El epílogo. Ahora sí, this is the end, my friends…
Pedro, que vivió en Londres siete años, que trabajó allí como profesor de español y francés en un instituto de los considerados duros, en una zona rebosante de refugiados e inmigrantes de todos los lugares imaginables del mundo conocido, es ahora un comprometido profesor de inglés en un instituto del oriente asturiano, vive en pareja y tiene dos hijos; rebosa de inquietudes y siempre quiere aprender más y más. Se puede decir que es una persona feliz.
El día que cumplió 32 años, a su casa de Crystal Palace llegó un mensajero de FedEx con un paquete muy bien envuelto. Sorprendido, lo abrió con calma, con tiento. Dentro se encontró un single, de los de vinilo, “Vem” del grupo portugués Madredeus. “Joder, qué raro”, pensó mientras buscaba inútilmente cualquier atisbo de remitente, pero allí sólo estaba escrito en letras muy grandes “Vem”, y en la parte de abajo, en…
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Precioso!
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Gracias, Susana… se me ocurrió esta semana como epílogo a la novela.
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Pues lo encuentro muy acertado. Enhorabuena.
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Gracias de nuevo 🙂
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