Como cada domingo, salió de misa casi en pole position, y tras mojar las yemas de sus dedos en agua bendita, comenzó a persignarse tan ensimismado como de costumbre. Nada más cruzar el umbral del portón de la iglesia, se vio de súbito deslumbrado por el sol, y como no llevaba sus gafas de sol, se dio cuenta: “Anda, si Dios no existe, son los curas”, se dijo en voz muy baja a sí mismo antes de echar a andar muy decidido en dirección al bar de siempre mientras se secaba por defecto los restos de agua bendita en los laterales de sus pantalones chinos, tan nuevos como arrugados.
¡Bendita agua bendita!. Y otro vídeo perturbador-veo que en gustos musicales eres ecléctico como yo. !me encanta Tricky¡
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Maxinquaye es una obra maestra. Y, ay, el agua bendita que nos purifica de todo pecado…
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Yo no pruebo del agua a no ser que sea procesada: café, te, cubitos de hielo en bebidas espirituosas.. ¡Ah! sopas… Y menos si está bendecida . Lo digo en serio, me sienta fatal.
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Zo-zopita, que diría Guille. Yo, sin mi botella de agua, no soy nadie, que al final del día la garganta se acaba resintiendo.
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