LOBA, COMO YO


Salgo a la terraza con este cenicero de plástico que había robado en aquel bar de la calle Oscura. Ahora lo tengo claro, ya no vas a seguir aquí. Me dan ganas de lanzar esta mierda de cenicero lo más lejos posible, ¡qué hostias!, lo hago, allá va… Cagonmiputamadre, casi le doy al coche del vecino, un Seat 127 que aparca en la calle, una reliquia de color verde, lo cuida mejor que a sus propios hijos, aunque creo que ni siquiera los tiene. En fin, que fue toda una sorpresa encontrarte esta tarde después de tantos años, incluso me alegré y todo, pero ahora me doy cuenta de que esto no es más que un puto error.

Llamaste a mi puerta aquel día. Estaba a punto de empezar la final, un 6 de junio del año 2015, el Barça se disponía a ganar su quinta Copa de Europa. Julio, Michi y los demás iban a venir. Todo más que a punto, ni un gramo de comida nutritiva y litros de cervezas enfriando contentas en la nevera. “¿Tú y yo? ¿A bailar? ¿Ahora?”, tres preguntas en una, el tres en uno del principio del follar para mí aquella tarde, una santísima trinidad engrasando mis juntas hasta que el líquido chorree, ahora sí que me muevo bien, joder. El futuro era esto.

Ding dong… Ding dong… ¡Ding puto dong! “¡YA VOY, JODER! ¿POR QUÉ COJONES VENÍS TAN PRONTO, PUTOS GAÑANES?”

Y abro, y ahí estás tú, sonriendo. La otra es muy vieja y fea, ni la miro, no me interesa lo más mínimo cualquier tipo de interacción con ella. Sí observo que en su mano izquierda lleva un rosario y que no para de acariciar sus cuentas bastante nerviosa.                                                                                                                 

  • Muy buenas tardes, señor. Si tiene un momento, nos gustaría poder explicarle la única verdad de este mundo.
  • Pues va a ser que no, no me interesa ninguna secta, religión o similar… Bueno, si existiese una que predicase el follar en plena libertad, y diese ejemplo en sesiones de sana liturgia, pues sí, pero resulta que aún no tengo constancia de la existencia de tal palabra divina. Adiós. – y comienzo a empujar mi puerta con esa firme decisión que la razón te da, aunque no sea yo más que otro puto gilipollas sentencioso.
  • ¡Espere, señor! – Y ahí entras tú en el terreno de juego, decidida, yo creo que te diste cuenta desde el primer instante, lo dedujiste certera en el fondo de mis ojos brillantes, sabías que yo era un lobo como tú.

“No, espere, no somos testigas de Jehová, somos monjas de la Orden de San Miguel Arcángel, nos llaman miguelianas”, con esa ese final tan sibilante entre tus colmillos. Un guasap a Julio, tu compañera de vuelta a casa, y todo listo para empezar el baile, la guerra. Tú, yo, bailando… No había futuro.

He de reconocer que yo no era un gran “explorador”, aunque follar sí que follaba lo mío como contrapunto a esa incapacidad mía como apóstol convertidor de almas. ¿Cómo podía yo convertir a nadie si ni yo mismo me creía toda esa basura? Repito, por si no ha quedado claro aún, yo sólo quería esto para follar, yo sólo te quería a ti para follar, y este imbécil pensaba que tú estabas actuando de la misma manera.

Y ya ves, queda muy poco de ti, y cuando todo se acabe, el olvido, el puto olvido que nos traga sin llegar a cagarnos nunca jamás.

Hoy vienen éstos otra vez a mi casa. Parecen contentos habiendo recuperado a su amigo, que ha salido indemne de toda esta situación tan caótica. Que Miguel Rosendo y Marta Paz se sacrifiquen por todos nosotros, que para eso eran los putos líderes de la manada. ¿Manada? No tanto, que los únicos lobos éramos tú y yo. San Miguel Arcángel, miguelianos de pro, pero sin un ápice de licantropía.

Venga, ya valió de palique, joder. Me espera una tarde muy entretenida cocinando. La carne ya está descongelada, la voy a picar y preparo unas fajitas con guacamole, verduras y queso fresco para el partido. Así es, hoy tenemos la opción de conseguir otra Copa de Europa más, la undécima. El Barça es muy superior al Chelsea, y aún le queda un último partido glorioso al bueno de Samper. Te agradezco, Sara, que me ayudases en su momento a apreciar la comida sana. Esos casi once años que han transcurrido desde aquél, nuestro primer baile, quedaron resumidos en ese encuentro casual del otro día. Vaya por dios, creía que quedaba más carne congelada. Bah, da igual, hago más guacamole y echo más frijoles, queso fresco y lechuga. Tú misma me lo dijiste el otro día, que ya no salías de noche a bailar, a cazar, y te habías quedado casi en los huesos.

16 comentarios en “LOBA, COMO YO

  1. «Julio, Michi y los demás iban a venir. Todo más que a punto, ni un gramo de comida nutritiva y litros de cervezas enfriando contentas en la nevera. “¿Tú y yo? ¿A bailar? ¿Ahora?”, tres preguntas en una, el tres en uno del principio del follar para mí aquella tarde, una santísima trinidad engrasando mis juntas hasta que el líquido chorree, ahora sí que me muevo bien, joder. El futuro era esto.»

    José. Rara vez me pasa con un texto, pero eso que has dicho me ha parecido delicioso. La atmosfera grasienta de los excesos y el vil hedonismo de un instinto por alcanzar y saciar ese placer que se halla allá lejos, en forma de otro ser.

    Hasta me dieron ganas de salir a tomar y a comer algo, pero acá hay ley seca por elecciones y esas cosas, y no es que yo sea muy de beber, pero el placer es el placer.

    Le gusta a 1 persona

  2. No es importante el tiempo, es importante que reconozcan tu tiempo de vida. Mi Premio no tiene ninguna norma, esta aclarado en el Post. Al FINAL, desde hace años.

    Es un reconocimiento, a vos y tu Blog.

    Lo mismo vale para vos: si quieres cuando puedas publicalos, sino no es necesario. Lo necesario para mi es que supieras que valoro tu Blog.

    Un gran abrazo,
    Marcial 🙂

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario