Las notas de la primera evaluación de COU no habían sido demasiado buenas, lo que provocó el consiguiente enfado familiar, casi un cisma. Al Poeta Patético le tocó sufrir una cena de Nochebuena más que peculiar en perfecto sandwich entre su tía Antonia y la amiga de ésta, Ramona, que gastaba y repartía por doquier una mala hostia descomunal (tiempos aún de eufemismos en los que una relación sentimental entre dos mujeres que llevaban viviendo juntas, compartiendo vida, milagros, quehaceres y demás más de veinte años ya, se consideraba como amistad por no irse más pa lo hondo). “Pues ya te puedes poner las pilas, majo, que tienes que llegar a fiscal, como mi hermano, que no hay mejor trabajo que ése, y bien lo sabes, que te lo tiene dicho él unas cuantas veces. Mira que trajes gasta, con que gente se codea…”, Ramona desconocía lo que era la discreción, y sus arengas siempre prevalecían sobre cualquier otro atisbo de opinión. Aunque no había concordancia alguna entre la canción y la amiga de su tía, al Poeta Patético en estos casos le venía ipso facto a la mente la canción aquella tan chabacana de Fernando Esteso, la de “la Ramona es la más gorda de las mozas de mi puebloooo…”, aunque él, recurriendo certero a su mente rápida y poética, modificaba la letra en un santiamén, “la Ramona es la más boba de las mozas de mi pueblooo…”, y así cambiando el adjetivo calificativo en cada sermón en el que la tía Ramona estaba al servicio, un ace tras otro. Al final pasó lo que tenía que pasar, que el Poeta Patético no llegó a ser nunca fiscal. Sí que empezó derecho, pero no le fue muy bien, y lo más cerca que estuvo de un juez fue cuando fue cazado con varios gramos de hachís en aquella Operación Primavera de 1987. Se acabó derecho, adiós a la ley, bienvenida la filología, la noche y todas sus circunstancias que siguen hoy en día casi a medio recordar. Esta tarde volvieron a su mente aquellos días, y mientras bebía a sorbos el segundo de los cafés que servían como epílogo al menú del día, esbozó una sonrisa pelín hijoputa mientras de fondo contaban en las noticias que Urdangarín era un ser libre, condicional pero libre, que podía vivir en Suiza sin trabajar (nada nuevo en su vida ajena al balón pequeño). “Ay, si yo tuviera Twitter…”, se dijo a sí mismo antes de elaborar uno de esos tweets mentales que tanto le ponen:
“De UrdangarÍN a UrdangarOUT en cero coma fiscales, porque en Suiza siguen atando a los perros con longanizas”
Y con las mismas se fue a su casa a escribir este bello y melodioso poema:
Yo quiero ser fiscal
y que la ley se aplique
a todo el mundo por igual,
que sin fianza alguna
sea la libertad condicional,
y reírme a vuestras caras
a la velocidad de la luz
de una nave nodriza
que vuela directa a la misma Suiza.
Yo quiero ser fiscal,
de la justicia un semental
de ésos que saben que el pan
no se trabaja sudando
sino que se consigue robando,
extorsionando a mandíbula batiente,
y que al reír reluzcan bien mis dientes.
Yo quiero ser fiscal
y mear en vuestro orinal,
ser amigo real
de groseros y embusteros
de ésos que se tiran pedos calentitos
sentados sobre cojines de dinero,
y cepillar mi traje nuevo
cada mañana por la mañana
antes de ir al juzgado
con un poco de galbana
y el sentido de la justicia
muy bien anestesiado.
“¡Que se sepa bien quien manda aquí!”,
me espetó mi superior el otro día,
“un poco de fianza basta”,
y aunque a mi mente
vino muy de repente
eso de aquel anuncio de la tele,
¡Gioooooor!,
pensé que era mucho mejor
asentir como un pelele
y dejar que el mismo tiempo
y las redes sociales
echen su capa de cemento
para al fin acabar creyendo
que sí, que todos somos iguales,
porque no es lo mismo
robar en abstracto, en diferido
un dinero que no se ve
que una lata de anchoas,
que se veía bien claro,
que allí bien que ponía el precio:
¡un euro, joder!
Y ahora déjenme pasar
que falta la parte más importante,
la parte final,
que les salga a devolver…
Impasible
el
ademán,
bitches!!!
Cierto… Hay poetas que escriben como fiscales y por supuesto, fiscales que ejercen «el dame y toma» con poesía patética, de la que se contabiliza.
Muy bueno
Saludos
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Ninguna poesía podrá llegar al nivel de patetismo que estamos viviendo con esta justicia que nos «protege».
Un abrazo grande y millones de gracias.
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… a ti
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El poema, entristecedoramente genial.
Me ha encantado eso del In y el Out. Me has dejado Out.
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Out estamos ante tanta aberración. Es lo que tiene el poder, la monarquía, ser súbditos, que hay daños colaterales, pero la vida sigue y el karma seguro que existe, yo espero que sí.
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Sí, el Karma, el cielo, el paraiso… nos ponen unas zanahorias que ya,ya.
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A mordiscos con ellas, pero ya…
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Por lo menos no hemos tenido que pagarle la fianza. Es un ahorro, que no estamos para derroches. 😦
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La fianza ya se la debió cobrar como mero adelanto… Va a seguir viviendo bien, y gol y tal…
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Si, eso lo tenemos claro.
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Un buen «hip-hop» ya te sale de allí… aunque ojo, que la ley mordaza (así con minúsculas) está al asecho de los malignos de a pie. Es que los de la realeza no son malignos, ni malos, ni pillos, ni estafadores o ladronzuelos, no mienten, son torpes nada más (que conste el sarcasmo).
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Pues mira, a ver si intento sacar un rap de este poema. Voy a buscar unas bases y me pongo a ello ipso pfacto. (Trataré de darle ese tono de sarcasmo que mencionas, por si acaso…)
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Qué recuerdos! Cuando las notas del primer trimestre no habían ido bien, te esperaban unas Navidades chungas… no fue mi caso, per sí el de mi hermano jaja
Gran poema! No voy a añadir nada más porque los temas políticos y de sangre azul me hacen hervir la sangre y es viernes!! 😉
Feliz fin de semana!
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Eran otros tiempos. Recuerdo ver a mi padre por el instituto y sentir una angustia tremenda previendo la pedazo de bronca que me iba a caer… Ahora me sucede casi lo mismo, pero desde el otro lado, como profesor esperando a algunos padres, a algunas madres que vienen a defender lo indefendible de sus criaturas.
Gracias infinitas, Lidia, y feliz (casi) fin de semana nuevo…
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jajaja Sé de lo que me hablas!! Yo también tengo que ver cómo padres ay madres intentar justificar lo injustificable de sus hijos. En nuestros tiempos, si el profesor decía algo malo a los padres sobre ti, te caía bronca segura sin preguntarte. En fin, que los tiempos cambian…
Saludos.
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Haz el favor de hacerte Twitter que tu eres muy grande en estos menesteres
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Estuve a punto varias veces, pero me he puesto el límite en este WordPress, Facebook e Instagram… cuando me canse de uno de estos dos últimos, me iré al Twitter.
un mega beso.
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Bravo, José!!! Como que lo de la infanta ladroncita les ha pegao fuerte, pero más la (no) justicia. Igual allá, igual acá. El que tiene $$$ tiene justicia.
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Estaba clarísimo que no iba a suceder nada de nada, que el poder hace lo que le viene en gana y envía alguna pequeña señal para tener a la plebe contenta y entretenida…
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Da asco, definitivamente… Pero como dices el KARMA los arropará.
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Tienes razón , para patética la justicia, por llamarla de alguna manera.
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Si no cambia, lo seguirá siendo. Abrazo de los gordos…
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