Segunda entrega de esos «Ciclos de Mil Cabezas», novela de hace 20 años, que escribí a mano en noches en vela, en ratos libres. No pienso corregir ni una sola coma de todo aquello que escribí. Tras un instante de Revolución, volvemos al momento presente, aquel momento presente que ya no lo es más, nunca más…
I.
La vida se escapa en cada segundo que pasa.
¡Ni Dioses, ni hostias! ¿Para qué quiero la razón?
¿Por qué estoy aquí sentado, aburrido?
No hay respuestas, ni verdaderas ni falsas,
ni de ninguna condición.
Os voy a contar una historia que os trasladará al infinito.
“Todos los días camino solo y me cruzo con mucha gente. De vez en cuando me veo en la siniestra obligación de contestar ‘¡Hola!’ o ‘¡Hasta luego!’. Otras, sin embargo, me paro a hablar con alguien.
– ¿Qué tal, tío?
– Yo bien, ¿y tú?
– ¿Qué haces por aquí?
– Nada, voy a comprar pan y leche y, de paso, a tomar un café aquí al lado. ¿Te animas?
– ¡Qué va! Llevo mogollón de prisa, que me están esperando…
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Y hace veinte años te decías a ti mismo que no querías producir cosas inservibles? Ha de ser el destino tristísimo del hombre, ése de producir cosas inservibles.
¡Muy buen fragmento! Habrá más?
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Pues sí. Debí nacer con un componente nihilista harto considerable 🙂
Claro que habrá más. Creo recordar que eran unas 250 páginas en Word, más o menos. Le queda larga vida aún.
Gracias por tus palabras, Daniela.
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Yahooo! Off to read the installment at the link 🙂
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🙂 Thanks a lot!!
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And thank you for your support too! 🙂
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My pleasure!!!
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¡Muy buen!
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¡Gracias! A pleasure you have read it! 🙂
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