- Coime, Indalecio, ¿dónde vas tan repeinao? Si hasta güeles bien y todo.
- Nah, Nachón, que voy hasta El Olivar, ahí en la Calle Oscura, que presentan un libro de poesías…
- ¡Home, no me jodas! ¡Poesías, tú?
- Sí, ho, ye esti manguán que vien siempre en el alsa, José Yebra, el que escribe estes histories del Alsa, que me dedica algunas que pa qué…
- Sí, ya sé, ho. ¿Pero ése que pinta en ese xaréu?
- Ya ves, que escribió tres de las del libru, Degeneración Salvaje. Voy a ver cómo ye el asuntu…
Y allí está Indalecio, en el Olivar a las 20.30, puntual como un conductor del alsa. Pide una cerveza, saluda al ínclito José Yebra, le reprocha un par de cosas que no le gustaron de la última publicación que el autor escribió sobre su persona, «joder, pero cómo se te ocurre contar lo de la Avecrem y el Risky», y con las mismas, compra un ejemplar. Como el recital va con retraso, lo normal, se saca sus gafas, deja la cerveza en la barra, y pone cara interesante para leer algún que otro poema. Los tres del mencionado Yebra ya los conocía del blog: CORRE, CORRE, CORRE…, … IN THE NAME OF… y UNAS POCAS COSAS, QUE ALGUNAS SON, con lo cual, busca algún otro al azar, y da con éste, de David González, en la página 99:
FULL METAL JACKET
de pie
en posición de firmes
en uno de los estantes
de mi biblioteca:
una bala de no sé qué calibre:
una bala de plomo en todo caso
con camisa de cobre o de latón:
una bala blindada
full metal jacket
de punta hueca además:
una bala que robé
en casa de un narcotraficante
en casa de jeremiah johnson
una vez que fui a comprarle
medio gramo de caspa del diablo:
el mismo diablo que carga las armas:
no con esta bala como es natural:
no con esta bala eue en realidad
no es una bala sino más bien
una vida
que alguien
me debe:
«¡Hostias!», pensó Indalecio, «es cojonudo», lo cual corroboró cuando lo escuchó recitado a micro abierto por Ana Vega. Y allí se quedó, más intrigado que de costumbre, a ver aquel recital poético. No estaba David González, ese 29 de diciembre de 2105 en El Olivar, pero sí otros poetas, otras poetas «salvajemente degeneradxs», Alberto Claver, Gema

El Olivar se llena de poesía salvaje y degenerada. De pie, de izquierda a derecha, José Yebra, Laura Marcos, Kiko Martínez, Víctor Cuetos, Alberto Claver y Suarón. Agachado, Pablo X Suárez.
Fernández, Laura Marcos, Kiko Martínez, Suarón, Víctor Cuetos, Iyán Vigil, Pablo X Suárez y José Yebra… . Y se lo pasó tan, tan bien, que repitió la experiencia el día 4 de enero, esta vez en La Escuela Rock Bar de Cangas de Onís. Volvió a quedarse con la boca abierta al escuchar a Alberto Claver recitar con vehemencia su poema
FACTURAS:
recuerdo la vez
que cortaron la luz
mientras comíamos:
se apagaron las bombillas
y la sonrisa de mi madre.
no tardo en recuperarla.
la luz.
Se quedó intrigado al ver y escuchar a Kiko Martínez, hasta que se dio cuenta, «¡Hostia, si ye’l batería de Mala Reputación!» Un punto más a favor de la poesía en sí misma, que el batería de un grupo que le gusta haga poemas como éste:
TODO
Todo es equilibrio.
Todo tiene un por qué.
Armonía impresa desde hace siglos en cada rincón.
Silencios, que matan cualquier palabra,
aunque alguien se empeñe en bautizar
cada brizna que se encuentra lejos; lejos de su alcance.
Sacrilegio del humano cuando no sabe callar.
Le hizo gracia la «gilipollez» esa que hizo su «hagiógrafo» junto a Nayar Crespo. Eso de recitar en inglés mientras el otro pasa los subtítulos, uno V.O. y el otro S.E.
Desde hace ya unos días, Indalecio lee poesía… eso sí, a escondidas, «no vaya a ser que me pillen y piensen lo que no es, coime, que esta gente ye muy primaria.»

Cuarteto poético salvajemente degenerado. De izquierda a derecha, José Yebra, Alberto Claver, Kiko Martínez y Nayar Crespo en La Escuela Rock Bar de Cangas de Onís, 4 de diciembre de 2016