VIII.
Si dejo que mis dedos se pierdan en lo intrincado de tu mundo,
si ato a mi caballo a una valla con ristras de ajos,
y si no como verduras por no ser como ellos,
entonces me habrás vencido y yo te entregaré las llaves de mi ciudad.
Si decido hacer deporte porque me veo gordo,
si como tocino frito en pura manteca de cerdo,
y si no quiero ver las películas que a ti te gustan,
al final no seré más que la flecha de un Navajo clavada en tu puto culo.
Prefiero la venganza de la Naturaleza
a la hipocresía hecha lengua, hecha habla de los humanos.
Si me pongo a nadar,
tú te encargas de variar el rumbo de la corriente.
Si muero antes que tú,
que no me entierren bajo una cruz,
que yo ni creo ni padezco,
que así nací y he de morirme con ello.
Mi cuerpo para la ciencia,
para que los estudiantes jueguen con mis nervios
sin sacarme de quicio…
para que puedas venir a verme y sentir tu culpa.
Formol inundando mis pulmones,
conservando a duras penas el tono negro de mi bofe.
Qué te puedo pedir, si mi boca no articula;
qué puedes hacer por mí, que no te cueste sufrimiento.
Venga, date la vuelta y suelta tu pelo,
antes de que llegue alguien más y te lo corte.
Desde mi ventana veía arder los árboles.
Y no podía hacer nada por ellos,
ni siquiera sentir su calor que quema,
ni siquiera poder hacer llagas de su lumbre.
Erudito entre miles de esclavos,
preso de tu mirada fulgente,
dios enano de una irritante carrera
hacia el infinito, hacia los confines de tu satisfacción.
Ahora abro mi ventana y los veo,
al fin puedo verlos,
entonces cerrar mis ojos
no resultará incomprensible,
y todo aquel humo lejano
pasará a formar parte de mi eterna respiración,
de mi sangre,
de mi pútrido futuro;
no hay futuro,
porque todos aquellos pinares
arden bajo tu indulgencia.
Ni siquiera los que lo intentan
bajo el peso de su perenne sueldo
lograrán cambiar la dirección del viento
que se lleva, que se va llevando incrédulo
toda esperanza de vida eterna,
a la vera de tu desatinada miseria.
Por favor os lo ruego,
Que la última persona apague todas las luces
(incluidas las de mi imaginación).
escribes genial, buen día
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Pues yo soy un gran admirador de tu poesía, Eli. Muchas gracias.
Un abrazo.
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Me gusta y me gusta! Además, no me canso de decírtelo.
Besetes…
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Vaya, aunque parezca mentira, me pongo colorado cuando lo dices… 😉 Muchas gracias, María.
Besos a montones.
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Ya echaba de menos leerte! como me gustan tus letras! gracias 🙂
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Vaya, muchas gracias, amiga. Aquí estaré para cuándo quieras leerme. Un beso. Ah, también me paso a leerte siempre que veo tus entradas, y me gusta mucho lo que leo.
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Elocuente … celebro tu destreza literaria…
Un abrazo. Aquileana ☀️
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Vaya, muchas gracias de nuevo… No sé si poseo ese don, esa destreza literaria que menciones, pero intento escribir desde lo más profundo de mis abismos personales, a veces me sale algo decente, otras, en cambio, rompo el papel (siempre escribo a mano, bolígrafo y papel) y va directamente a reciclar roto en miles de trocitos. 🙂
Un abrazo gigante.
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