Actividad paranormal. Buscando algún sentido, alguna explicación…
XXXVI.
EL FANTASMA DE LOLA, “LA CARRETONA”
Febrero de 1944. Un invierno especialmente crudo en el pueblo
de Cacabelos cubría con su blanco manto de hielo y escarcha cada calle, cada acera, cada tejado, cada carro que, por no tener sitio en la cuadra, dormía a la intemperie.
Poco había ya que trabajar en los viñedos, ya podados y con su alfombra de arcillosa tierra recién arada. El vino fermentaba pacientemente en las barricas de roble. Cada familia elaboraba sus propios caldos, de la manera tradicional, y, por supuesto, según las necesidades, bien de consumo personal, o bien de venta en el caso de aquellos que regentaban una de las muchas bodegas que se sucedían a lo largo de la Calle Santa María.
Carlos, “El Carretón”, ayudaba a su padrastro en la bodega, a la vez que aprendía los múltiples secretos del arte de la enología. A sus dieciséis años…
Ver la entrada original 1.704 palabras más
Precioso relato; 1934, año trágico para el color rojo, que confió siga predominando en tu corazón. Cacabelos, creo recordar una antigua y preciosa prensa como monumento y algún otro precioso rincón, si no confundo los pueblos. Saludos y que esa energía que nunca se destruye te llegue intensa en el solsticio y cada día de tu vida. Un gran abrazo, rojo o tricolor, como prefieras.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias. El abrazo, tricolor, sin duda alguna. Sí, cerca del río hay un monumento a un lagar, no te confundes de pueblo. 😉
Abrazos a miles.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Abrazos de solsticio, llenos de energía.
Me gustaMe gusta
pase a dejarte un abrazo y mis mejores deseos, Feliz Navidad .:)
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, Leyla. Feliz Navidad y que tengas unos días muy felices al lado de los tuyos.
Me gustaLe gusta a 1 persona