Seguimos mirando atrás; a los origenes: amores y juegos en la calle en Cacabelos.
III.
En la calle misma, entre barro y polvo, jugaban todos los niños y niñas en perfecta armonía. Desde los más pequeños, de cinco o seis años, hasta los que ya habían entrado de lleno en la adolescencia. Estaban los dos “carretones”, Carlos y Angustias; Esteban el hijo del “Stalin”; Alberto y su hermano Aurelio, primos de los “paparranes”, pero sin mote reconocido hasta que Alberto se ganase a pulso, años más tarde, el de “camorro” debido a sus constantes y violentas provocaciones, que casi nunca venían a cuento; los dos primos “cereixais”, Aníbal y Eufrasia; y, por descontado (por último, aunque no los últimos), los dos “paparranes”, Antonio y Álvaro. Unos días tocaba “manro”, otros “tres navíos en el mar”; si hacía mucho frío, “cintalabrea”, que calentaba bien las piernas; y los menos, el “cascallo”, cuando las dos niñas del grupo, Angustias y Eufrasia, podían imponer su ley ante…
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