Un número que me gusta, que me suena a joven, entrega número veinticuatro, vamos avanzando…
XXIII.
Después de despedirse de Ingrid, Pedro había entrado de lleno en un agujero negro. Sentado en la barra del bar, se vio reflejado en el espejo: su rostro cambiado entre una botella de ron cubano y otra de bourbon. “De vuelta a la realidad”, se dijo mientras uno de los camareros se acercaba hasta su posición para preguntarle qué deseaba tomar. “Una coca-cola”, respondió Pedro, el Pedro abstemio, el Pedro de ayer que no soportaba el alcohol, ni el humo del tabaco, ni las palabrotas que los compañeros de clase utilizaban a la mínima de cambio. “Cagondiós, vaya de puta madre que esta la jodida chocolatina ésta”, suponía la última frase que llegó a escandalizarle. Su fe católica, llevada hasta extremos que rayaban casi con el más puro integrismo sectario, había levantado más y más barrotes cada día, que acabaron por construir una celda unipersonal que no le permitía…
Ver la entrada original 489 palabras más
¡Cagüen! Te prodigas poco ( O nos das las perlas muy poquito a poco)
Cuando uno le está cogiendo el gustillo a la entrada… va y se acaba.
A mí me tienes en ascuas.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Es que decidí, allá por marzo, subir una parte cada miércoles, y así lo mantengo, que soy paisanu de palabra 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues si lo decidiste, bien decidido está.
Me gustaLe gusta a 2 personas