que en todos los pueblos casi sucedía lo mismo… Casi.
Abrazo de los grandes.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Qué emoción, cuántos recuerdos. Yo nací unos años después, pero hay mucho aquí que me recuerda a esa época en que «éramos dueño del mundo», y de la vida que fluía en tiempos que parecen ya muyyy lejanos. Hermoso leerte 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias, Esos tiempos están y estarán siempre en nuestros recuerdos… Y, ¡qué carajo!, seguimos siendo los dueños del mundo, ¿no?
Un beso grande.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Síiiiiiiii, jaja, qué mierda! 😉
Me emocionó tu entrada.
¡Beso grande de vuelta!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me encanta!!! Yo inauguré los 80 y aun así, muchas, muchisimas cosas, me han trasladado a mi niñez (y que decir, que con cierta melancolía e incluso tristeza de que la niñez, aquella niñez, terminó ya y parece demasiado lejana).
Me gustaMe gusta
Me encanta!!! Yo inauguré los 80 y aun así, muchas, muchisimas cosas, me han trasladado a mi niñez (y que decir, que con cierta melancolía e incluso tristeza de que la niñez, aquella niñez, terminó ya y parece demasiado lejana).
Me gustaLe gusta a 1 persona
Siempre recordamos la niñez, la vemos demasiado lejos, aunque en ocasiones está ahí demasiado cerca.
Muchísimas gracias.
Me gustaLe gusta a 1 persona
😀 😀 😀
Nasci um pouco mais cedo, num outro pais, não há fronteiras para esse imaginário, resta-nos a doce memória dos dias de «mucho más de 24 horas».
Gostei muito!
Abraço
Me gustaLe gusta a 1 persona
Obrigado, meu amigo!!
Me gustaMe gusta
Thanks for dropping by at my blog 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Thanks to you as well, Rosaliene. 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Respect
Me gustaLe gusta a 1 persona
Always, my friend!!
Me gustaMe gusta
Alguno de esos niños eres tú?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí, el que está de pie en el centro en la foto principal…
Me gustaMe gusta
Y también estoy en el resto de fotografías…
Me gustaMe gusta